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miércoles, 31 de diciembre de 2014

A vueltas con el ébola

Ahora que en España ya no se habla del ébola y que nosotros aquí en Sierra Leona, estamos viviendo un momento “caliente”, quiero hacer algún comentario que he ido aprendiendo y que nos ayude a comprender algo de lo que pasa por aquí.
        Vivimos una relación de “mírame y no me toques”, por aquello de las vías de transmisión de la enfermedad. Entonces, hemos suprimido toda relación con el otro que signifique tocarse o tener contacto. Así se saluda, pero no se da la mano. Vamos a los pueblos y los niños, que antes los tenías colgados de las manos por decenas, se mantienen a distancia, o los que se acercan te tocan la ropa, pero no les das la mano. En la misa hemos suprimido el gesto de darse la paz por la misma razón de no tocarse. La comunión se distribuye a todos en la mano y con cuidado de no tener contacto con la mano del que comulga…


       Los controles de la gente que viaja son continuos y desde las seis de la tarde a las nueve de la mañana, si no tienes pase, no viajas… Los últimos días para desplazarse hay que tener pase, pues el gobierno está decidido a controlar los movimientos de la gente y así intentar controlar la enfermedad, algo que a lo mejor se debería hacer hecho hace ya meses, pero… Así estamos y así seguimos y no se ve que haya certeza de que ello nos va a sacar del hoyo en el que nos encontramos.
     Las informaciones que tenemos no son lo suficientemente claras y no sabemos donde estamos en la cuestión de infectados y muertos, pero por ahora las cosas no parece que vayan a menos y el problema continúa. La gente sigue muriendo, pero no se sabe con certeza la causa. 
       Una cosa llamativa es que el país entero y sobre todo la capital en el mes de diciembre es un hervidero de gente que viene de fuera y que festeja desde bodas, bautizos, aniversarios, hasta cualquier acontecimiento que se presente. Este año la gente de fuera… Imagino que no ha venido… Y los de dentro han visto las cosas muy controladas por el gobierno. Las reuniones son raras y las celebraciones no están autorizadas… No he estado en la capital y no tengo los ecos de cómo se ha vivido esto, pero sí sé que se han visto con mucha preocupación los continuos casos de gente infectada y que por el momento no parece que sea asunto     controlado ni en retroceso.
    No ha habido misa del gallo ni celebraciones de fin de año en el país y a las seis de la tarde las cosas del mercado se han acabado y cada uno a su casa, algo que a la gente imagino que le cuesta entender, pues son muy de vida nocturna.
      Otro detalle importante son los cementerios y los entierros. Ahora es el Estado quien se encarga de los cementerios y de los entierros. Cuando una persona muere, ya está estipulado que hay quien se encarga de las tareas del sepelio… No he estado en ninguno, sí he oído comentarios de quien ha participado y, parece ser que puede haber de todo, como en botica…


       Pero es que aquí hay la costumbre de entrar en contacto con el cadáver y abrazarlo y llorarlo y despedirlo… Me viene a la mente la imagen del descendimiento de Jesús y la puesta en brazos de su madre… Y a partir de ahí, nos podemos imaginar lo que es el abrazo del cadáver de un hijo con su padre o con su madre, o con un hermano o con un familiar cercano, algo que es natural y obligatorio y que muestra una forma de decir adiós y un cariño que se siente por el que se ha ido… Y pensemos en lo que pasa con el ébola, la transmisión por el contacto… Y pensemos en la gente que no ha ido a la escuela… Y pensemos en el trauma que es no haber despedido a su padre, o a su madre, o a un familiar… Y a ver quien es el valiente que cambia esa mentalidad y les hace ver lo peligroso, contagioso o mortal que es ese contacto…
           La situación no es nada fácil y a ver quién es el majo que se dedica a explicar las cosas y luego quien es capaz de hacerlas respetar, en un terreno tan privado y tan personal como es la muerte, algo que pasa en casa, sin que nadie controle la cosa y sin que nadie pueda ver lo que pasa y que basta que uno lo haga y la persona esté contaminada, para que eso sea un hervidero de contaminación para todos…
       Estamos en situación de ver hasta cuando vamos a sufrir esto. La realidad es que se viven ejemplos increíbles de personas entregadas a los demás, cosas que por otra parte son normales en cualquier sitio, siempre que haya esas buenas gentes dispuestas a darse hasta el agotamiento…
      Empezamos un nuevo año conscientes de que seguimos en las manos de Dios y a la espera de que el azote del ébola sea un mal sueño pasado y se nos permita abrir las escuelas, que los niños puedan volver a su sitio natural de vivir y aprender; que los adultos puedan recomenzar la vida normal de trabajo y desplazamientos; que todos podamos vivir nuestra vida sin la preocupación de si estaré o no contaminado…

       Esperemos que Dios nos conceda esta gracia este año y mejor primero que más tarde. Y que la Virgen desde el primer día en que celebramos su fiesta nos acompañe a lo largo del año y nos ayude a llevar a todos en el corazón.

31 de Diciembre de 2014

Miércoles

Y estamos ante la última propuesta del año, un día normal como cualquier otro, pero la conclusión de un periodo, que nos invita a echar la vista atrás y ver lo que hemos hecho durante un trecho de tiempo y proyectarnos en lo que viene.
      Con respecto a lo vivido, creo que he ido adquiriendo una experiencia que es necesaria y que hay que aprender, y es algo por lo que tienes que pasar cada vez que empiezas algo nuevo o en situación diferente de lo que has vivido antes.
      En referencia a lo que veo delante, creo que se plantea un gran reto, que es el trabajo con la gente mende, el desarrollo de una zona rural en un medio en el que me voy encontrando cada vez más, una gente a la que voy conociendo y amando, una lengua a la que le estoy dedicando tiempo y esfuerzo y que veo los progresos que voy haciendo en ella.
      Todo ello me hace ver lo pasado como algo necesario para llegar a donde estamos y lo futuro como una ilusión y un sueño a vivir unido con los otros y a compartir con los que juntos trabajamos en este terreno.
        Que el Señor nos dé a  todos la fuerza necesaria para el reto que se nos propone, y que su Madre, en este primero de año, día dedicado a Ella, nos ayude en nuestra tarea.


martes, 30 de diciembre de 2014

30 de Diciembre de 2014

Martes

Donald sigue repartiendo arroz y Uba va al hospital con la madre de un salesiano que tiene problemas de salud. Yo voy a hacer unas fotocopias y a ver un cura espiritano que está medio paralizado, pero que creo que es la persona ideal para lo que necesito, pues quiero hacer un libro de oraciones en mende y pienso en él como alguien que tiene tiempo y conocimientos suficientes para hacer el trabajo que necesito con la competencia que se requiere, pues es cura y es de esa etnia.
        Me hace esperar un rato, pues hoy no se encuentra muy en forma y se ha levantado tarde, pero el encuentro es muy interesante y le animo a que haga algo que puede ser muy bueno y útil  para la gente de los pueblos y para los mende en general, pues pienso presentarlo al obispo para que pueda servir en la diócesis a los que lo quieran utilizar.
       Sigo con los efectos del paludismo y sigo con la siesta bañado en sudor, pero creo que las cosas van mejorando sensiblemente.

         La tarde la dedico a leer y estudiar la lengua y se me pasa muy rápida. También acaban anunciando que la firma que faltaba en el contenedor ya está solucionado el problema y que tendremos el contenedor quizás el viernes.

lunes, 29 de diciembre de 2014

29 de Diciembre de 2014

Lunes

 Estamos en el harmatán, tiempo fresco y la cosa se nota por la mañana. La ducha está más fresca que de costumbre, pero la sigo aguantando sin mayor dificultad.
         Mientras Donald y los chavales siguen transportando arroz, estoy en clase con el profesor de mende. Hoy hemos trabajado mucho rato en la lectura de textos del evangelio y me voy dando cuenta que las cosas funcionan, pues leo y comienzo a entender unas cuantas cosas, algo que antes no me pasaba. Sé que es largo el camino, pero también sé que hay que tener paciencia y recorrerlo para poder llegar a conocer una lengua, y estoy dispuesto a tener paciencia y recorrerlo.
       Por la tarde, después de una buena siesta en la que veo que el paludismo va remitiendo, pues ya no sudo copiosamente, leo un rato la prensa y veo los correos, pues tenemos luz y hay conexión, aunque no por mucho tiempo.

       Hay gente de los pueblos que viene a vernos y también tengo tiempo para leer y estudiar un rato la lengua  antes de cenar y dormir. Y del contenedor seguimos sin noticias…

domingo, 28 de diciembre de 2014

28 de Diciembre de 2014

Domingo

Seguimos sin luz, pero ahora es porque no se ha pagado la factura. Aquí tienes un cupo que pagas por adelantado y cuando eso se acaba, te cortan y hasta que vengas a renovarlo. Así que hoy toca sin luz porque la oficina no abre el domingo. Aquí parece que funcionamos de esta forma y prevenir es algo que se hace más tarde…
        Nos levantamos sin luz y salgo pronto para ir a Mattru. Busco una moto y por suerte no tardo en encontrarla. La mañana es fresca, fría para la gente de aquí, y pocos andan por la calle. La moto antes de dejar la ciudad se para y busco otra, que ahora sí me lleva a destino.
       Es muy temprano y una hora de adelanto en la misa y con el fresco, hace que la gente llegue más tarde, pero acaban siendo numerosos. La experiencia es agradable, pues les saludo y ellos se muestran agradecidos por el gesto. Creo que vamos conociéndonos y a medida que el conocerse avanza, también la confianza y la amistad aumentan.
       Día de la Sagrada Familia, les hablo de la familia y les invito a ser parte activa de la parroquia y no ser únicamente cristianos de misa dominical, cosa que hasta ahora han vivido, pero que tendremos que ir pensando en cambiar. La asistencia es buena y numerosa, hay más de doscientas personas.
       Miro la hora y veo que el tiempo se echa encima, pido ayuda si alguien me puede llevar hasta encontrar una moto y nadie aparece. Por suerte una moto deja a alguien en el camino y me lleva hasta la ciudad, donde me encuentro con los que me vienen a buscar, como me habían prometido, pero se les ha averiado la moto…
      Con todo ello tenemos tiempo justo para llegar a destino y la gente está ya esperando, la iglesia está llena y hay gente fuera… Han preparado la cosa con solemnidad, pues hasta tienen incienso, pero veo que hay que ensayar con los monaguillos, pues te hacen cualquier cosa, como poner el incienso ellos, antes de darle el incensario al cura…
       La misa transcurre por los cauces normales. Veo que la gente se siente contenta, me siguen en la homilía, donde les hablo de la familia y les animo a la experiencia de rezar marido y mujer juntos cada día durante unos minutos. Me prometen que lo van a hacer y les digo que les preguntaré por la experiencia la próxima vez que nos encontremos.
         Al acabar los que han ido a Tikonko me están esperando, pues es el mismo camino, cosa que agradezco, ya que las ofrendas que han presentado son numerosas y tienen peso. Hay dos cestas que han presentado con comida preparada y tres paquetes de bolsas de agua, además de otros frutos del campo, que si no es en un vehículo no podría transportar.
       También hoy he tenido un momento de conversación antes de comenzar la misa con el responsable de la iglesia y he visto su actitud abierta, lo mismo que él ha visto en mí un interés en estar con ellos y ayudarles, que a ambos nos ha complacido.
      La tarde la paso entre libros y papeles, además de leer las noticias y responder los correos que tengo pendientes. En un momento que hay conexión salen los correos que tengo escritos y entran otros, uno de ellos me dice que en el contenedor que ha salido para las monjas clarisas viene un compresor para Bo.

      Seguimos sin luz, pero encendemos el generador durante la cena, lo que permite cargar baterías y tener conexión, leer noticias y enviar correos.

sábado, 27 de diciembre de 2014

27 de Diciembre de 2014

Sábado

Donald se dedica a repartir arroz. Queremos dejar libre el contenedor en el que descargamos las cosas lo antes posible, y hay quienes vienen a agradecer el don recibido. Hoy habrá limpieza especial en la ciudad desde las doce hasta las cuatro. Otros sábados solía ser por la mañana, pero las cosas cambian sin mucho aviso.
      En espera de que venga el contenedor, tengo prevista una sala para descargarle en el centro de pastoral. Me he entendido con la monja encargada y tendremos un almacén que nos permitirá dejar lo que no podamos transportar de otra manera. Hoy lo he visto y me parece una buena solución, pues en casa no tenemos sitio donde guardar lo que nos llega.
       Viene a verme el constructor de Mattru. Es un señor entrado en años y católico convencido, que se ha tomado las cosas en serio y quiere que encontremos el terreno para la futura parroquia cuanto antes. Él mismo ha ofrecido unos terrenos que tiene, si es que no se puede encontrar algo mejor y más cercano. Hablando con él veo su buena voluntad y disponibilidad y le animo en el trabajo que está haciendo. Esperemos que podamos conseguir el terreno que necesitamos.
       Por la tarde se sigue repartiendo el arroz y no puedo ir a la reunión con las parejas, pues no hay vehículo. Otra vez será.

        Hemos estado todo el día sin luz y al final encendemos el generador y podemos cargar las baterías y enviar y recibir correos. El palu se va mejorando y siento cada vez menos los efectos secundarios.

viernes, 26 de diciembre de 2014

26 de Diciembre de 2014

Viernes

Para nosotros el día después es tranquilo. Después del desayuno y un tiempo de limpieza, dedico un buen rato a la lengua. El profe no ha venido, pero ya tengo la experiencia de lo que hace y trato de adelantar por mi cuenta leyendo lo que ya hemos hecho juntos y revisando apuntes.
         La experiencia en la calle ayer fue interesante. Se repartieron todas las raciones de comida que se llevaban, había más de ochenta, y los comentarios eran positivos. Uba ha ido por la mañana con los chavales a repartir arroz y vuelve por la tarde.
        Los efectos del paludismo se siguen notando, pues tengo ganas de dormir y cuando lo hago durante un rato me despierto bañado en sudor, pero sé que es la forma de curar la enfermedad y tengo que ser paciente.
        Después de comer vuelvo a dormir un buen rato la siesta y de nuevo me despierto bañado en sudor, lo que quiere decir que vamos por buen camino. Además hay los efectos secundarios de calambres musculares y zumbidos de los oídos que espero que pronto se pasarán.
      Donald se ha pasado la mañana preparando adornos para diversos sitios de la casa, la capilla en particular. Es admirable su iniciativa y su empeño en las cosas que hace.
         Aunque no hemos ido a los pueblos, acabamos sabiendo que los que estaban en cuarentena en Cassama han sido liberados, pues parece ser que el enfermo que apareció en el pueblo no tenía ébola… Y digo “parece” porque seguimos moviéndonos en el campo de las posibilidades y no de las certezas, pero aquí las cosas son así.

        Cuando hay conexión envío los correos que he escrito y leo el periódico para enterarme de las noticias. Las locales son más o menos las mismas. Estamos en una situación de encierro que desde las seis de la tarde a las seis de la mañana se está en casa y las fiestas y los mercados están cerrados. No sé lo que piensa la gente ni cómo lo vive, pero sí tiene una gran capacidad de aguantar lo que se les eche sin protestar.

jueves, 25 de diciembre de 2014

25 de Diciembre de 2014

Jueves

Por la noche vino la luz y cuando me desperté trabajé un rato en el ordenador, pero no había conexión. He dormido mejor que ayer, pero también he estado muchos ratos despierto, tiempo que dedico a rezar.
         Por la mañana tenemos luz, lo que nos permite hacer las cosas con cierta normalidad y dedicación, antes de salir hacia los pueblos para la misa.
         Empezamos por que no hay conexión telefónica y la moto que ayer me prometió venir no llega y me tengo que buscar otra. Aparece un chaval amable que me lleva a Mattru y me promete estar de nuevo para llevarme al pueblo siguiente, cosa que no sucede y que me hace buscarme la vida de nuevo.
       A todo esto hemos adelantado la misa una hora y si además contamos que estamos en tiempo de harmatán, para ellos es un esfuerzo grande el venir a la misa temprano, pues aquí es invierno para ellos; pero están presentes y les felicito.
        Al final de la misa reparten los regalos a los niños, pero yo tengo mi preocupación en encontrar el medio de locomoción que me lleve al otro pueblo. Uno de los que han venido a misa y que tiene moto me ve que estoy buscando y me ofrece llevarme hasta que encuentre la moto que me lleve. Le pasa la moto a un joven y emprendemos viaje, que en el camino se corta porque la moto se para. Después de varios intentos al final acaba marchando de nuevo y me conduce al sitio donde encuentro otra moto que me lleva al pueblo siguiente.
        Llego con el tiempo justo, saludo a la gente que ya está en la capilla, abarrotada, y empezamos la misa. Es la primera vez que estoy con ellos para la misa.  Towama también es el pueblo donde nosotros tenemos nuestro terreno y donde pensamos construir algo sin tardar. En el interior de la capillita hay unos ciento cincuenta bien apretados, sobre todo los críos, y al exterior puede que haya otros tantos.
        Aquí, en Towama, pueblo que tiene la universidad que por el momento está cerrada, están acostumbrados a la celebración de la misa del gallo, pero anoche no la hubo porque el gobierno ha prohibido todas las fiestas de fin de año con la intención de controlar el ébola; aunque los comentarios de la gente al respecto son bastante críticos. No sé qué se podrá controlar. Por lo menos las fiestas a las que están acostumbrados por ahora no han tenido lugar. No sé si estas cosas puedan tener sus “efectos secundarios”.
     La misa transcurre por sus cauces normales y al final aparecen con las bolsitas de los regalos que tratamos de repartir a los niños. Por lo menos que tengan una ilusión cumplida por Navidad. En las bolsas hay algunas chucherías, una bebida refrescante, una muñeca para las niñas, un coche para los niños y unas gafas de sol para todos. Se dan regalos a más de cien niños que han participado en la celebración. Todos estamos contentos y tratamos de transmitir alegría, a los niños en especial, en momentos en los que el ébola puede sentirse más presente…
       Por la tarde lo primero duermo una buena siesta, pues aún se notan los efectos del paludismo. Después trato de organizar fotos y crónicas en el ordenador y más tarde me entretengo en lavar la ropa a mano, ya que la lavadora hoy está ocupada por otros y el turno es largo. Como hay mucho tiempo sin luz, luego se nota cuando quieres utilizar la lavadora, pues somos muchos y la luz a veces no es potente para hacerla funcionar y nos quedamos a la espera del buen momento que funcione.    

       Después de cenar preparamos unas cuantas raciones de comida en recipientes de aluminio y pensamos llevarlo a los niños y adultos que duermen en la calle. Cuando estamos preparados, comienzo a recibir correos de alguien que me manda datos técnicos sobre construcciones y, como hay mucha gente, prefiero quedarme y atender a los correos que voy recibiendo. Ya me contarán luego la experiencia.

miércoles, 24 de diciembre de 2014

24 de Diciembre de 2014

Miércoles

  Hoy, 24, de forma especial tendremos presente a María Auxiliadora y le pediremos que nos ayude en lo que necesitamos en nuestro trabajo.
      Donald desde temprano va a repartir el arroz que llegó ayer, Se trata de hacerlo tan rápido como se pueda para que todos tengan algo para festejar la Navidad. Todo el día está repartiendo arroz. Por lo menos ha llegado a los más numerosos. Aquí se siguen preparando regalos para los críos que se repartirán mañana después de la misa en los diferentes sitios. Yo dedico un buen rato a estudiar y a preparar las lecturas que mañana haré en lengua local, pues la cosa no me resulta fácil.
        Con una monja que trabaja en el centro de pastoral, trato de buscar un sitio donde se pueda descargar el contenedor que esperamos, pues no tenemos sitio donde poner las cosas que nos llegan y trataremos de distribuir lo que recibamos lo antes posible con la gente que lo necesita. Ahora esperemos que nos llegue.
         Hemos estado todo el día sin luz y he logrado enviar algunos correos gracias a que se encendió un momento el generador.

         Una sencilla cena y unos cantos nos ayudan a vivir el ambiente de Navidad. Me encuentro cansado y pensando en lo que me espera mañana me voy pronto a dormir, mientras los otros siguen con la fiesta, algo que se puede hacer en casa, no fuera.

martes, 23 de diciembre de 2014

23 de Diciembre de 2014

Martes

La noche ha sido larga y he dormido poco, pero no me encuentro muy cansado al despertar. No ha habido luz y la claridad del día nos ilumina a la hora de despertar. Una llamada avisa de que un contenedor con arroz llega y se descarga en la finca en el contenedor que tenemos allí. En unos días estará repartido. Donald se encarga de seguir la descarga.
       Yo estoy en casa y no me siento muy bien, pero tampoco tengo mucho tiempo de pensar en ello. Se han ido a la estación los dos jóvenes que están con nosotros y quieren viajar a pasar navidad con sus familias a Freetown. Vienen los albañiles que van a hacer algún trabajo en una habitación y esto me mantiene entretenido, además de algunas otras tareas domésticas. Voy a la granja en una moto para ver lo del contenedor, pero ya han finalizado la descarga. Sí tengo tiempo de comprobar la cantidad de polvo que he respirado en el camino y sus efectos, pues me puede venir un catarro y un paludismo como continuación…
       Cuando vuelvo los que pensaban ir de viaje están de vuelta y no es que no haya vehículos, es que para viajar hace falta un salvoconducto o permiso. El gobierno ha tomado la decisión de controlar los desplazamientos de la gente en particular en estos días y ver si se puede así controlar la enfermedad. Veremos a  ver si da resultado. Los jóvenes no parecen muy afectados y se reintegran a su labor. Veremos a ver si se les puede conseguir un salvoconducto para otro momento.
        Cuando estaba intentando trabajar un poco en la lectura de la lengua aparece “Coco”, Marcos, el cooperante que trabaja con nosotros, pero que está ahora ayudando con las monjas clarisas en las labores del ébola en otros sitios y que está de paso por aquí. Me da mucha alegría el verle y salimos a la ciudad para estar un rato juntos y compartir la experiencia que está viviendo. Creo que está realizando una gran labor y resulta de mucha ayuda lo que hace. Se siente muy bien y me alegro por lo que está haciendo.
    Después de comer me echo un rato la siesta y sudo abundante, efectos del palu, pero por lo menos duermo. Fuera hay un ejército de gente que ha venido a preparar palomitas que van a dar a los niños el día de navidad y se oye la algarabía. Al final de la tarde han preparado unas quinientas bolsitas para repartir.
      Seguimos sin luz y se acaba el agua. Encendemos el generador para bombear agua y aprovecho para conectarme y enviar los correos que esperan salida.

        Uba vuelve de su viaje. Cansado y contento de lo realizado. Nos alegramos de su vuelta y todos, cansados vamos a descansar.

lunes, 22 de diciembre de 2014

22 de Diciembre de 2014

Lunes

Como había luz y conexión, me levanté y en un rato logré enviar unas cuantas fotos y luego, después de dormir un rato, volví de nuevo a la tarea y logré enviar la mayoría. Con la crónica y las fotos la gente puede estar al día. Así se podrán ver en el blog, si es que Loli tiene tiempo de colgarlas, pues esta vez pude enviar una cincuentena, aunque en varias tandas.
         Nos anuncian que hay un contenedor que viene, pero no es el que espero. Así que tendremos que seguir esperando.
        El profesor viene y dedicamos todo el tiempo a leer los evangelios de los próximos días. Cada vez que leo de nuevo una página me doy cuenta de que voy comprendiendo un poco más y eso me ayuda a seguir adelante en el camino.
        Tardamos mucho en comer y no puedo echar la siesta. Vamos a la catedral a participar en la misa de apertura del año de la vida consagrada y el obispo me dice que está contento de la visita de ayer. Yo le quiero agradecer el que haya venido y es él quien me dice gracias por lo que estamos haciendo con la gente. Me deja sorprendido, pero es así de sencillo y cercano.
        La misa es larga y cuando salimos son las seis, momento en que todo está cerrando en el mercado, pues no hay toque de queda, pero todo tiene que estar acabado para esa hora.
         Seguimos a la espera del contendor y Uba viaja a la capital, pues hay asuntos que tiene que resolver. Veremos a ver cuando llega el contenedor, pues aunque tengan un pase especial, siempre es posible que se entrampen en algún control.
           Un rato hay luz, aunque débil y hay conexión. Luego se va la luz y esperemos a ver cuando vuelve.

            En varios momentos me he sentido cansado e incluso con fiebre. El paludismo tiene efectos secundarios por lo menos una semana. Los oídos me zumban y no oigo bien; tengo mal gusto en la boca y sudores de forma inesperada, además de sentir deseos de retirarte y no ver a nadie, pero ya sé que son efectos que se pasan en unos días y que tienes que pasar por ellos.

domingo, 21 de diciembre de 2014

21 de Diciembre de 2014

Domingo

  He pasado la noche regular y no he dormido mucho. La cabeza me resulta pesada y los oídos me zumban, pero sé que son los efectos del os antipalúdicos. A pesar de ello me siento bastante bien y estoy dispuesto a afrontar el domingo con ilusión. Como hay harmatán, hace fresco. La ducha ahora es fresca y te hace despertar… Seguimos sin luz y esperando a que amanezca para ver para hacer algo.
      Uba sale temprano para Tikonko y Paul, que ha venido de Lungi, va a decir la misa en Towama, el sitio que se supone que me tocará a mí después de Mattru. Yo espero al obispo, que viene puntual conduciendo su coche y juntos vamos hacia el pueblo que ya conoce porque ayer se dio una vuelta para conocer in situ los terrenos.
        La llegada es unos minutos antes de la hora. Nos reciben amables. No hay una enormidad de público, pero el hangar que hace de iglesia está lleno. La gente aplaude y canta. Nos presentamos, les saludamos y vamos a revestirnos en las mesas que han preparado al efecto.
       La misa comienza a la hora, en lengua local y el obispo de forma muy sobria y llana se expresa con la gente, que varias veces le aplaude cuando habla. Las lecturas las han hecho hoy en inglés y lo que les sorprende es que yo he optado por leer el evangelio en su lengua y hoy lo hago por primera vez. Su sorpresa es grande, lo mismo que su alegría y repiten los aplausos en el momento en el que el obispo hace el comentario elogioso a la lectura que he hecho.
       Creo que es un momento importante para la vida de la comunidad la vista del obispo y le doy las gracias por su presencia, a la vez que hablamos de que se trata de pensar en una nueva parroquia y la necesidad de terrenos y otras provisiones que corresponden a la diócesis.
      La misa acaba, el obispo nos trae de nuevo a casa. Nos da las gracias por el trabajo que hacemos y nos anima a seguirlo. Nosotros le agradecemos su presencia, su cercanía y su interés por lo que hacemos en la diócesis y nos despedimos hasta mañana, pues tendremos juntos una misa en la catedral para comenzar el año de la vida religiosa.

En la Consagración con el obispo


En la oración

         Un rato después de nosotros llega Uba y me invita a ir a Towama, donde Paul está diciendo la misa, así puedo conocer a la gente y pensar en el encuentro que tendremos el día de navidad con ellos par la misa, pues la de la noche no tendrá lugar, ya que el gobierno ha dicho que todas las celebraciones acaben antes de las cinco de la tarde y nos ha parecido que como no tienen costumbre, que es mejor dejarlo por este año.
         Paul está aún diciendo la misa y esperamos un rato a la sombra de un árbol, pues ahora ya calienta bien el sol. La iglesia es pequeñita, ya hay otra en los cimientos, prevista para sustituirla, pero está llena hasta los topes y después de acabada la misa cuento los que salen y hay más de un ciento. Luego nos dicen que suelen ser alrededor de ciento veinte, ahora que no están los de la universidad, que es el pueblo en el que está la universidad, pero como ahora todo lo que es enseñanza está cerrado, los estudiantes no han venido.
        Me siento a veces cansado, pero no demasiado. Después de comer me echo una buena siesta y despierto bastante más en forma, lo que me permite leer la prensa digital, los correos y hacer la crónica. Ha venido la luz, pero también se   va de vez en cuando, lo que no te da ninguna seguridad de cuanto tiempo vas a disfrutar de ella.

        Seguimos esperando noticias del contenedor, pero por ahora nada sabemos. Esperemos que no tarde mucho.


sábado, 20 de diciembre de 2014

20 de Diciembre de 2014

Sábado

    No duermo mucho, pero como tampoco hace calor, no hay los sudores de otros momentos. Hacemos la oración de la mañana y Uba sigue con los problemas estomacales. Limpio un rato la habitación y trato de hacer lo mismo por los alrededores de la casa. Me siento cansado muy fácilmente, pero es lo normal después de la malaria.
       El obispo habla con Uba y le confirma que mañana estará en Mattru conmigo. Me llama por la tarde y me dice que me viene a buscar a casa.
       La mañana la paso entre el ordenador, escribiendo correos a unos y otros y limpiar cosas de la casa, además de leer y sentarme de vez en cuando para no olvidar que he tenido paludismo.
         Después de la siesta, leo un rato y vamos a Nyargorhun para la reunión con los matrimonios. El estado de la pista es bueno y nos lleva menos tiempo, lo cual se agradece, aunque el polvo es cada vez mayor a cusa de la sequía.
        En el pueblo la gente nos recibe con alegría. Voy por las casas saludando a la gente y hago alguna foto de lo que están haciendo, los niños en particular, mientras vamos haciendo tiempo para que las parejas se reúnan.
       Hoy están bastantes y me dicen que la semana pasada, en mi ausencia, han hablado de la cuestión del terreno para edificar la iglesia. Por una parte es un avance, pero por otra es una huída, pues se reúnen para hablar de la vida de las parejas. Se lo hago ver y les animo a seguir adelante.
           Les he leído el evangelio en su lengua. Es la primera vez que me oyen leer el evangelio y están admirados y contentos, tanto que al acabar aplauden y se muestran admirados de que pueda leer así. Ellos van a la escuela y les enseñan inglés y su lengua raramente tiene la “calidad” que pueda tener en inglés… Como conozco la situación en otros sitios, me he esforzado en aprender y mostrarles la dignidad de su lengua y que merece la pena leerla y escribirla, no sólo hablarla.
          No tienen mucho que comentar y por eso les digo si no estamos dormidos en la estera en vez de estar trabajando en el campo. Creo que comprenden la imagen y me prometen que para la semana que viene veré si están despiertos. Les recuerdo que es la fiesta de la Sagrada Familia y la fiesta de las parejas… No creo que este año celebremos la cosa con grandes festejos, si además la administración está alertando de no hacer reuniones…
         Uno de los maestros se acerca y me dice que tenga cuidado con Cassama, pues ha habido muertos. Me sorprende, pues hemos estado ayer y no supimos nada… Y es que la defunción debió ser por la noche y los musulmanes entierran rápido y lo hicieron esta mañana. La noticia ha corrido y me la cuentan. Esperemos que sea muerte no confirmada de ébola porque si no la cuarentena va a ser larga.
         Y aquí vemos la “inseguridad e intranscendencia” de unas noticias y otras. Lo que ayer era cierta seguridad de no ébola, hoy parece ser todo lo contrario. Y la cuestión es a qué carta te quedas. Esperemos que a la no ébola…

         La vuelta a casa es tranquila, pero en el control de la policía a la salida de Tikonko está también el ejército. Hay unos cuantos militares, fusil en ristre, que se ve que están dispuestos a pasar la noche de guardia. El gobierno quiere evitar los contagios y pone los medios que puede para controlar los desplazamientos. Por la tarde a partir de las siete ya no se circula si no tienes permiso. Como nuestro coche tiene el permiso, nos dejan pasar sin problemas, pero en todo el camino encontramos únicamente una moto, que imaginamos que tendrá sus problemas a la hora de pasar el control.

viernes, 19 de diciembre de 2014

19 de Diciembre de 2014

Viernes

La noche ha sido tranquila, pero no dormida, aunque me encuentro más en forma de lo que me esperaba. Los otros han ido a trabajar con los jóvenes del grupo misionero a la finca y hacen una cuarentena de personas. La limpieza avanza, pero la finca es enorme a la hora de limpiarla. Esperemos que alguna vez se acabe.
         Me quedo en casa y a las nueve me viene a ver el catequista de Mattru con otros dos señores para hablarme de la disponibilidad del terreno que buscamos en ese pueblo para la futura parroquia. Primero quieren enterarse de los objetivos y luego decidir. Una vez que hablamos las cosas están claras y parece ser que van por buen camino para la obtención de los terrenos.
       Mientras hablamos, Uba, aparece a buscar alguna cosa y les habla en el mismo sentido. Así ven que estamos de acuerdo y que buscamos terrenos para una nueva parroquia algo que le corresponde a la diócesis la gestión.

       Sin acabar la reunión, el profe de lengua se presenta y seguimos la clase una vez despedidos los visitantes de Mattru. Logro seguir con facilidad y no me siento cansado y hasta yo mismo me admiro de lo que resisto. Trabajamos más de dos horas y estoy en el tema sin dificultad.
       Después de la clase vamos a misa y los que vienen de la finca están muy cansados, pues el trabajo ha sido intenso. La comida y la siesta ponen fin a una mañana en la que el paludismo no ha hecho sentir sus efectos.
        Por la tarde estamos ansiosos por ir a ver a la gente de los pueblos, pues desde la semana pasada no tenemos noticias de ellos y deseamos saber en qué situación se encuentran. Hoy nos acompaña Donald, pues Uba tiene problemas estomacales.
        La llegada al primer pueblo, Valehun, no nos aclara mucho las cosas, pues los conocidos que encontramos no saben nada sobre lo que pasa en el siguiente, pero por lo menos ellos están tranquilos y nos esperan para rezar a nuestra vuelta de Cassama.
        A la entrada de Cassama nos encontramos con alguien de los que vienen a rezar que nos saluda con cariño, pero también vemos la cinta roja alrededor de una de las casas cercanas, lo que nos hace pensar en lo peor… Pero nuestro amigo nos dice que están en cuarentena, pero que parece que no es ébola porque el enfermo que ha sido llevado al hospital no ha muerto…
       Estamos aliviados, pero seguimos con la duda y a la espera de la confirmación de algo que debería hacer sido confirmado hace tiempo, pero que aquí las cosas van despacio y, mientras hay vida, hay esperanza.
         El campo de fútbol al lado de la escuela sigue vacío, lo que nos dice que la cosa no está clara y cuando recorremos el pueblo saludando a la gente vemos que las casas siguen con el precinto, que es una cinta roja alrededor de la casa, algo tan frágil como ineficaz a la hora de proteger o aislar. Además, perece que la gente que está aislada, puede ir a las fincas a buscar alimentos, pues tampoco se los traen desde la administración.
       El paseo que damos por el pueblo se hace un poco dramático frente a una de las casas con la cinta roja alrededor. Allí están varios de los jóvenes que trabajan en el hospital como ayudas y con los que organizamos los deportes para los chavales. Tanto ellos como nosotros somos conscientes de la situación. Nos acercamos a la cinta, pero ni ellos ni nosotros vamos más lejos de la prudente distancia.
        Se les ve ansiosos por acercarse a nosotros y lo mismo nosotros a ellos, pero todos nos contenemos y guardamos las distancias. Les damos palabras de ánimo, que ellos agradecen y les decimos que esperamos vernos dentro de dos semanas, ya que el gobierno ha dicho que entre navidades y año nuevo las reuniones y encuentros están estrictamente prohibidos.
        Seguimos dando la vuelta al pueblo para saludar a la gente, entre ellos a la jefa, una señora musulmana, que siempre nos recibe amable y con una sonrisa. Vamos hasta el río, la visita obligada en el pueblo, que ahora va mucho más bajo y vemos las redes de pescar que utilizan para los peces y los huertos que han comenzado al borde del cauce.
        El tiempo se va pasando y volvemos hacia la escuela, donde rezamos. Hay un grupo muy reducido, la cuarta parte de los que solíamos ser otras veces. El pueblo está bastante vacío. Alguien nos dice que la gente está en las granjas. Pensamos que han ido a trabajar o también huyendo de lo que temen… Los que estamos, tratamos de animarnos y, después de un momento de intercambio, cantar, pero los que tocan los instrumentos no están, lo que hace un poco menos fácil la situación.
        Nos animamos mutuamente y nos prometemos rezar unos por los otros y volver a vernos dentro de dos semanas, pues el viernes que viene, por estar entre fiestas, no es el mejor momento para viajar, ya que desde la administración no está recomendado en esos días… Y es que tenemos que tener en cuenta que otros años por estas fechas, todo el mundo estaba en fiestas y celebraciones, en especial en la capital, cosa que ahora con la enfermedad, se trata de evitar contactos a toda costa.
     Al final habían ido llegando algunos más, especialmente niños y el grupo que nos despide está más contento y animado, deseándonos buen viaje de vuelta.
       En Valehun las cosas están tranquilas. Han hecho la oración por la mañana y hoy aparece el que ha dado los materiales para hacer la iglesia, es Daniel, alguien del pueblo, pero residente en otro sitio lejos de aquí y a quien saludamos cordialmente. Está encantado de ver cómo la comunidad cristiana ha crecido y tiene actividad y ha prometido hacer la iglesia más grande. Dice que ya tiene los materiales. Se lo agradecemos mientras vamos rezando y cambiando noticias.


         La comunidad ha hecho un campo de mandioca y van a trabajar juntos y también han ayudado a alguien que tenía dificultades, cosa que todos aplauden cuando les felicito por el trabajo que hacen. Los niños están afuera haciendo animación mientras los adultos rezamos dentro. Es de noche y el tiempo se pasa con rapidez. Les decimos lo mismo que a los del otro pueblo. No vendremos el viernes. Les cuesta pensar en que no estemos para las celebraciones, pero les hacemos ver lo que la administración ha decidido y todos nos despedimos deseándonos buena navidad y fin de año.
      A nuestra vuelta sentimos una sensación de alivio, aunque no completo, por la falta de confirmación de noticias de que el caso sea o no ébola, pero por lo menos si la persona sigue viva, algo nos dice que no sería la terrible enfermedad. Le damos gracias a Dios rezando el rosario y pidiendo que nos ayude a todos a vivir esta navidad cercanos a los que nos necesiten.
        En casa cenamos y, como ya llevamos dos días enteros sin luz, lo hacemos con el grupo electrógeno a la espera de que alguna vez vuelva la corriente. Me siento cansado y abatido, pero es normal estando saliendo del paludismo. Ceno con esfuerzo, pero no tengo problemas digestivos, cosa que antes cada vez que había paludismo era lo normal y tenía que recibir la medicación intramuscular.

       Veo el correo y la prensa y me acuesto esperando poder dormir y descansar para mañana estar en forma, a la vez que le doy las gracias a Dios por todo lo que me ha permitido hacer hoy, pues a pesar del paludismo he hecho vida casi normal.  

jueves, 18 de diciembre de 2014

18 de Diciembre de 2014

Jueves

   Durante la noche he dormido poco y he sudado bastante. Me levanto cada vez que estoy mojado y sigo empapando camisetas, pero eso es lo normal para vencer el paludismo, sudar.
        Por la mañana estoy cansado, pero trato de hacer vida normal. Los oídos me retumban y tengo dificultades para escuchar conversaciones, pero es el efecto de los antipalúdicos y hay que esperar unos días a que se pase.
       Leo, estudio un rato, descanso, duermo y sudo, lo que me dice que la cosa avanza en la buena dirección.
        Han ido a trabajar a la finca la gente de Mattru y voy por la tarde a encontrarme con ellos y a visitar a la gente del pueblo como cada jueves. Los niños te vienen a saludar y se te cuelgan… Donde nos están diciendo que no hay que tener contactos… Pero no hay forma, pues los niños son así y así se les acepta.
       Vuelvo a casa y me siento cansado, pero una ducha y un poco de sueño me dan nuevos ánimos. Hay que dar tiempo al tiempo y que la cosa pase. El hecho de salir te despeja un poco y te ayuda a olvidar lo que estás pasando, cuando ves a los otros con sus dificultades las tuyas toman menores dimensiones.
         Seguimos esperando el contenedor que ya está en el puerto, pero ahora falta algún papel. Por suerte tengo conexión durante un buen rato con Loli en Santander y a través de ella y su teléfono, con la familia. Me da mucha alegría el poder hablarnos y el vernos a través de la cámara. Después de hablar un rato la conexión se cortó y no hubo modo de volver, pero por lo menos nos pudimos comunicar.

      Ahora creo que ya se puede decir que ha dejado definitivamente de llover, pues hace unos días que no tenemos ni gota de agua y va llegando el harmatán, pero muy suave para lo que estoy acostumbrado en otros sitios.

miércoles, 17 de diciembre de 2014

17 de Diciembre de 2014

Miércoles

Me siento cansado, pero tengo ánimos para ir a rezar con los demás y poner en la lavadora los sudores del día anterior. Hay más de una docena de camisetas que han sido empapadas…
       Viene el profe y junto fuerzas para ir a clase. Además hoy me acompaña Donald, que sigue con interés el estudio de la lengua. Primero trabajamos en la traducción de las plegarias de la misa y luego leyendo el evangelio. El tiempo se me pasa sin darme cuenta y logro resistir sin mayor problema. Cuando acaba la clase me voy a la cama un rato y logro dormir y seguir sudando.
       Me llaman para la hora de la misa, que presido, no sin dificultad, porque Uba está en una reunión con el obispo y luego como algo y me acuesto de nuevo. Logro dormir mucho rato y me despierto empapado en sudor. Me ducho, me pongo ropa limpia y, a seguir que  es la forma de pasar el paludismo.   

        Estamos esperando noticias de la llegada de un contenedor que está ya en el puerto, pero parece que ha habido ciertos desajustes y aún no ha salido. Seguiremos a la espera.

martes, 16 de diciembre de 2014

16 de Diciembre de 2014

Martes

Comienzo con síntomas de paludismo. El termómetro me da que la fiebre es alta y comienzo a tomar las pastillas para el paludismo. Desde el primer momento noto la reacción. Comienzas a sudar copiosamente y te sientes cansado y abatido.
      Paso el día entre sueños y sudores y la noche casi en vela, pero por ahora el antipalúdico que tomo parece que resulta eficaz y ya sabes que el tiempo lo tienes que pasar, sudando y adelgazando.

lunes, 15 de diciembre de 2014

15 de Diciembre de 2014

Lunes


Tenemos un lunes tranquilo. Después del desayuno hacemos limpieza. Uba va a Tikonko con alguno más para terminar detalles en la iglesia y yo recibo al profesor, que me sigue dando muy buena impresión y adelantamos en el trabajo. Hemos leído mucho rato en el evangelio y entre lo que sé, lo que me traduce y lo que voy adivinando, llego a entender un poco lo que leo en mende.
      Por la tarde voy a hacer unas fotocopias y también me doy una vuelta por un camino nuevo entre Mattru y Towama que quizás tenga que recorrer si vamos a celebrar la misa en los dos pueblos. La moto que me lleva hace sus piruetas, pero al final acabamos venciendo las dificultades y llegamos a destino. Tengo que valorar lo que merece la pena, pues el camino es difícil y no sé si cualquier moto me va a querer llevar por zona tan despoblada.
      A la vuelta a casa me encuentro con que Donald, el clérigo que ha estado más de un mes con los huérfanos del ébola, que aparece por casa. Nos da a todos una gran alegría y lo celebramos en la cena con pastel incluido, ya que ayer fue su cumpleaños.

       Estamos un rato hablando de la experiencia y me dice que es interesante, pero que hay mucha desorganización y que eso no permite tener las cosas como se podrían tener. Por lo menos habla del contacto con los críos y de la ayuda que tratan de proporcionarles, desde clases de inglés hasta juegos y música, para que vayan poco a poco adaptándose a la mueva circunstancia.

domingo, 14 de diciembre de 2014

14 de Diciembre de 2014

Domingo

Uba va a Tikonko y a Nyargorhun y yo voy a Mattru. El harmatán ha hecho su aparición y la gente lleva ropa que no llevaba antes. Para mí es un buen momento, pues como hace un poco de fresco dejas de sudar; pero también es un momento para tener cuidado, pues puedes pillar un catarro en cualquier momento.
         Hoy en la misa la gente está contenta y a ello les animo, pues es el domingo en que se nos invita a la alegría. El ambiente en la homilía es agradable y van interviniendo, incluso se atreven a hacer preguntas. Los niños han ido a una sala de clase y ello aligera la situación de forma que te puedes centrar en los adultos.
       También tienen el recuerdo agradable del trabajo que han hecho el jueves en nuestra finca y lo comento y se lo agradezco, a la vez que me prometen que nos veremos de nuevo este jueves.
        Hoy no hay tantos como la semana anterior, pero pasan de los doscientos. Nos prometemos estar alegres durante la semana y transmitir la alegría a los que estén cerca de nosotros. Que el Señor nos ayude.
        La vuelta a casa es sin problema, pues encuentro una moto en el sitio de control que ha establecido la policía en el pueblo y luego aprovecho para lavar la ropa que tenía pendiente, así como el alba sudada, pues aunque haya refrescado, el sudar a partir de una cierta hora del día es normal. Por la mañana hace fresco, pero no menos de veintidós grados, y luego suele pasar bien de los treinta, que ya te hace sudar.
        Me viene a ver a casa el constructor de Mattru. Le presento una carta que me han dado en la que una familia del pueblo  se compromete a darnos terreno y me trae el presupuesto de un pozo. Hablamos un rato, le enseño fotos de pozos que tengo en el ordenador y me dice que es más o menos lo mismo que ellos suelen hacer.
       Por la tarde, después de un rato de echar la siesta, leo y estudio la lengua, además de seguir las noticias en el periódico, pues hoy tenemos luz y hay conexión a internet. Ayer envié una corta felicitación navideña y hoy estoy recibiendo muchas de las respuestas, que son de ánimo y de cariño, sabiendo la situación en la que nos encontramos con el ébola.


sábado, 13 de diciembre de 2014

13 de Diciembre de 2014

Sábado

   Celebramos la misa por la mañana y después emprendemos las tareas de limpieza de los sábados. Yo le dedico un buen rato al estudio de la lengua volviendo a ver lo que hemos trabajado junto con el profesor.
      Philip se vuelve a la capital y nosotros esperamos la llegada de Uba, que lo hace casi a la media noche. Contentos de encontrarnos de nuevo y con bien.

           Hoy no he ido a los pueblos, pues no tenemos medio de locomoción y como la reunión de las parejas se hace por la tarde, si espero hasta que acabemos se nos va a hacer problemático volver en una moto, pues no te dejan circular más tarde de las seis. Por ello he preferido estar en casa sin procurarme problemas ni para mí, ni para quien me iba a conducir.

viernes, 12 de diciembre de 2014

12 de Diciembre de 2014

Viernes

Hoy viernes, los jóvenes del grupo misionero van a trabajar a nuestra finca. Hay un grupo numeroso y el trabajo es animado, aunque se nota que no son gente acostumbrada a limpiar como lo hacen los de los pueblos. Por lo menos el ambiente es bueno y están entusiasmados con el trabajo que hacen. Nosotros estamos contentos con ellos y esperamos el día en que los podamos reunir en el sitio donde ahora van a limpiar…
       Por la mañana viene a casa el profesor de mende y nos pasamos más de dos horas trabajando. Da gusto estar con una persona que conoce la lengua y tiene interés en enseñarte. Se me pasa el tiempo sin enterarme. Hemos trabajado mucho rato en leer un trozo del evangelio, pues como es algo que ya sé en otra lengua, al leer en una que no sabes, hay muchas cosas que te ayudan a comprender y eso te anima a seguir en el trabajo.
      Por la tarde es el momento de ir a los pueblos y Philip nos acompaña. Cuando llegamos al primero, Valehun, hay un entierro de alguien que ha muerto de muerte natural en la ciudad y que le traen a enterrar en su pueblo. Hay mucha gente y el pueblo está centrado en la ceremonia, lo que no impide que uno de los maestros nos venga a saludar y nos haga saber que en Cassama ha habido problemas con el ébola.
       Conscientes de la noticia, vamos al pueblo dispuestos a ver lo que pasa y tomando las precauciones convenientes. En el camino montamos en el vehículo a varios que vuelven del campo. Unos están enterados y otros parece que no lo saben.
         Por lo que comprendemos, ha habido una persona que ha llegado al pueblo procedente de otro pueblo al otro lado del río y como estaba enfermo ha ido al centro de salud… Se sospecha si esa persona pueda tener ébola y le han evacuado al hospital y ahora todo el personal del centro de salud está en sus casas en cuarentena, esperando el resultado de los análisis de la persona enferma.
       En el pueblo la gente está muy afectada. Se les ve tristes y, aunque algunos vienen a recibirnos, se ve que la situación que viven les ha dejado profundamente tocados, lo mismo que nos ha pasado a nosotros, pues no nos lo esperábamos.
       La semana pasada habíamos tenido un inicio de un posible oratorio con unos doscientos críos y jóvenes dispuestos a jugar y hoy no hemos encontrado a ninguno, el campo está vacío y nadie aparece en escena.
        Vamos hasta el río, la visita que hacemos siempre. El nivel del agua sigue descendiendo, pues las lluvias parece que se han acabado y también hoy se percibe por primera vez la presencia del harmatán, que aquí es mucho más débil que más cerca del desierto, pero que te da una sensación agradable, ya que ha refrescado y no sudas como lo hacías hasta ahora.

      En la oración estamos cuatro personas y nos prometemos rezar los unos por los otros y a ver qué noticias tenemos la semana que viene. Nos hemos dado una vuelta por el pueblo y hemos visto las casas con la típica cinta roja alrededor que indica la cuarentena… Esperemos que no se confirme la enfermedad y que les liberen de la cuarentena lo antes posible.
      Cuando llegamos a Valehun todavía están los del entierro en plena faena y el pueblo entero está volcado en la función, por lo que ni intentamos entrar. Seguimos nuestro camino hacia casa esperando que la semana que viene podamos hacer lo que no se ha podido esta semana.

        En casa estamos sin luz y, aunque encendemos el generador, tampoco hay conexión a internet. Me da tiempo a escribir una parte de la crónica y el resto esperemos que lo pueda hacer más tarde.

jueves, 11 de diciembre de 2014

11 de Diciembre de 2014

Jueves

Tenemos la misa por la mañana y luego me dedico a estudiar la mayor parte del tiempo, aunque también me las arreglo para consultar el correo y enviar los papeles y el dinero del contenedor a la capital.
        Hoy han ido a limpiar a nuestro terreno la gente de Mattru, el sitio a donde voy a decir misa los domingos. Al final había casi cuarenta y el trabajo que han hecho ha sido muy bueno. Les he felicitado y ellos se sentían contentos con el esfuerzo realizado. El transporte es en el vehículo de Philip, pues Uba está en la capital. Va bien cargado y la gente está contenta de que se les lleve, aunque sea apretados.
        Hoy tenemos luz por la tarde y me permite leer y consultar las noticias del periódico. El calor sigue su racha y nosotros seguimos sudando, pero a todo te llegas a acostumbrar. Aquí nos podemos quejar de calor, pero imagino el frío que están pasando otros…

       El ébola sigue su curso. Hoy ha salido la noticia de que han descubierto un sitio en el que había bastantes cadáveres y piensan que sea de ébola… A veces la cosa no es fácil, pues la gente puede morir de cualquier otra enfermedad, paludismo en particular, y luego piensan que sea ébola… No hay ni medios materiales ni recursos humanos para controlar la situación. Esperemos que con la estación seca la cosa amaine.
Poblados en "Cuarentena" por el ébola


miércoles, 10 de diciembre de 2014

10 de Diciembre de 2014

Miércoles

Tenemos la misa por la mañana temprano y después van a trabajar en la granja. Hoy lo hacen los de un pueblo y mañana irán los de otro. Están ayudando voluntariamente en la limpieza de lo que será nuestro terreno y donde pensamos construir nuestra casa.

       Hoy puedo decir que he tenido una clase de más de dos horas con un profesor de mende. Me le han recomendado y ha sido capaz de explicarme las cosas de la gramática y traducir lo que significan las diferentes palabras, cosa que hasta ahora nadie había logrado hacerlo. Me ha llamado la atención que nos hemos pasado dos horas trabajando y no me he dado cuenta del paso del tiempo. Cuando encuentro a una persona que logra responder a lo que le pregunto, me encuentro a gusto y la clase se me pasa sin darme cuenta. Espero que podamos trabajar juntos por un tiempo y veré los progresos que puedo hacer en la lengua local.
       Por la tarde me he pasado bastante tiempo estudiando lo que me han ensañado por la mañana. Hacía calor y a veces no sabía donde meterme, pero las ganas de conocer la lengua, me ayudan a estudiar aunque sea sudando.
         Ahora ya hace varios días que no llueve y se nota la sequedad en el ambiente, aunque sigue siendo muy húmedo el aire. En la pista el polvo ha aparecido y la sequía se va haciendo notar.

        Me han hecho saber que el contenedor está a punto de llegar y me dan el precio de lo que van a costar los trámites del puerto y el transporte hasta aquí. Esperemos que todo se pase sin problemas.

martes, 9 de diciembre de 2014

9 de Diciembre de 2014

Martes

En el día después, los primeros viajeros salen temprano y un poco más tarde los demás. Uba va a llevar a un grupo y al mismo tiempo se unirá a los que están haciendo ejercicios en la capital. Durante la semana estará con nosotros Philip, el salesiano que se ordenó en el mes de julio y que aprovecha unos días para visitar a su familia a la vez que nos acompaña.
      Sigo buscando una persona que me pueda ayudar en la lengua local y hoy me han presentado a otro más. Hemos quedado que mañana nos encontraremos para ver si la cosa puede ser, pues el problema es que saben hablar, pero no saben la gramática de su lengua y, sigo buscando por si tengo la suerte de encontrar alguien que la sepa. Pasa que incluso profesores que han estado impartiendo clase a alumnos en la escuela primaria, no saben nada de la gramática…
       Esto que nos puede parecer raro, suele ser normal por aquí, pues van a la escuela y no les enseñan nada de la lengua local, sino que empiezan directamente con el inglés y su lengua es algo a lo que nunca han dado importancia. Saben hablar, pero no hay más. Hoy he tenido la experiencia con alguien que está aquí con nosotros, un aspirante. Nunca ha leído nada en su lengua y cuando me ve a mí que estoy estudiando me dice que leer en su lengua es muy difícil. Me pongo a su lado, leo unas cuantas palabras y él trata de leer conmigo… Va identificando lo que lee con lo que sabe hablar y es para él una experiencia que no se imaginaba… Está contento de haber descubierto que leer en su lengua no es difícil y me dice que le va a dedicar tiempo.
       Hablando con él le hago ver que su lengua son sus raíces y su cultura y dominar su lengua quiere decir tener unas raíces y un suelo en el que fijarse. Le lama la atención el que le hable así y no es la primera vez que lo hago con estudiantes,  porque sé que nunca han estudiado su lengua y no la consideran importante. Y hacerles sentir el valor de la lengua materna es darles una clave para que aprecien su cultura y se tomen interés por sus raíces.
      El calor es sofocante, pues aunque no puedes decir que los grados son muchos, sí hay un alto porcentaje de humedad, lo que te hace sudar y estar empapado. Es el momento en el que puedes utilizar más de media docena de camisetas por día y todas bien mojadas de sudor, pero el clima aquí es así y así lo aceptamos.


lunes, 8 de diciembre de 2014

8 de Diciembre de 2014

Lunes

Inauguración de la Iglesia de Tikonko
Primera Página del programa de la ceremonia...


    Tenemos tiempo para hacer los preparativos, pues la misa es al final de la mañana, lo que nos permite no tener demasiada prisa. En varias veces se va llevando a la gente, ya que no hay transportes colectivos, a la vez que se ultiman detalles.
        Cuando llegamos para la ceremonia la gente ya está presente. Han venido a pie de muchos pueblos, algunos bastante alejados, pero se han hecho presentes por el gran sentido que tienen de la fiesta y creo que es una buena cosa el poder celebrar algo así juntos, pues el recuerdo de la guerra sigue presente en el subconsciente y en las fiestas puede salir algo que de otra forma no saldría.
        Voy saludando a unos y otros conocidos y les doy el calendario litúrgico a los animadores de la oración de los pueblos. Eso les permitirá que cada vez que se encuentran para rezar en la capilla, cosa que suelen hacer a diario, se pueda leer el evangelio del día y también sentirse unidos a tantos católicos en todo el mundo que escuchan y meditan el mismo texto.
       La ceremonia de bendición comienza en el exterior. Podemos pensar que haya entre cuatrocientas y quinientas personas. Hoy para empezar la capilla se queda pequeña, pues hay muchos que siguen las cosas desde fuera, cosa que se puede hacer pues hay buenas cristaleras y todo está abierto… Y no se siente que haga mucho calor, lo que quiere decir que la ventilación del edificio es buena y que está bien orientado.


Empezamos la ceremonia presidida por el obispo...

       Estamos en la iglesia tres horas largas, pero aquí las ceremonias se sabe cuando empiezan, el acabar es otra cosa… Por lo menos no se me ha hecho largo, lo que quiere decir que había ritmo y la cosa se podía seguir fácilmente con las explicaciones oportunas.
La iglesia está llena y hay gente fuera... Han venido muchos de otros sitios a la fiesta.
Algunos hasta desde la capital.

       Después de la misa, la mesa. La mayoría de la gente ha comido en un sombrajo que han hecho cerca de la iglesia y otros hemos ido a comer a un edificio cercano. Todo ha estado bien preparado y organizado y la gente se ha ido contenta de la fiesta. Quizás nuestro problema es el no poder volverlos a sus pueblos, pero cuando no hay vehículos, tenemos que aceptar que vuelvan a pie… Creo que están acostumbrados y son bien conscientes de la situación.
       Para nosotros, salesianos la fecha es significativa, pues es la conmemoración del inicio del trabajo de Don Bosco y queremos que también esta fecha sea también un inicio de nuestra obra aquí. Le agradecemos a Dios lo que hemos vivido hasta ahora y le pedimos a su Madre que nos guíe como hizo con Don Bosco.
       La vuelta a casa es complicada, pues tenemos pocos vehículos y mucha gente, pero con paciencia vamos llegando. Acogemos a los que han venido ayer y los llegados hoy. Dormiremos bastante apretados, pero aquí se está acostumbrado y… Mañana se emprenderá el viaje de vuelta con la alegría de la fiesta vivida y compartida.

       Estamos contentos de cómo han salido las cosas. Vemos que el obispo está entusiasmado con el trabajo que vamos haciendo y el jefe tradicional y su mujer se han volcado en todo para que sea un éxito. Les he dado personalmente las gracias varias veces por cómo lo han organizado todo y también mientras estoy escribiendo al final del día le agradezco sinceramente a Dios todo lo que hemos vivido este día y le pido que nos ayude en lo que nos queda por vivir por aquí con esta gente tan agradable.