Vistas de página en total

lunes, 31 de marzo de 2014

Experiencia con parejas

Cuando hablamos de una palabra concreta, el resultado es que puede tener muy diferentes acepciones dependiendo del contexto en el que se la utilice y eso es lo que pasa con la palabra matrimonio.
Toda la carga que nosotros podemos ponerle del sentido cristiano de la unión de hombre y mujer y un sacramento, tiene muy poco sentido en la tradición africana, muy diversa y variada en cada grupo étnico, pero con unas pautas muy concretas y parecidas en lo fundamental.
Si para el cristiano el matrimonio es un sacramento de la unión de hombre y mujer en una comunidad de amor en la que se comparte todo, la realidad africana es muy diferente en este aspecto. Matrimonio significa el acuerdo entre dos familias y la relación entre un hombre y una mujer que tienen que hacer críos. El resto puede ser muy diferente en cada caso, pero la realidad es que cada uno tiene su vida, que se comparte bastante poco; cada uno tiene su economía y su dinero y sus proyectos y planes no compartidos con el otro, lo que origina la incomunicación y no pocos conflictos en la realidad de cada día.
Cuando te encuentras con un pequeño grupo de parejas y les propones una experiencia diferente de la tradicional que han vivido y hay algunos que lo aceptan, sin tardar mucho, te das cuenta de que esas parejas empiezan a cambiar mucho y muy deprisa y a vivir una experiencia de comunicación que les resulta apasionante.
Esto se logra animando a la gente a compartir, pero la forma concreta es, juntarse cada día, rezar juntos y escuchar la palabra de Dios juntos. Es una experiencia que no suelen tener, pues aunque ambos suelen rezar individualmente, no es lo normal el hacerlo juntos y la comunicación no pasa regularmente.
En cuanto comienzan este camino y se dan cuenta de las posibilidades que tienen por delante, se sienten entusiasmados y ven que un mundo nuevo se está abriendo delante de sus ojos y son capaces de compartirlo primero entre ellos y luego en las reuniones con los otros matrimonios y con otras parejas con las que van a rezar a sus casas, pues es una de las cosas a las que les animo, a compartir el mensaje que han recibido con los otros, pues eso les afianza también a ellos.

Se les ve en la cara lo contentos y felices que están
y ellos lo reconocen y lo comunican a otros,
 pues ya hay varias parejas que ellos han contactado
y que rezan con ellos.

Me acuerdo ahora de algo que una pareja compartió en una de las reuniones, tan simple como, “mi vecino me ha preguntado si la mujer que tengo en casa es mi mujer o mi hermana, porque no nos peleamos”. En su sencillez y profundidad manifiesta eso que ellos están viviendo, la unidad a través de la comunicación, a lo que ayuda la oración común que hacen, algo que la tradición no les ha dado y que aprecian mucho cuando lo descubren, y que es uno de los valores de la vida cristiana, la comunicación y el compartir, algo que es una experiencia nueva y que les ayuda en su relación; y les suelo decir que es un camino largo, pero que está lleno de satisfacciones y que merece la pena andar juntos.
Recuerdo en una reunión en la que un matrimonio nos dijo que habían decidido poner el dinero en común. Eso es algo que no es nada común por aquí, pues cada uno tiene su dinero y su economía y cada uno sabe muy bien lo que tiene que aportar y lo que el otro tiene que poner. Pero se sorprendieron también cuando les dije que no pensaran que habían hecho algo extraordinario, sino que era sólo el comienzo de una vida vivida juntos en la que debían llegar a ser una sola realidad, lo que Jesús pide en su evangelio.
Creo que hemos comenzado un nuevo camino con grupo muy reducido, pero también creo que la gracia de Dios está con ellos y les acompañará, y lo mismo que he vivido en otros sitios, también aquí se podrá vivir de nuevo y hacer que esa realidad se extienda y sea compartida por muchas parejas.
 Les suelo decir que no es solo para ellos el beneficio, que los hijos tienen también una parte muy importante en la vida de la pareja y que lo mismo que ellos rezan juntos, también tienen que asociar a los hijos y que eso es la mejor catequesis que los padres pueden hacer con sus hijos.
Y recuerdo ahora el comentario que también compartió un maestro en una reunión. Estaba en exámenes y había corregido durante largo tiempo a la luz del farol. Su esposa estaba a su lado acompañándole y el hijo pequeño de unos tres años estaba con ellos. Cuando el maestro acabó el trabajo, dijo “vamos rápido a acostarnos que mañana me espera un largo día de trabajo”. El niño le preguntó, “Papá, ¿Hoy no rezamos?”. El padre lo decía con orgullo de ver que hasta el crío tan pequeño era consciente de lo bueno que es rezar juntos.

Le doy las gracias a Dios porque me permite vivir estas experiencias con esta gente y también compartirlas con vosotros.

31 de Marzo de 2014

Lunes

Y ya estamos a fin de mes. El tiempo se pasa volando y casi sin darte cuenta te encuentras al final de lo que creías acabar de comenzar.
        Por lo menos tengo la sensación de que algo se va haciendo con la gente, aunque estemos muy en los comienzos, pues las reuniones con los matrimonios van mostrando que hay algo que empieza a cambiar y que hay esperanza de que muchas cosas cambien. Que Dios nos acompañe  en el camino.
         También tengo un poco de lumbago, algo que hacía mucho tiempo que no me pasaba, pero que de forma inesperada esta mañana me dio un latigazo y he estado durante el día de reposo y tratando de hacer algún ejercicio adecuado para aminorar los efectos. Esperemos que el dormir hoy en duro ayude, pues es lo que he solido hacer otras veces en tales circunstancias.

        He visto en internet la visita que el capítulo general ha hecho al Papa y el abrazo que se han dado el Papa y el Rector Mayor. Hoy día dedicado a don Bosco le hemos pedido que nos bendiga a todos.

domingo, 30 de marzo de 2014

30 de Marzo de 2014

Domingo

Como cada domingo salimos pronto, a las seis y media, después de los rezos y el desayuno. El día es agradable y la temperatura buena, hay 24 grados en el ambiente.
       En el camino nos espera el catequista y otro del pueblo que vinieron ayer y han pasado la noche en la ciudad. En Tikonko se queda Jos y yo sigo al pueblo al que suelo ir pronto, Valehun. La gente no está muy animada y tarda en venir, a pesar de que les he visitado a cada uno en su casa después de mi llegada.
       Me voy haciendo a la idea de la forma de ser de la gente, por lo menos lo que he leído es que son un tanto perezosos e indolentes, esperando que otro les haga las cosas antes de hacerlas ellos. No sé si es la realidad, pero en algunos aspectos no está muy lejos de lo que me encuentro, lo cual me confirma que quien los  describe no se ha equivocado mucho.
        Para mí este aspecto no es para ver lo negativo, sino para saber cómo actuar con ellos y poder ayudarles en la respuesta que espero que den en su vida de relación con Jesús y ello me anima a hacerles conscientes de que tienen que responder adecuadamente a lo que se espera de ellos, cosa que no siempre es realidad contante.
          Hoy les he preguntado muy directamente si querían que viniera a rezar con ellos y, por supuesto, me han respondido que sí. He aprovechado para decirles que el sí que dan de palabra se tiene que manifestar de forma diferente la semana que viene, llegando a tiempo a rezar y habiendo preparado la iglesia, cosa que no han hecho hoy… Ha habido sonrisas, pues creo que no se esperaban que les dijera algo así, pero me han prometido que la semana que viene las cosas van a cambiar. Esperemos que sea realidad.
       En el pueblo siguiente no había mucha gente, pues me han explicado que había una “ceremonia tradicional”  en un pueblo cercano y, donde hay comida, la gente se apunta en masa. Hoy los simpatizantes optaron por  la comida fácil…
       Por lo menos hemos leído las lecturas, he tratado de hacer una explicación compartida y la gente ha participado, si bien que a los críos se les hacía largo, pues hablar en inglés y aunque traducen, para los pequeños es algo complicado; pero por lo menos saben estar y no arman demasiado ruido, pues los adultos también les controlan.  
        La vuelta a casa ha sido normal, siempre hay gente que se apunta al viaje y el vehículo estaba lleno. La mayoría estudiantes que vienen a la ciudad después de pasar el fin de semana en el pueblo buscando provisiones.
       Después de la comida y una buena siesta para recuperar, de nuevo en ruta hacia el pueblo al que vamos por la tarde. Lembema.  Hoy me acompaña Jos para ver el ambiente y si hay opciones de hacer algo con los críos antes de la oración de la tarde.
        Críos hay en cantidad. En la oración estábamos noventa personas y más de ochenta eran críos. Y de los pocos adultos presentes intenté ver los que suelen venir regularmente y no había mucho que contar. Tendremos que seguir teniendo paciencia y atraer a los adultos, como atraes a los niños. Me han prometido una lista de los adultos y espero seguir a cada uno personalmente a ver el resultado.
       En el camino de vuelta a casa, de nuevo hay caminantes dispuestos a subirse al vehículo, estudiantes en particular que vuelven a la ciudad desde los pueblos, algunos bastante cargados con las provisiones de la semana. El traerles es un servicio que les haces y a la vez les puedes dar una buena palabra y hacerte conocer de ellos, que también vale la pena.


sábado, 29 de marzo de 2014

29 de Marzo de 2014

Sábado

Es último sábado de mes y quiere decir que la gente tiene que limpiar el barrio, con lo que hasta las diez nadie se va a desplazar en vehículo. Es algo a lo que te vas acostumbrando y ya sabes que puedes también aprovechar para hacer la limpieza con los demás.
       La mañana la dedico a estudiar, leer y preparar cosas para mañana en los pueblos. Hay conexión y logro enviar algunos mensajes, pero no a la primera, pues es muy débil.
        Por la tarde me voy a los pueblos. Primero tengo un rato de trabajo con el catequista sobre la lengua, luego un rato de paseo por el pueblo saludando a gente y finalmente la reunión con los matrimonios, algo que cada semana es una delicia compartir, pues vienen con el rostro iluminado por lo que van compartiendo marido y mujer y lo comunican con una sencillez y una frescura que disfrutas estando con ellos y ves la mano de Dios actuando en ellos.
       Hoy les ha costado llegar, especialmente a las mujeres. Cuando alguno de los hombres se ponía nervioso, le calmaba y finalmente íbamos juntos a buscar a la que esperaba. La cosa dio resultado, pues las mujeres fueron llegando.
       Destacaría hoy de una manera especial el testimonio de un musulmán que está en el grupo, pues no se pide a la gente nada más que, que vengan marido y mujer, no importa si cada uno tiene un credo. Espero que Dios vaya haciendo su trabajo de unir a los matrimonios y darles la gracias de vivir juntos y felices.
        Bueno, pues el musulmán, que no habla ni palabra de inglés, además estaba solo, pues hoy su mujer había ido a otro pueblo, pero mirándole a la cara pude ver cómo le brillaba la vista de contento y cuando habló, luego me tradujeron, dijo que estaba compartiendo junto con su mujer el trabajo y la comida, cosa que hasta ahora no había hecho y que estaba muy contento con ello. Le felicité por lo que hacía y le animé a que siga adelante que tendrá grandes sorpresas en el camino.

         Para volver a casa ya había en el coche cuatro sacos de gari, la mandioca rallada que el catequista traía para vender en un puesto, además de alguna otra persona que viajaba para saludar a una familia cuyo padre ha muerto.

viernes, 28 de marzo de 2014

28 de Marzo de 2014

Viernes

La mañana la dedico en su mayor parte a preparar las cosas para el domingo. Leo y releo la misa en mende, preparo las lecturas, dedico un buen rato a leer (estudiar), el libro que compré en el viaje a la capital, el método de “lengua crío”, que es simple, pero necesita su tiempo y ayuda de profesor. Veremos a quien encuentro, pues aquí los que no hablan inglés se expresan en esta lengua, por lo que me parece interesante conocer lo más posible, además del mende que se utiliza en los pueblos.
       Toda la mañana hemos estado esperando la conexión a internet pero no ha llegado. Por la tarde me doy una vuelta por uno de los barrios de por aquí. Descubro la casa en la que viven los “Christian Brothers”, una congregación de origen nigeriano, con los que vamos estableciendo contactos y esperamos colaborar juntos en el trabajo pastoral.
      A la vuelta a casa lo primero es pasar por la ducha, pues estoy empapado de sudor, pero satisfecho del recorrido. De nuevo me doy cuenta de que las bombas para el agua están averiadas y la gente usa los pozos tradicionales.
      Después de la ducha me doy cuenta de que hay conexión y me entero de las elecciones de los consejeros del Capítulo General y por la noche ya los últimos, los consejeros regionales. Creo que es una gracia de Dios lo que estamos viviendo y los superiores que nos da.
       Jos ha ido a Tikonko al viacrucis y vuelve ya oscurecido. No había mucha gente, pero por lo menos está contento del encuentro y de la relación con la gente.
             El grupo electrógeno es lo que funciona, pues llevamos más de un mes que no hay luz de la ciudad. Parece ser que alguien se llevó los dables del tendido y aquí el gobierno parece ser que no tiene prisa o no tiene posibilidad de reemplazarlos…

jueves, 27 de marzo de 2014

27 de Marzo de 2014

Jueves
Volvemos a casa. El viaje es agradable, pues el asfalto está en buen estado  y como hemos salido pronto, no hay todavía mucho atasco en las calles de  la ciudad. Nos paramos en milla 91 y saludamos a las hermanas Clarisas que llevan un dispensario. Hay una española, que es médico y una mejicana, además de una novicia y una postulante.
      Llegamos a casa casi a la una y comimos lo que habíamos comprado en el camino. El coci se fue, pues había estado de guardián y por la tarde nos hemos dedicado a organizar ciertas cosas, cambiar dinero, comprar carburante, conectarnos a internet, eso será mañana, si Dios quiere, pues hoy no hay posibilidad.

       Hace calor y se nota. Sudas, pero no es insoportable, aunque sí pegajoso, pero hay que irse acostumbrando, pues esta es una de las diferencias con el norte donde he estado hasta ahora.  Aquí el harmatán no es tan intenso en polvo y en falta de humedad, pero al ser más húmedo, sudas más y quizás eso se nota un poco más, pues el sudor no se seca como cuando no hay humedad.

miércoles, 26 de marzo de 2014

26 de Marzo de 2014

Miércoles

Dedicamos la mañana a reunirnos y programar las actividades pastorales y la previsión de gastos, lo que nos ayuda en la comunicación, algo que no siempre ha sido fácil, y en compartir experiencias y expectativas. Por la tarde me dedico a conectarme y enviar mensajes, pues desde aquí salen, incluso los que tienen fotos, cosa que en la conexión de Bo no suele pasar más que raras veces.

martes, 25 de marzo de 2014

25 de Marzo de 2014

Martes

Pronto salimos para Lungui, tenemos que atravesar el estuario del río en transbordador. Nos lleva una hora el viaje que es sin contratiempos. Hace un día de buen sol y la temperatura por el momento es soportable.
       Llegados a destino nos acogen amables, tenemos el retiro, luego la misa y la comida, luego la reunión y vuelta otra vez hacia casa en el ferry, algo que lleva su tiempo, pero hay que tener paciencia y te puedes leer lo que te caiga entre las manos, hoy ha sido un atlas de Sierra Leona que Jos ha comprado. Me he pasado largo rato viendo unas cosas y otras, comparando datos, gráficas y estadísticas, hasta que acabamos saliendo en el transbordador.

        Durante el viaje paso un rato al lado de Lothar tratando de comprender el trabajo que hace en la cárcel y lo que podemos nosotros hacer en Bo en la misma institución. Me dice que es muy gratificante y que es el trabajo en el que se encuentra a gusto. Va cada día a la prisión y hay varios animadores sociales que le ayudan. Destaca la labor de encuentro personal con cada uno de los internos con los que trata y cómo le satisface esta relación con ellos.

lunes, 24 de marzo de 2014

24 de Marzo de 2014

Lunes

Después de la misa y el desayuno salimos temprano hacia Freetown. Tenemos retiro y encuentro con la comunidad de Lungui también.
         La carretera está en bastante buen estado y no hay mucho tráfico, lo que nos permite estar pronto en la capital y no encontrar los grandes atascos que se producen a mediodía.
       Aprovecho para ir con un trabajador del centro al servicio cartográfico y logramos obtener un mapa de la región de Bo. Esperemos que podamos imprimirle, pues nos lo han pasado en un soporte electrónico. Hemos tenido que pagar bastante, pero estamos contentos de poder ver los nombres de los pueblos que los de la zona no han sabido darnos.
        Por la tarde intento conectarme a internet y no hay manera… Luego descubro que se ha ido la luz y, aunque tenga batería el ordenador, no funciona la conexión si no hay corriente. Después hay una nube de mensajes que llega y algunos que se van. Los primeros son los que había escrito el día 19 para felicitar a los José.

       Estoy contento y tengo la sensación de haber hecho algo, pues la comunicación es importante y tenemos la impresión de que aquí las cosas funcionan, cosa que en Bo, lo hacen, pero menos.

domingo, 23 de marzo de 2014

23 de Marzo de 2014

Domingo

Como cada domingo, salimos temprano  en dirección de los pueblos. Dejo a Jos en Tikonko, su pueblo de referencia y yo me voy a Valehun, donde suelo tener una celebración de la palabra y hacer catecismo, ya que no hay gente que pueda comulgar.
       Como de costumbre en el pueblo, a la llegada saludamos a la gente por las casas y luego les esperamos en la iglesia. Hoy hay unos setenta críos y once adultos. Tenemos un largo rato de catequesis con muchas preguntas, alrededor del tema del agua que nos da Jesús, lo mismo que se la ofrece a la samaritana. Veo que participan y el tiempo no se les hace largo. Tengo que cortar, porque me esperan en el pueblo siguiente, pero parece que van reaccionando, pues me dicen que han participado ayudando a trabajar el campo de alguien que tiene un problema en la mano y no lo puede hacer. Les felicito por lo que han hecho y les animo a seguir en la misma línea.
       En el pueblo siguiente, hoy Valei, llegamos y lo primero me saludan los niños… Después pedí un poco de agua para lavarme las manos; pero me agrada, aunque me manchen, que vengan donde mí con confianza y eso me ayuda a estar cerca de ellos y a crear lazos de amistad con todos, pues a través de los niños se llega a los mayores.
       La misa es larga, porque además de las lecturas, hay explicación y la gente hace preguntas, pero como no me espera otra misa, me lo tomo con clama y voy respondiendo a sus dudas. Están muy interesados sobre todo en las reuniones de las parejas. Les digo que  se lo tomen con calma y que a todos llegaremos, incluso si su marido es musulmán, si él no viene a rezar con nosotros, nosotros sí podemos ir a rezar a su casa…
       Acabada la misa siguen todavía las preguntas, pero les digo que no se preocupen, que vengan a las reuniones y allí daremos respuesta a lo que les preocupa. Es la forma de hacerles venir y después poder ir a visitar al que no viene a su casa.
       Volvemos casi a las doce y Jos nos espera hablando con gente a la sombra del mango, el mejor árbol de sombra que conozco, además de la fruta que es lo más sabroso que puedes tener entre las muchas frutas que encuentras por aquí.
       Al llegar a la ciudad ponemos carburante en el vehículo, pues mañana vamos a ir a la capital. Tenemos la suerte de encontrar gasoil a la primera y sin hacernos esperar, raro fenómeno que se produce muy pocas veces en este tiempo, donde hasta en la capital tienen los problemas de la escasez de carburante.
      Después de comer me encuentro cansado y me doy una buena siesta para recupera. Por la tarde voy a un cíber y no funciona… Así tengo más tiempo para ir al pueblo al que voy los domingos por la tarde, Lembema.
       El maestro no me esperaba, pues le había dicho la semana pasada que sería difícil que pudiera venir. Me dijo que había ido a comprar tiza para la escuela al pueblo de Tikonko. Como no estaba el maestro, me rodearon los críos desde que llegué y nos dimos varias vueltas por el pueblo. A la gente le llama la atención ver a un blanco y tanto crío alrededor, pero así recorro las casas y tengo entrada en todas.
      Cuando ya pensaba no encontrar gente que viniera a rezar aparece el catequista, que ha venido andando desde su pueblo y juntos vamos sacando de sus casas a los que él conoce y recuperando a algunos que han ido a otros sitios.
        En la oración estamos más de ochenta, de los cuales ocho son adultos y el resto niños de los que van a la escuela que vienen porque les trae el maestro. Con ellos cantamos un rato y hacemos animaciones y cuando van llegando los adultos se explica el evangelio y se les anima a descubrir en Jesús el agua viva.
       Hoy han entrado en el vehículo para venir del centro del pueblo hacia la escuela que está un poco en una esquina. No sé cómo se las ha apañado el catequista, pero estuve contando y a la salida había treinta y cinco críos. Conté siete en el asiento delantero, sentados alrededor y encima del catequista.
       Cuando vuelvo a casa llevo al catequista a su pueblo, para horrarle los kilómetros que tendría que hacer a pie. Es una vuelta larga, pero me agrada poder hacer este servicio a una persona muy dispuesta y servicial. Además, hoy tengo conmigo la máquina y he podido hacer algunas fotos de las talas y los campos quemados como los que visité ayer. El problema que tengo es que no me salen las fotos cuando las quiero enviar. Esperemos que laguna vez lo pueda solucionar y se puedan ver, pues siempre una foto es mejor que muchas palabras.

       En casa lavo el vehículo, pues mañana pensamos salir temprano y, tampoco se puede lavar antes, pues en cuanto entras en la pista, el polvo es algo que se pega y que te da la sensación que hace mucho tiempo que no lo limpias, así que tienes que elegir el momento oportuno para lavarlo, pues si no es como si no lo hubieras hecho.

sábado, 22 de marzo de 2014

22 de Marzo de 2014

Sábado

Tenemos una reunión convocada por los religiosos en la ciudad. Participamos y vemos la necesidad de encontrarnos de vez en cuando. Se ha propuesto una vez por mes. Hay muchas propuestas y entusiasmo en la gente. Veremos lo que se puede ir haciendo. Nosotros como los últimos llegados estamos interesados en conocer a los demás, pero vemos que tampoco los demás se conocen mucho entre sí. Quedamos de encontrarnos de nuevo en el mes de abril.
       Por la tarde salgo pronto para los pueblos, pues tengo reunión de matrimonios y quiero trabajar un rato con el catequista, con el libro de mende que he encontrado hoy en una librería  en particular. El camino no deja de ser complicado, pues están quemando los campos y el fuego llega al borde del paso y a veces las llamas son altas. Por lo menos cuando pasas se siente bien el calor, aunque procuro pasar rápido y no dar tiempo a que el vehículo lo note.
       Cuando llego al pueblo me invitan a visitar una granja y nos ponemos en camino. Está a diez minutos de marcha y no tiene acceso para vehículo. Es una parcela de cuatro hectáreas que han quemado entera. Aquí lo de quemar es algo que hay que hacer obligatoriamente si no tienes maquinaria y eso todavía no ha llegado. Lo que conocí en el norte de Benín y Togo es la naturaleza que se para unos meses mientras no llueve, pero aquí la naturaleza no se para y crece y crece, y cuando quieres sembrar , paras la naturaleza con el fuego…
       Creo que no es la solución, pero también veo que no tienen otra cosa mejor a disposición. De todas formas, le paseo por el campo me ha sido muy instructivo. Hace dos días que lo han quemado y todavía siento el calor. La tierra está bien calcinada, pero los tocones de todo lo que se ha cortado están bien presentes y, aunque muy chamuscados en la punta, cuando los tocas, las raíces siguen bien vivas y dispuestas a volver a empezar en cuanto vengan las lluvias. Pero para entonces ya habrán plantado también la mandioca y será la lucha a ver quien crece más deprisa y ocupa el terreno libre.
        No llevé la máquina. Quizás otro día tome algunas fotos. La impresión que me produjo de terreno desolado y calcinado, el fuerte olor a ceniza, el calor sofocante, el sudar por todo el cuerpo, han sido entre otras las sensaciones que recuerdo. Pero así es como se trabaja aquí y como se hacen las cosas. Las palmeras de aceite soportan estoicamente estas quemas y siguen dando fruto cada año, cosa que siempre me ha llamado la atención, la resistencia de ciertos árboles al fuego.
        En la visita nos han acompañado un grupo de niños de alrededor de cinco años. Se manejan en el ambiente con una habilidad increíble para la edad que tiene y algunos iban descalzos…
       A la vuelta trabajamos un rato sobre el nuevo libro que he traído y las dificultades siguen siendo las mismas. La persona que no ha estudiado su lengua, no conoce la estructura y se le hace difícil poder comprender su lengua por escrito. Me llama la atención que pueden leer en inglés sin dificultad, pero  leer en su lengua les cuesta.
       Luego tenemos la reunión de las parejas. Hoy han venido tres; más tarde ha llegado otra animada por una de las que participan y hay dos hombres que prometen venir con su mujer la próxima vez. Veremos a ver si es verdad. Por lo menos el que estén presentes ya es signo de que algo les interesa.
       Las parejas se expresan en inglés con dificultad, pero les  animo a todos a esforzarse en hablar en inglés porque les servirá mucho después, ya que es abrir la puerta a nuevas relaciones, mientras que si hablan sólo su lengua están muy cerrados.
       Las tres parejas que participan comparten experiencias de estos días y están muy contentas del rezo en común de marido y mujer. Es una dimensión nueva para ellos y que les permite comunicarse, cosa que tienen necesidad y que no les suele ser fácil de otra forma. Yo estoy encantado con ellos y ellos contentos de la experiencia que están viviendo. Les animo a perseverar y a compartirlo con otras parejas.
       La vuelta a casa con el vehículo cargado de gente que viene a la ciudad. Pasamos por la casa del enfermo  que ya hemos visitado varias veces y se pone muy contento con la visita que no esperaba. Rezamos todos con él y le damos la bendición, algo que aprecia mucho.
       Todavía tengo tiempo antes de llegar a casa de hablar con uno de los hombres que estaba en la reunión, que me presenta su problema con respecto a  la mujer. Es un lío suficientemente complicado como para no poder darle una respuesta en el momento. Quedamos de acuerdo en que vamos a rezar para que Dios nos ilumine y tomemos la decisión oportuna.

       En casa lo primero me ducho, me quito la ceniza del cuerpo y de la ropa y me pongo a cenar. Por lo menos hoy el grupo funciona y la máquina de lavar también, así que esperemos que las manchas de ceniza puedan salir de la camina y del pantalón. Los pies los pasé con el esparto varias veces, pero todavía queda algo de color que trataré de quitar antes de irme a acostar.

viernes, 21 de marzo de 2014

21 de Marzo de 2014

Viernes

Después del desayuno y la limpieza de la habitación me pongo en marcha. Hoy quiero visitar un sitio en el que matan cerdos los viernes de cada semana y el cocinero me ha hablado de ir. El viaje es interesante, pero me encuentro al dueño con lumbago y tomando comprimidos para el dolor. Me dice que en cuaresma lo ha dejado, que volverá a matar en pascua.
       Dejo al coci en casa para que vaya preparando la comida y me voy a la ciudad. Me han prometido encontrar formas grandes en una librería de los protestantes y cuando llego me dicen que espere, que vendrán.  Aprovecho para consultar el coreo en un cíber. La conexión que tienen es muy lenta y débil, pero por lo menos logro abrir un par de periódicos y leer algunas noticias.
       En la librería me han conseguido las formas y me enseñan un libro de mende, la lengua que intento aprender. Es algo escrito para enseñar en las escuelas a los estudiantes que saben hablar y no saben leer o escribir la lengua. Me sirve poco, pero de algo me puedo valer, pues es mejor tener algo escrito que nada y espero que el catequista me pueda ayudar a leer y traducir. Lo he intentado con el cocinero que es de la misma etnia y no he tenido mucho éxito.
Portada de uno de los libros
 que he leído sobre la gente mende...
       Por la tarde Jos va a ir a Tikonco para el viacrucis. En los pueblos a los que yo voy no lo hacen aún y prefiero quedarme en casa por la tarde. Salgo a dar una vuelta por el barrio y conocer un poco el ambiente. Es interesante ver que hay varias bombas manuales para extraer agua que están fuera de uso y la gente  ha vuelto a utilizar los pozos tradicionales que ni tienen brocal… Educar es tarea larga y compleja.
        Aquí el agua es abundante y la tierra rica y puede dar varias cosechas al año. Es algo muy diferente a lo que he vivido en el norte de los otros países en los que he estado donde la estación de lluvias duraba cuatro meses y el resto era, ni gota de agua. Aquí  llueve de vez en cuando y el ambiente es húmedo a pesar de que haya un poco de polvo del harmatán.


jueves, 20 de marzo de 2014

20 de Marzo de 2014

Jueves

Me levanto temprano y voy al pueblo de Valei. Me encuentro con la gente para rezar. Les cuesta madrugar, pero van llegando a la escuela, ya que en el pueblo no hay iglesia. Los maestros y los alumnos de la escuela son los asistentes a la oración. Si hemos logrado entender que nos tenemos que ocupar de los demás, siguiendo el evangelio del día, por lo menos habremos hecho algo de bueno.
       Yo he tenido la oportunidad de hacerlo después de la oración, pues el vehículo se ha llenado de críos que van a la escuela a Tikonko. Y lo que me ha llamado la atención, como todo estaba lleno, y pensemos en lo que significa estar llenó aquí, que no hay sitio para otro más… Pues uno se ha puesto encima de la rueda de recambio que está al exterior de la puerta trasera del vehículo y así le he llevado hasta la escuela.  Cuando me di cuenta, traté de tener cuidado y no hacer nada que pudiera causarle problemas.
Un árbol se ha cruzado en el camino...
Los que lo apartan cobran "mordida" a los que pasan...

Llovió y se inundó la escuelita...
Y los alumnos recogen el agua...

Los críos de una escuela...

       













Cuando llegamos a destino, el muchacho, tan campante, se bajó de su rueda y se metió en medio de los demás. Le pude identificar por la camiseta que llevaba, pero no tuve a mano la cámara para hacerle una foto…
        Sí la tuve por la tarde cuando volviendo por el mismo camino, habían derribado un árbol y estaban pidiendo mordida a los que pasaban. Como no tenía prisa, me entretuve un rato con ellos, les hice algunas fotos, así pude hacer con tranquilidad una foto a una moto con tres personas, algo que merece la pena verse, pues las otras que he hecho hasta ahora, siempre me salen descentradas, pues cuando la moto está en movimiento,  es difícil de conseguir una foto bien centrada.
         En el pueblo me he entretenido con el catequista en seguir el trabajo de la traducción de las palabras de la misa. Le resulta muy complicado, pero algo vamos haciendo.
       Para que podamos entender. No han estudiado nunca su lengua y, aunque la hablan, no conocen la gramática y hay muchos aspectos que se les escapan. Hoy hemos leído por la mañana el episodio del rico y Lázaro. El catequista ha tardado en hacer la traducción conmigo más de dos horas. No puede explicarme palabra por palabra lo que significan, ni los giros de su lengua. Es el hecho de no haberla estudiado en la escuela.
       Después del trabajo nos damos un paseo por el pueblo saludando a las familias cristianas y luego vamos hasta una plantación de palmeras de aceite. Para mí es algo nuevo, pues una plantación de palmeras de aceite no la había donde he estado en Benín o en Togo. Es interesante ver el proceso de la obtención del aceite, algo que hacen artesanalmente en el sitio mismo donde están plantados los árboles.
       En la oración de la tarde había veinticinco personas, la mitad adultos, la mitad niños. Les animé a descubrir las necesidades de los que tenemos alrededor y a ayudarles en lo que podamos, cosa que comentaron entre ellos que tienen que hacer.
       Para la vuelta ya había quien me esperaba con equipaje, además de los que nos encontramos por el camino, que siempre trato de ayudarles si hay sitio. Me basta con ver la sonrisa que tiene el rostro de una persona a la que ayudas para darme cuenta que están enormemente contentos con el servicio que les haces.
       Cuando llegué a casa eran ya casi las nueve. El grupo electrógeno estaba funcionando, pues tenemos carburante y me dediqué a escribir la crónica. Por lo menos ahora que no tenemos  conexión a internet, se le puede dedicar un rato más a la crónica, ya que no hay le prisa de leer y responder a los correos.


miércoles, 19 de marzo de 2014

19 de Marzo de 2014

Miércoles

No sé qué me ha pasado que cuando estaba a punto de concluir la crónica del día se me ha esfumado… Volver a empezar y tratar de hacerlo mejor…
       Después de la oración y el desayuno, Jos va a dar una vuelta para ver el ambiente en las gasolineras. Hay colas enormes. Más tarde se decide a ir a buscar gasolina para el grupo. Está cuatro horas esperando en la cola. Por lo menos ha conseguido la gasolina y podremos tener en marcha el grupo electrógeno. Es verdad que ha habido que dar una propina al de la gasolinera, pero parece ser que es la norma de aquí.
        Cuando vuelve son las tres de la tarde. Estamos cansados. Comemos y descansamos un poco. Pienso en ir a los pueblos, pero antes voy a consultar el correo en un cíber, ya que en casa no tenemos conexión. Uno está cerrado. En el segundo me aceptan y hoy la conexión es muy débil y lenta. Logro entrar en uno de los correos y cuando intento leer un poco las noticias, el grupo que alimenta el cíber se ha parado y me dicen que vuelva mañana. Imagino que se les ha acabado el combustible.
       Me doy una vuelta por el mercado buscando en las librerías de segunda mano alguna cosa en mende o el criollo, pero no hay suerte. Le digo a san José que como hoy es su fiesta, que me busque algo, que estoy dispuesto a esperar aunque sea al tercer día como le pasó a él con su Hijo… Veremos a ver si acabo teniendo suerte.
       Hoy ha hecho un poco más de calor que los días anteriores, además hay mayor grado de humedad y ello hace que se sude abundantemente. Ya me he duchado cuatro veces y he cambiado otras tantas la ropa. La lavadora funciona con el grupo y le pongo el programa de lavar rápido, pues es cuestión de quitar el olor a sudor de la ropa y así mañana por la mañana la ropa ya estará de nuevo disponible para ponerse, pues se seca durante la noche.
        En la mañana he dedicado un rato a felicitar a los Josés de la lista del correo. La realidad es que escribo hoy, pero veremos a ver cuando logro hacer que salgan. Por lo menos la intención está, cuando van a llegar a destino, ya veremos.

        Finalmente no voy a los pueblos. Me encuentro suficientemente cansado y prefiero prepararme para mañana. También como es el santo de Jos, después de cenar nos vamos a un bar que tiene climatización y nos tomamos una bebida. Por lo menos estamos un rato en un sitio fresco y sin sudar.    

martes, 18 de marzo de 2014

18 de Marzo de 2014

Martes

Temprano me pongo en camino y voy a Valei, pueblo que me dicen que rezan por la mañana, pero que me parece que no es del todo verdad. Cuando llego, antes de las seis, entro con las luces del vehículo apagadas, para no llamar la atención y un poco más tarde alguien hace sonar la llanta de camión que sirve de campana.
       Poco a poco se va corriendo la voy de que estoy allí y la gente va viniendo. Al final estamos más de veinte persona, cosa nada despreciable para este pueblo. Rezan diversas oraciones, leemos el evangelio del día, algunos hacen comentarios y al final les digo alguna reflexión, sobre todo el aceptar la presencia de Dios tal como Él se revela en nuestra vida de cada día, y saber descubrirla así, que no es poco cosa.
       La vuelta a casa me permite traer a los críos que van al otro pueblo a la escuela, por lo menos algo se hace de positivo, además de algunos otros que aprovechan el viaje. El vehículo está bien cargado.
       Cuando pasé el control de la policía esta mañana, era aun de noche, pero allí estaba un tractor cargado de madera esperando el permiso para pasar. El conductor dormía apoyado en el volante. A la vuelta, el tractor sigue en el mismo sitio…
       Buscamos carburante en las gasolineras. Gasoil logramos tener para el vehículo, pero gasolina para el grupo, se hace imposible el conseguirla. Hay escasez y las colas que se forman en una que tiene combustible son dignas de cualquier foto. Y las ves a todas horas, antes de las cinco de la mañana ya están esperando a que abra la gasolinera. Durante el día a pleno sol, aguantan estoicamente los ardores del sol y por la tarde siguen en su puesto esperando un poco de carburante…
       Además de no haber luz, ahora sin gasolina, tendremos que reducir el tiempo del grupo electrógeno. Tendremos menos luz, pero habrá menos consumo y menor gasto. Siempre es posible encontrar un aspecto positivo en cualquier asunto.
       Por la tarde me paso por un cíber para consultar el correo, ya que en casa no tenemos. A quien me escribe, si puedo le digo que le escribiré más tarde. El calor es fuerte y se suda por todos los poros.
       Voy al pueblo del catequista. Estamos un rato trabajando en la lengua y en la misa en lengua local. Como no han estudiado su lengua en la escuela, les cuesta analizar las cosas y traducir con precisión, pero en ello estamos.
        Luego tengo reunión con el grupo de matrimonios. Hoy hay nuevas caras y algunos que faltan, pero el ambiente es bueno y las cosas que se dicen comienzan a ser sinceras y manifestación de que las cosas se van tomando en serio.
       Una señora nos pide que recemos por su marido que está enfermo, cosa que hacemos, otra nos pide ayuda para solucionar el problema que tiene con el marido, algo que animo a varias parejas a que vayan a visitar al marido y a rezar en su casa. Me lo prometen con decisión. Veremos el resultado la próxima reunión.
       Percibo en el ambiente que hay cosas que van cambiando, especialmente cuando les pregunto directamente a cada una de las parejas presentes cómo ha cambiado la situación en la semana. Cada uno destaca un aspecto, pero hombre y mujer están de acuerdo que las cosas van cambian a mejor. Para mí es una alegría inmensa el ver que desde el principio hay gente que trata de vivir su vida entregada a Dios y les doy las gracias por el testimonio que han dado, a la vez que les animo a seguir en el trabajo.
      La vuelta a casa se hace de nuevo con el vehículo cargado. Si no lo está desde el principio, siempre te encuentras caminantes que prefieren subirse al vehículo, cosa que trato de ofrecer siempre que puedo y hay sitio. También es una forma de hacerse amigos y conocer nuevos rostros de personas.


lunes, 17 de marzo de 2014

17 de Marzo de 2014

Lunes

Nueva semana y nuevas perspectivas. Seguimos tratando de ajustar decisiones y situaciones y ver lo que se puede hacer. Esperemos que lleguen los buenos resultados. Por lo demás el día es tranquilo. Nos tomamos un respiro antes de comenzar a ir a los pueblos.

domingo, 16 de marzo de 2014

16 de Marzo de 2014

Domingo

Salimos temprano, como cada domingo. Jos se queda en Tikonko y yo voy a Valehun. La mañana es fresquita, hay 18 grados, y cuesta un poco desperezarse, pero la gente va llegando, pues hemos hecho el recorrido del pueblo saludando a la gente casa por casa.
         En Valehun no digo la misa. El  nivel del personal llega para hacer catecismo y es lo que trato de hacer a partir de la primera lectura, donde se nos narra la llamada de Abram. Leemos el texto varias veces, lo traducimos, lo volvemos a leer y una vez entendido, trato de hacer la diferencia entre la llamada de Dios y la relación con el dios de la tradición y cómo ya hace unos cuatro mil años que Dios, el de Jesús, se revela como bendición para todos.
        Intento hacer la diferencia de la tradición, que es lo que ellos viven más de cerca y el Dios de Jesús. La respuesta la encontramos a la hora de las peticiones, donde se ve la sensación de estar a gusto en la oración que se hace. Lástima que las que hacen en lengua local se me escapan, pero disfruto con las que hacen en inglés y le doy gracias a Dios por estas vivencias tan profundas de la gente tan sencilla.
       En Niagorehoun hoy hay varias comuniones. Además del catequista, han venido tres jóvenes del pueblo  que estudian en Bo. Pero en la misa trato de hacer el mismo catecismo que he hecho en el otro pueblo y la reacción es la misma, la gente se encuentra a gusto.
       Les hago ver también que las transfiguración, acabo de leer el evangelio, es algo que se realiza en nuestras vidas de cada día y le pregunto a una de las parejas que daba testimonio en la reunión del viernes si su vida no ha cambiado, si no se sienten transfigurados y me dicen que sí. Con ello invito a todos a vivir lo mismo que esa pareja está viviendo.
       Volvemos a casa con el vehículo bien cargado, pues hay un grupo de gente que quiere visitar a James, el enfermo que traje el otro día de ese pueblo y que está en la ciudad recuperándose. Vamos a su casa. Nos recibe con cariño, nos saludamos,  le deseamos una buena recuperación, rezamos juntos y les damos la bendición, recordando la primera lectura de hoy, la bendición que Abraham será para los demás.
       Por la tarde voy a Lembema, el pueblo que tiene sus problemas para reunirse y rezar. Recorro las casas una por una saludando a la gente y a la hora de rezar hoy son menos que la semana pasada, pero por lo menos hay setenta críos y once adultos. El tema es el mismo, la bendición de Dios para cada uno de nosotros y que estamos llamados a ser una bendición para cada uno de los demás, especialmente durante esta semana.

       Al volver a casa siento el cansancio del día, pero también la alegría de haber hablado de un Dios que es bendición para todos y a quien pido eso, bendición para todos y cada uno de los que nos encontremos esta semana.

sábado, 15 de marzo de 2014

15 de Marzo de 2014

Sábado

Después del desayuno hablamos un rato y tratamos de ver las diferentes cosas que tenemos para hacer. Primero: Hay un cierto problema con el cocinero. Después de un diálogo abierto y amigable, tratamos de llegar a un acuerdo. Cuando salimos a hacer las compras no hay carburante y recorremos unas cuantas gasolineras antes de encontrar algo, y es que además estamos sin dinero y desde Freetown no nos han enviado nada…
        Por lo menos el cocinero nos ha preparado una buena comida y tendremos sobras para comer mañana, si es que no nos dan de comer en los pueblos, y se le ve que está contento y que su actitud es diferente a la que tenía.

       Por la tarde tenemos cita en la parroquia, hay anunciada una reunión del consejo que empezará a las cinco. Vamos un rato antes para saludar a los curas y para ponernos de acuerdo en algunas cosas que nos conciernen. Los curas amables nos reciben y dialogamos sobre varios temas. El consejo comienza a las cinco, hora africana, y asistimos. Hay buen ambiente e interés en la gente que participa. Nos ha causado buena impresión, aunque también da la sensación de no mucha organización.

viernes, 14 de marzo de 2014

14 de Marzo de 2014

Viernes

Se presenta un día tranquilo, pero queda el cansancio del trabajo de ayer y es bueno dedicar el día a la casa. Primero limpio la habitación y después pongo un poco de orden en las cosas. Dedico un buen rato al trabajo de la lengua, me distraigo entre leer unas cosas y copiar otras y repitiendo frases que me han ido indicando, así es la forma de aprender donde no hay un método claro como estamos acostumbrados para cualquier lengua en nuestros lares. Aquí no vas a la librería y pides el método para aprender la lengua, eso no existe, lo mismo que no encuentras un mapa de la ciudad o de la comarca, o una biblioteca con libros de historia de la ciudad o de los alrededores; pero eso es algo normal en un sitio donde poca gente sabe leer y donde esos servicios culturales son un lujo al alcance de muy pocos privilegiados.
       Por la tarde vamos a los pueblos. Jos se queda en Tikonko y yo voy a Niagorehun donde trabajo un rato en la lengua con el catequista  y luego tenemos reunión de las parejas. La realidad es bien reducida. Hay dos matrimonios y algunos medios más, pero la comunicación es muy interesante. Una pareja dice que hace una semana que rezan juntos y que las cosas han cambiado, que antes se peleaban y ahora llegan a entenderse. Se les ve en la cara lo contentos que están y los otros presentes les felicitan. Otra pareja habla de la experiencia de ir a visitar a otra familia y haber rezado juntos y cómo los dos matrimonios estaban encantados. Les doy las gracias por la comunicación. Animo a los demás a decidirse a rezar juntos y luego contarnos los cambios que viven. Hay un maestro que habla de lo que piensa hacer y una mujer que ha llegado y dice que su marido es musulmán, cosa que no tiene mayor importancia a la hora de rezar juntos. Promete que lo intentará.
        Después tenemos una oración de fieles y es aquí el momento que me da coraje no entender aún la lengua, pues es cuando ellos expresan su intimidad más profunda y es aquí donde verdaderamente descubres las maravillas que hace Dios con esta gente, los pobres, los pequeños, los últimos… Es algo que tengo muy grabado en el recuerdo, lo anteriormente vivido en estas mismas circunstancias en Cinkassé o en Kandi, y es aquí donde te das cuenta que tienes a Dios tan cerca que… rezar te sale espontáneo y darle gracias es lo normal por las maravillas que estás viendo que suceden a tu alrededor.

      No es que todo sea de color de rosa, también hay sus problemas… Cuando voy a volver para casa sin decirme nada, me inundan el vehículo de gente y de paquetes… Pero, qué les vas a decir… Hoy se han pasado un poco, quizás para bajarme del cielo en que estaba y hacerme ver que seguimos siendo los humanos de siempre. También es bueno experimentar esto de vez en cuando y aprender a tener paciencia y tratar de convertirnos a Dios, que para eso nos ofrece este tiempo de cuaresma.

jueves, 13 de marzo de 2014

13 de Marzo de 2014

Viernes

Salgo muy temprano para rezar en un pueblo. Llego antes de las seis y tengo tiempo de contemplar las estrellas. Es un espectáculo grandioso estar viendo el cielo sin contaminación lumínica y en plena naturaleza.
         Empezamos la oración y van llegando algunos más, que al final hacemos la veintena de cada día. Es bonito ver a un grupo reducido rezar y en toda confianza pedir a dios por todos y cada uno de los presentes y ausente, por los enfermos, en particular por uno del pueblo que traje a la ciudad el otro día, y por que Dios nos conceda ser felices y darla gracias. Son algunas de  las intenciones que han presentado.
       Acabada la oración voy al pueblo de al lado, Ya hay un par de ellos que me esperan, pues vamos a seguir el trabajo en la finca de la que tenemos y que estamos limpiando los linderos. Vuelto al pueblo de Niagorehun ya todos están dispuestos y con el vehículo bien repleto empezamos la marcha.
       Para las ocho ya estamos todos en nuestros puestos y empezando el trabajo que no se acabó el otro día y que creo que difícilmente se acabará hoy, pero por lo menos, daremos una buena batida a los linderos.
       Vengo a casa a buscar a Jos que dirige las operaciones de búsqueda de mojones y entre todos vamos haciendo el trabajo. También vamos a buscar agua al pueblo cercano para hacernos conocer como vecinos, cosa que siempre es buena.
       A la hora de la comida, aún nos falta un mojón importante de identificar y Jos decide quedarse con ellos y seguir buscándole. Yo vuelvo a casa, como y duermo un poco, pues la tarde es larga.
       Cuando vuelvo, ya están todos acabando las sobras de la comida de mediodía y traido a Jos a casa. Un grupo quiere ir a visitar al que el otro día traje enfermo. Le han dado el alta en el hospital y está en casa, Nos presentamos y es para él una gran alegría, lo mismo que para nosotros encontrarle en casa. Rezamos y le damos la bendición.
       Vuelta a la finca, cargamos y viaje al pueblo. La gente está cansada y contenta de lo que están haciendo. Me paso un buen rato con los críos, luego en clase con el catequista y luego se van juntando los adultos y acabamos hablando de todo y de nada. A las siete y media, con la luna en alto, rezamos la oración de la tarde y todos compartimos el evangelio y las intenciones. Es bonito ver a la gente rezar al final del día, el sentido que tienen de lo sagrado y la facilidad con la que agradecen a Dios lo que tiene y cómo le piden lo que les falta.
        También aprov3eché en ese momento para llamar a Uba, para que vea que nos reunimos en el pueblo y habló con varios de los que conoce. Estaba muy feliz de escucharlos, tanto como yo de compartir estos momentos con ellos.
        La vuelta a casa a las ocho y media pasadas, cansado y satisfecho de un día en el que he disfrutado mañana y tarde rezando con la gente y durante el día en el trabajo con ellos.
       Después de cenar me pongo al ordenador, ver el correo y leer las noticias, hacer la crónica y a preparar las cosas para mañana, que me toca presidir la misa. Gracias Señor por lo que he vivido hoy con la gente en los pueblos y por el aprecio que he percibido que nos tienen.


miércoles, 12 de marzo de 2014

12 de Marzo de 2014

Miércoles

       Es día de ir a clase, pero el profe no está disponible, así que hay tiempo para hacer otras cosas, limpiar la habitación, organizar la ropa, leer los ejercicios y, mientras hacemos esto, suena el teléfono, es el obispo que nos pide si podemos encontrarnos con él en su despacho a las diez. Allí estamos y nos entrega una carta, algo por escrito queda, en la que nos aclara lo que tendremos como trabajo en nuestra zona, el distrito de Tikonko y alguna de las partes adyacentes, además del trabajo en la cárcel.
         Estamos contentos de recibir esta encomienda y prometemos entregársela al superior,  y juntos tratar de llegar a un entendimiento para los términos de cada una de las tareas a realizar. Hay dos zonas de dos parroquias que nos han dado además de lo que hasta ahora teníamos y el trabajo en la cárcel, que será una ayuda a la monja que está haciendo el trabajo ahora. Más tarde veremos lo que se pueda hacer.
        A la vuelta tratamos de identificar el sitio en el que los Hermanos de la Instrucción Cristiana tienen un colegio aquí en la ciudad, pero no los encontramos. Otra vez será. Por lo menos nos hemos dado un paseo por una zona del barrio que aún no conocíamos.
        Los efectos del esfuerzo de ayer se notan y tengo las piernas cansadas, pero ello no me impide dedicar unos buenos ratos a estudiar la lengua, que es la forma de aprovechar el tiempo cuando lo tienes libre.

martes, 11 de marzo de 2014

11 de Marzo de 2014

Martes

Voy muy temprano a rezar a Nagorehun, el pueblo de la reunión de matrimonios de ayer.  Al llegar es completamente de noche y me paso un rato contemplando las estrellas.  Mientras la gente va llegando. Hay unas veinte personas, la mayoría adultos. Entre los críos que han venido, uno de unos tres años, se pasa la mayor parte del tiempo de la oración durmiendo en mis brazos.
       Además de recitar unas cuantas oraciones que saben de memoria, leemos el evangelio del día y la primera lectura, que me encanta cada vez que la leo, la referencia de Isaías a la Palabra de Dios en nosotros, como los efectos que producen la lluvia y la nieve en la tierra. Somos la tierra de Dios que se fecunda escuchando su palabra.
         Después de la oración comenzamos un día dedicado a la limpieza de los bordes del terreno que tenemos a medio camino entre la ciudad de Bo y Tikonko, nuestro pueblo de referencia. Hemos apalabrado un grupo de diez personas de nuestra comunidad cristiana que se dedican a hacer esos trabajos,  que transportamos en nuestro vehículo, además de la cocinera que les preparará la comida en el sitio de trabajo y los utensilios necesarios. Todo entra en el vehículo y para todos hay sitio, aunque voy despacio, no sea que con tanta carga me ocurra algo que no seseo.
       Tenemos nuestros problemas para encontrar los mojones, pero la experiencia de la gente en cortar maleza con sus machetes siempre es algo que merece la pena ver y disfrutar. Nos pasamos el día con ellos buscando los mojones y ayudando en lo que se puede. Para la comida volvemos a casa mientras ellos comen en el campo y descansan un poco.
       La mañana ha sido intensa y por la tarde se encuentran fatigados. Mientras están comiendo traigo a Jos a casa y les vuelvo a buscar y les reintegro a su pueblo. Estoy un rato con ellos y vuelta a la reunión de los matrimonios que me han propuesto diariamente. Hoy hay  tres matrimonios y cuatro “medios” que me prometen estar al completo la próxima vez, que será el sábado, ya que les he hecho ver que tener reunión cada día  es algo que nos va a causar más problemas que soluciones.
       La experiencia va siendo interesante y las parejas que han intervenido hablan del cambio en positivo que experimentan. Creo que es muy pronto para hacer valoraciones, pero por lo menos a una pareja les he dicho que la cara que tienen hoy es distinta de la de ayer, que hoy están más alegres que ayer y me reconocen que es verdad, que el rezar juntos les ha hecho cambiar desde la primera vez que lo han hecho.
       Vuelvo a casa hacia las ocho, tiempo de llamar a mi hermano que cumple los años y con quien tengo ganas de hablar, pues hace mucho que no nos comunicamos.
       La cena, la lavadora, la crónica y preparar las cosas para mañana me llevan el resto de la noche hasta que me voy a dormir y dando gracias a Dios por el día intenso vivido y lo compartido con esta gente que te acoge como alguien de la familia de siempre y a quien acabas apreciando como a tu familia de siempre también. Es bonito en los pueblos cuando les saludas en su lengua, se sorprenden y comentan que en poco tiempo lo hablaré perfectamente. Esperemos que así sea.


lunes, 10 de marzo de 2014

10 de Marzo de 2014

Domingo

Cuando nos estábamos preparando para ir a clase, llama el profesor para decirnos que esta semana no estará disponible. Eso me permite ir con el cocinero al mercado y enseñarle lo que son las sardinas, pescado que no identifica, además de hacer algunas otras compras para la casa, comida en particular.
       Después de comer queremos ir al terreno que tenemos entre la ciudad y Tikonko y a la altura de la universidad, hay manifestaciones y barricadas. Pacientemente damos media vuelta y una hora más tarde la policía ya se ha ocupado de abrir lo que estaba cerrado. Los estudiantes piden tasas más bajas. No sé por dónde andan las cosas ni las razones que tienen para tal petición.
       Estamos un rato en el terreno, plano en mano, tratando de hacer coincidir la realidad con el papel, cosa que se revela nada fácil, pues es una gran extensión y la maleza ha crecido por todas partes, con lo que los límites y mojones tienen que ser rescatados de entre la maleza.   Se hace lo que se puede y el resto se deja para mañana.
       Voy a Niagorehoun a reunirme con el grupo de matrimonios que quiere prepararse para arreglar cristianamente lo que están viviendo en la tradición. Empezamos con dos parejas y media, pues hay un hombre que está solo y su mujer está cerca preparando la cena. Vamos a visitarla en procesión y nos prometa que mañana vendrá.
       El contacto con los matrimonios es una experiencia muy interesante que he vivido en el norte de Togo y que creo que voy a disfrutar de la misma oportunidad por aquí. Es muy interesante tener al marido y a la mujer al lado y animarles a hablar y a compartir lo que juntos vives con respecto a su vida de oración y de testimonio de ser cristianos.
       En cada pueblo o grupo étnico, la cuestión del matrimonio puede variar, pero hay algo que es constante. Matrimonio en la tradición es algo arreglado por las familias, lo que no quiere decir que cada vez más el amor no entre como componente, y se trata de tener hijos. El resto, cada uno tiene sus obligaciones y la cosa está bien clara para todos. Cada uno tiene su economía y dinero aparte y es bien raro que se ayuden en este terreno.
       Estar dispuesto a acompañar a esta gente en su camino de descubrir el matrimonio como experiencia de dos que quieren vivir compartiendo puede parecer algo complicado y fatigoso, pero la realidad que he vivido es que es todo lo contrario, un momento de compartir en el que    cada uno aporta lo que sabe y lo que vive y tú disfrutas de ver una realidad que cambia y que está acompañada de la gracia de Dios.

       He vuelto a casa de noche y cansado, pero muy contento y dando gracias a dios de haber podido comenzar una experiencia que ya he vivido anteriormente y que me parece que estamos  poniendo los cimientos para una iglesia local comprometida con la gente y desarrollo del país.

domingo, 9 de marzo de 2014

9 de Marzo de 2014

Domingo

Domingo y nos repartimos los pueblos. Jos va a Tikonko y yo a otros dos. Y hoy tenemos una situación un poco especial, pues nos hemos dado cuenta de que hay gente que comulga, pero no están casado por la Iglesia.  De acuerdo con el obispo hemos decidido parar la situación y resolver el problema hablando con la gente, y sobre todo ofreciendo una solución, más que una condena, pues en realidad no hay otra cosa que hacer.
      Lo mismo que ante la crisis se necesita imaginación, lo mismo ante una problema, se nos ofrece un reto y éste es hacer catecismo y tratar de dar los conocimientos que no han tenido hasta ahora y ayudarles en las decisiones que tengan que tomar. En el primer pueblo no he dicho misa, pues ninguno podía comulgar y sí he hecho la ceremonia de la ceniza que no habían hecho el miércoles. He dedicado largo tiempo a hablarles pacientemente de la situación y de las posibles soluciones. Faltaba alguno de los responsables de la comunidad y han prometido presentarme propuestas esta semana.
       En la segunda comunidad, Niagorehun, había más consenso, incluso me han dicho que quieren catecismo acelerado, todos los días de la semana por la tarde. Veremos a ver cuánto les dura el entusiasmo, porque estoy dispuesto a seguirles de cerca y prepararles a conciencia. Que Dios nos ayude a todos.
       Volvemos de los pueblos. Comemos unos cocos, plátanos y algo que sobró de ayer, pues hoy el coci descansa y a la siesta, que nos espera la tarde.
       Para empezar hay una señora a la que hemos traído del pueblo que cuando se ha enterado que volvemos nos ha dicho que nos espera en el cruce. Allí estaba con su bolsa de viaje bien pesada. .. Es Teresa, la mujer de Daniel y está embarazada. El pueblo al que voy está en la ruta que ella sigue, pero en el estado en que está no la puedo dejar en el camino. La llevo hasta su pueblo… Y allí están el catequista y Daniel, el marido de Teresa y otro joven que se apuntan para ir al Lembema, el pueblo con el que tenemos problemas para empezar a rezar…
       Cuando llegamos la gente no está preparada, pero no nos desanima. Con el catequista, que conoce bien el pueblo, vamos visitando las casas una por una y saludando a la gente  a la vez que les recordamos que hemos venido para rezar.  De pensar que no iba a haber mucha gente, hemos llegado a 135 personas, 31 adultos y el resto niños, la mayoría de los que van a la escuela.
       Hay toda una mezcla de gente que no llego a entender bien, pues han venido no sólo los católicos, hay metodistas, pentecostales y más… No me preocupa demasiado, pues a lo mejor han creído que había algo que repartir. Hoy hemos rezado el Padre Nuestro y el Ave María. Los que han venido conmigo participan animando cantos y al final les he dado la bendición prometiéndoles que el domingo que viene me volverán a ver. Espero que entonces ya habrá cosas más claras y vendrán a rezar lo que verdaderamente quieran y sientan el gusto por venir.
        Estamos en los comienzos de los contactos con los pueblos y vas descubriendo la necesidad de la gente de estar acompañada y cuando les hablas del Dios de Jesús, que es distinto del de la tradición que ellos han vivido, se les nota la reacción de encontrarse a gusto cuando rezan el Padre Nuestro y el Ave María.


sábado, 8 de marzo de 2014

8 de Marzo de 2014

Sábado

Tengo que comprar gasolina para el grupo, poner gasoil en el depósito del vehículo y comprar agua, pues el filtro está fuera de uso. En la primera gasolinera no tienen ni lo uno ni lo otro. En la segunda hay gasoil, en la tercera, haciendo cola con las motos encontramos la gasolina para el grupo. Lo del agua es otra. Hoy a las nueve no hay ningún supermercado abierto. Paciencia y a ver si encontramos agua en otro sitio. Al final había una tienda con botellas de agua.
       A la vuelta del mercado decidimos visitar “Gerihun”. Es un pueblo en el camino hacia Kenema, la otra ciudad importante que hay hacia el este del país. Allí hay una parroquia llevada por los espiritanos. Los espiritanos son los misioneros de Sierra Leona desde hace muchos años. Están celebrando ahora el 150 aniversario de su presencia y han hecho una labor inmensa en la evangelización del país, y la siguen aún hoy. Empezaron siendo misioneros franceses, siguieron los ingleses e irlandeses y hoy son los autóctonos los que siguen en el tajo.  A medida que me voy informando en libros y revistas, me doy cuenta del inmenso trabajo que han realizado en el país y es un motivo para agradecer a Dios lo mucho y bien que han trabajado.
        Gerihun es la misión más antigua de la diócesis. Empezaron en 1905 y hoy tiene una comunidad cristiana floreciente y muchos pueblos en los alrededores. De aquí han salido muchas vocaciones para el seminario y los distintos grupos religiosos.
       Nos acoge un sacerdote que se muestra muy amable y nos acompaña por los diversos sitios de la misión, a la vez que nos da explicaciones a las preguntas que le vamos haciendo. De vuelta a casa pasamos por otro sitio en el que los espiritamos tienen una iglesia que han hecho como centro de peregrinación. Es una estructura muy grande y muy sencilla que puede acoger a mucha gent. Está prevista para peregrinaciones y encuentros multitudinarios. Me ha gustado el edificio y, aunque está sin terminar, pienso que es un gran servicio para los encuentros y peregrinaciones de la diócesis. No tienen un cura residente, pero cada domingo un espiritano dice la misa y  se reúnen varios cientos de personas.
      Por la tarde, después de la siesta y un rato de estudio de lengua, voy a los pueblos. Cada vez me encuentro más a gusto con la gente y ellos conmigo y sobre manera cuando ven que me dedico a estudiar su lengua. Después de la clase hay un rato de preparación de la misa para mañana y acabamos con la oración de la tarde al oscurecer.
        A la vuelta a casa, Jos me esperaba, cenamos juntos, con el grupo en marcha pongo la lavadora y consulto internet. No hay muchas noticias, pero es bueno estar al día.