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lunes, 30 de junio de 2014

30 de Junio de 2014

Lunes

El lunes es por lo general el día en que te tomas las cosas con un poco más de calma después de las actividades del domingo. Por la mañana me voy a clase y hoy el profesor me enseña la manera como los mende construyen las casas y la forma de hacerlo. Es muy interesante ver que es lo que él mismo ha hecho en su casa y eso me ayuda a comprender la forma de pensar de la gente de aquí. La clase dura más de dos horas. El profesor se encuentra a gusto explicando y yo no tengo prisa, por lo que nos alargamos, pero yo estoy muy contento de las explicaciones y de ver que el profesor está contento de verme interesado en conocer su cultura.
      Me paso por el mercado buscando fruta y luego voy a visitar a la monja, que hoy tiene su oficina cerrada. Después de comer duermo un buen rato la siesta y no me encuentro en muy buena forma, pero por lo menos salgo y me paseo para cambiar de ambiente y después me dedico un rato a leer y estudiar.

        Y un nuevo mes que se acaba y otro que empieza, y el tiempo pasa veloz y vemos las trazas de la presencia de Dios en lo que hacemos, esperando poder verle un día para disfrutar de su presencia por siempre juntos y en familia.

domingo, 29 de junio de 2014

29 de Junio de 2014

Domingo

Domingo. Nos acompaña a los pueblos la madre de Daniel, el salesiano de aquí. Ella es catequista en su parroquia y el que venga siempre es interesante, pues acompaña a los niños en los cantos y también interviene en otros momentos.
       Hoy en Valehun no estaba ninguno de los maestros, pero uno del pueblo, que es un buen elemento, ha preparado las lecturas y ha hecho la traducción.
       La gente está contenta y entusiasmada con la visita del obispo y hoy, fiesta de san Pedro y san Pablo, hemos aprovechado para invitar  a rezar por los pastores, el papa y el obispo en particular;  por los catequistas y los que extienden la buena noticia del reino. Prometen que lo harán, esta semana en particular.
       En la vuelta hay un grupo de mujeres que van a plantar arroz, es un trabajo que se hace en común. Siempre que puedo llevo a las mujeres, pues son las que siempre andan los caminos cargadas. Al final había ocho en el vehículo. Estaban apretadas, pero contentas de poder hacer el trayecto en coche.
        En Nyagorehun hemos cambiado de orientación. La oración se hace fuera de la iglesia, pues la iglesia es tan reducida que no cabemos y ahora, como el sol va cambiando de posición, nos hemos visto obligados a buscar una nueva sombra.
        Durante la celebración en un momento han caído unas gotas, pero al final el sol ha lucido y hemos podido celebrar sin contratiempos.
       La gente está contenta y entusiasmada con la visita del obispo. Muchos era la primera vez que le veían y no se esperaban que fuera autóctono, o por lo menos ese es el comentario que algunos han hecho. Todos están felices de su visita y dan gracias a Dios por haberle visto y prometen rezar por él de una manera especial esta semana, lo mismo que por el papa y los dirigentes de las comunidades.
        Volvemos a casa y hoy no tenemos cocinera. Vamos a comer al restaurante y al que solemos ir está cerrado. Son musulmanes y han empezado el ramadán, por eso cambiamos y conocemos uno nuevo. La comida es aceptable.
        Después de echarme una buena siesta, pues anoche no dormí bien y estaba cansado, me recupero y voy a Lembema, el pueblo de las sorpresas. Y seguimos con ellas. El maestro que suele dirigir la oración no está, pero están dos maestros del pueblo donde voy por la mañana, además del catequista que ha venido andando desde su pueblo. Nos reunimos una cuarentena de personas, de los cuales una quincena son adultos. Unos nuevos, otros que conozco. Poco a poco vamos tratando de hacer un grupo que se encuentre regularmente para rezar. La señora mayor que tiene el calendario de María Auxiliadora, nos sigue desde la puerta de la casa envuelta en un paño. Quizás no esté muy bien de salud.
        Tengo que decir que la llegada fue apoteósica, con una buena tromba de agua unos kilómetros antes de llegar al pueblo, pero en el pueblo ya hacía sol al mismo tiempo que llovía y el sol acabó imponiéndose, lo que me permitió saludar a la gente en sus casas y luego rezar con comodidad.
       Antes de acabar la oración ya estaba de nuevo nublado y amenazaba lluvia, pero por lo menos a nosotros en el camino de vuelta no nos alcanzó.
         En casa tenemos luz, aunque a ratos, pues se va con frecuencia y la potencia es escasa, pero por lo menos las bombillas se alumbran, que ya es algo.

        Le doy gracias a Dios por las experiencias vividas durante la jornada, por el cansancio y la recuperación y por permitirme vivir esto de primera mano y poderlo compartir con los demás.

sábado, 28 de junio de 2014

28 de Junio de 2014

Sábado

Como es último sábado de mes, en todo el territorio nacional toca limpieza y no hay vehículos que se desplacen antes de las diez de la mañana. Se supone que todo el mundo está limpiando la casa, el barrio y las calles. Así también nosotros en casa nos dedicamos a hacer una limpieza más esmerada.
       Por la tarde voy a la reunión de parejas. Hoy voy un poco antes pues solemos tener al final de cada mes una reunión un poco más larga para ver de tratar temas que afectan a la vida de las parejas, pero hemos tenido el problema de una mujer muy joven que se queja del comportamiento de su marido… Como suelo hacer en estos casos, me callo, me pongo al lado de alguien que me traduce y sigo lo que los otros les van diciendo a la pareja concernida.
       Sé que lo de las parejas es un camino largo y paciente y cuando piensas que las cosas van a funcionar, te encuentras que algo que pensabas que estaba superado, vuelve a la carga y tienes que aceptar avanzar no al ritmo que quieres, sino al que te marcan ellos.
      Les he hecho ver que con estas cosas el grupo no avanza y que tenemos que encontrar fórmulas para hacer que estos problemas se resuelvan en familia, es decir, cuando hay una situación así, no esperar a venir al grupo, sino dos parejas, hablar con los interesados y solucionar el problema, que de eso son capaces sin necesidad del grupo. Me dicen que es verdad y que intentarán hacerlo. Esperemos que así sea.
       Por lo  pronto hoy nos hemos centrado en este problema y hemos dejado de lado otros, pero es la realidad la que marca el ritmo de la reunión.
      También hemos tratado de dar responsabilidades en el grupo a cada pareja, de forma que cada uno se sienta obligado a responder de una cosa concreta, siempre buscando el que las parejas se impliquen positivamente en las reuniones.
        Otra cosa que les he hecho ver que hace más de un mes que no hay parejas nuevas y he preguntado por las causas… La realidad es que encontrar parejas estables y dispuestas a participar en las reuniones no resulta fácil. El nivel de vida familiar en muchos aspectos está muy deteriorado y se nota mucho en la desintegración de las familias, pero por lo menos me han dicho que siguen buscando y visitando familias y que llegaremos pronto a aumentar.
         La visita del obispo ha sido todo un acontecimiento y las parejas lo hacen ver, Están muy contentos de haber conocido al obispo y ha sido para ellos un aire fresco en la vida de fe que viven que les ayuda en su quehacer cotidiano.
      Acabamos previendo las cosas para la semana que viene y cambiamos la reunión al viernes, pues coincide con otra que tienen bastantes del grupo en otro lugar.

       La vuelta a casa, la furgoneta llena, lo mismo que a la ida, Siempre hay voluntarios que se apuntan a viajar, pero ahora hay un cierto control y la gente colabora para la construcción de la iglesia que proyectamos.

viernes, 27 de junio de 2014

27 de Junio de 2014

Viernes

He descansado bien y estoy bastante en forma. Jos  va a decir misa a Tikonko y yo lo hago en casa. Voy a clase y el profe intenta explicarme las relaciones familiares entre los mende, cosa que es bastante diferente de lo que nos podemos imaginar, o de lo que conocemos. Conocer la forma de pensar y actuar de la gente es muy importante por una parte para no llevarte sorpresas y por otra para no darlas tú con comportamientos que no se esperan.
        Jos va a una reunión y yo me entretengo estudiando, leyendo, recibiendo a la cocinera que viene a ver si nos gusta la forma como cocina y luego nos trae la comida. Está bien preparada y lo hace bien y de buen gusto y agradable presencia.
       En la ida hacia los pueblos hoy eran estudiantes los que estaban en el camino, fin de semana y se dirigen a los pueblos a buscar repuestos. También había un par de mujeres en el grupo.
         Hoy voy al pueblo del catequista y la conversación gira en torno a la visita del obispo de ayer. En general todos están muy contentos del encuentro y animados en su vivir la fe de cada día. Yo les digo que es lo generalmente suele pasar después de la visita del obispo, que la gente está contenta y que el número de fieles aumenta.
       El catequista va a ir a rezar a un pueblo distante veinte minutos largos a pie y le acompaño. Ya he ido otra vez y la gente estaba muy contenta. Ahora hay que descalzarse para cruzar el riachuelo pues la crecida se ha llevado los palos que había preparados para pasar antes. El agua está a temperatura agradable y se puede pasar sin problemas, aún no es mucha la cantidad de agua que lleva.
         En el pueblo están encantados de verme. Hago algunas fotos y comenzamos la oración. El catequista dirige, lee el evangelio del día y reza varias oraciones. Al final les animo a que se reúnan con la frecuencia que puedan, que cualquier cosa que quieran hacer en común pasa por la oración de todos juntos, que es Dios quien concede la fuerza de la unidad y el trabajar juntos.
       En el camino de vuelta, repetimos la operación de paso del riachuelo y la lluvia nos amenaza, pero nos respeta y nos permite llegar a donde tengo el coche antes de que se suelte a llover.

       En la vuelta a casa en el camino llueve a ratos, pero no intensamente, lo que me permite llegar a casa sin novedad.

jueves, 26 de junio de 2014

26 de Junio de 2014

Jueves

  Por la mañana Jos va a una reunión y vuelve a la hora de ir a comer a casa del obispo, que nos ha invitado. Yo empleo el tiempo en estudiar, leer, trasplantar papayas y limpiar la habitación.
        Comemos con el obispo y después salimos directamente hacia los pueblos, pasando antes por una iglesia en construcción que ha tenido problemas, pues hay varios paños del muro que el viento ha hecho caer. La realidad es que no está bien construido y así cualquier cosa lo puede hacer caer y quizás ha sido mejor que se caiga en la construcción y se vea lo que no estaba bien hecho que en otro momento en que pudiera estar llena de gente.
         Llegamos a Valehun y los alumnos de la escuela nos reciben cantando. Vemos el edificio de la iglesia, que es pequeño y luego vamos para la reunión aun aula de la escuela, pues son grandes y bien ventiladas.
       La recepción va según lo previsto y la mayor preocupación que presentan es la escuela. El obispo les hace ver que esa no su primera preocupación y les orienta hacia el responsable de las escuelas, no sin darles un papel con una recomendación, que puede ser muy interesante para que les ayude en su empeño.
       En total hay unos ciento cincuenta, de los que más de cien son alumnos de la escuela y algunos de secundaria. Los adultos, una treintena, son del pueblo, pues han venido a saludar al obispo, aunque sean de otras confesiones. Las relaciones entre las diversas confesiones son buenas y se respetan y en la escuela todos colaboran.
        Han preparado unas cuantas ofrendas, piñas, cocos, aceite rojo, lo que ellos producen, pues ayer les hice ver que no se trata de hacer regalos costosos, sino algo que manifieste su agradecimiento a quien viene por primera vez, pero de lo que ellos tienen a disposición.
      Acabamos con el rezo y la bendición del obispo. La gente está contenta y la experiencia creo que ha sido buena y espero, que como en otras ocasiones que el obispo venía a visitar las comunidades, la reacción sea clara de que el  número de cristianos aumenta sensiblemente.
      Al pueblo siguiente llegamos y ya nos están esperando. Nos acoge la coral con cantos, lo mismo que en el anterior fueron los niños de la escuela.
        Seguimos le mismo esquema y en la presentación me sorprendo cuando veo que hay un grupo que ha venido de Lembema, el pueblo de las sorpresas y la de hoy ha sido agradable.
        He organizado las cosas de forma que intervengan y presenten las cosas ellos y en número elevado, para dar a cada uno su papel y que yo no tenga que decir nada. Así quiero que ellos sean los protagonistas del encuentro y los que le hagan preguntas al obispo y tengan respuesta a sus preocupaciones.
         Una de las cosas que el obispo ha percibido es la forma diferente de vivir las cosas aquí, en particular en el momento que se ha presentado el grupo de matrimonios, pues han mostrado un talante muy especial y se ha visto que hay algo nuevo en el ambiente de este grupo.
        También el obispo les ha felicitado y les ha animado en el trabajo de construcción de la iglesia que están preparando, viendo que tienen el terreno, varios miles de ladrillos hechos, un campo de dos hectáreas plantado de mandioca, cosa que han hecho para sacar fondos para la construcción y que lo que ahora sirve de iglesia es tan reducido que no vale la pena pensar ni en renovarlo.
        Luego hubo las ofrendas y la visita al pueblo de al lado, pues el maestro se ha quedado allí con los alumnos de la escuela. Por lo menos ha permitido al obispo ver la realidad de otro pueblo con el que se comparte escuela y el interés de todos en avanzar para que los alumnos puedan tener las facilidades que necesitan.
        A la vuelta a casa nos hemos parado en Tikonko donde por primera vez he visitado el terreno que se está preparando para construir una iglesia y que nos ayuda el obispo a conseguirlo.
        Al final del día estamos cansados del recorrido hecho, pero muy satisfechos, el obispo en particular, de haber conocido una nueva realidad y ver que hay algo que se está moviendo y que la gente vive para ello.


miércoles, 25 de junio de 2014

25 de Junio de 2014

Miércoles

Cada noche llueve, más o menos, pero llueve, y por lo que parece no estamos aún en la época de lluvias fuertes. Pero por la mañana las cosas están tranquilas, aunque el cielo suele estar más o menos cubierto.
        Voy a clase con el profe que se esfuerza por explicarme cosas de la lengua y de la cultura mende, cuando ve que estoy interesado y que le sigo y le hago preguntas. Y después me paseo por el mercado buscando fruta, pero no hay mucho donde elegir.
         La comida que nos traen desde el centro de pastoral está bien preparada y es agradable a la vista. Las mujeres que la preparan se esfuerzan por hacer las cosas bien y tenernos contentos.
      Después de comer y la siesta, me voy a los pueblos, hoy a Valehun, donde me encuentro primero con los maestros para preparar el programa de la visita del obispo que será mañana y luego para volver a visitar los pueblos que vimos la semana pasada.
      En el camino he tenido una experiencia bonita, pues había un grupo de mujeres y cuando me han visto me han hecho señas. Señal de que me conocen. Me he parado y hay ocho que han entrado en el vehículo, pero como no se abre la puerta de atrás, se las han apañado para poner los bultos que llevan atrás pasándolos por encima de los asientos y ellas amontonarse en poco espacio. Ver la sonrisa que estas mujeres tienen es algo que no se paga con dinero y que siempre tengo que agradecer a Dios la oportunidad que me da de poder vivir esta situación con bastante frecuencia.
       Y cuando estaba ensimismado en mis pensamientos, de repente, aparece una mujer bien cargada y me hacen señas de que es de su grupo. Me paro y, como ya están bien apretadas, se las apañan y una logra pasar al compartimento de atrás por encima de los asientos, ya que la puerta sigue sin abrirse. La mujer entra y ocupa el sitio de la que ha pasado atrás y todos tan contentos. Es una satisfacción ver cómo se arreglan y son solidarias unas con otras, y en esto las mujeres son mucho más sensibles que los hombres.
         Hoy en las visitas a los pueblos hemos ido directamente al que está al lado del río para visitar al que nos dijo que era catequista y que no vino el domingo. Nos dice que se fue de viaje, pero que mañana vendrá a la visita del obispo.
         En la visita al pueblo vamos saludando a la gente. Hay alguien que ha intentado reparar el techo de una casa y se ha caído y está un poco alicaído y envuelto en una manta. Le decimos algunas palabras de ánimo y le prometemos rezar.
       Llegamos hasta la orilla del río y vemos que va un poco más crecido, pero, también nos hacen ver que no estamos en la época de máxima crecida y que puede subir mucho más de lo que actualmente está.
        Volvemos a Valehun, rezamos con un buen grupo de personas y los hombres en cuento pasan dos minutos se caen de sueño. Es normal para quien ha pasado el día en el campo trabajando. Les animo a dar gracias a Dios por el trabajo que han hecho durante el día y a descansar lo antes posible para mañana poder estar en forma, ir a la granja por la mañana y recibir al obispo por la tarde.

        Hoy le evangelio nos habla de los árboles y los frutos y tratamos de comprender que nosotros somos los árboles y que los buenos frutos se consiguen con la ayuda de Dios, escuchando su palabra y con la oración. Esperemos hayan entendido algo. Por lo menos les animo a rezar en familia y a irse lo antes posible a dormir, pues están muy cansados.

martes, 24 de junio de 2014

24 de Junio de 2014

Martes

  Estamos en los días más largos del año y se nota, pues amanece mucho antes y anochece mucho más tarde, aquí podemos hablar de las seis de la mañana y oscurecer más tarde de las siete. La variación no es mucha, pues estamos cerca del ecuador para medir las diferencias.
       La mañana la dedico a estudiar, leer, hacer la colada y después estar con Agustine, el coadjutor que va a hacer los votos perpetuos a finales de julio, que está de nuevo por aquí y nos viene a visitar. Comemos juntos y luego se va a hacer otras visitas.
          Por la tarde voy a los pueblos, hoy toca oración en Baley, pero empiezo en Nyagorehun. Allí tenemos un encuentro para programar la visita del obispo y saber lo que cada uno debe hacer. Intento que sean ellos los que se presenten delante del obispo, mejor que hacerles yo el trabajo.
        Finalizada la reunión vamos a rezar a Baley y hay un buen grupito de personas, más de treinta, de los cuales la mitad son adultos. Los maestros están un poco acatarrados, pero aún así están presentes en la oración.
        He aprovechado unos momentos entre la llegada y el comienzo de la oración para tratar de hablar con algunos de los que suelen estar presentes, pues me han presentado a alguien que es un dirigente de la iglesia, a quien he visto tres veces de pasada en cinco meses. Les trato de explicar que esas situaciones es mejor que las pongamos en claro desde el principio y a quien viene se le acepta, pero a quien no viene, se le hace ver que si quiere estar con nosotros es necesaria su presencia regular.
       Luego hablo con la persona interesada y le explico lo mismo. Estamos muy contentos de su presencia, pero pertenecer a la iglesia quiere decir hacerse presente en los momentos de oración, los domingos en particular, así como a las reuniones y encuentros de la comunidad. Me dice que lo hará a partir de ahora.
         A la vuelta el coche está lleno… Quieren buscar una cabra para regalarle al obispo y necesitan venir en grupo a arreglar las cosas a Tikonko. Intento comprender y tener paciencia, pues a veces hay que saber tolerar cuando no tienen medida.
         Nos ha llovido en el camino, pero por suerte cuando les dejo en su destino ya ha dejado de llover y espero que no se mojen. La vuelta a casa es tranquila, pues aunque en algunos sitios ha llovido, por lo general el camino está seco y practicable.

         Como es veinticuatro y es la conmemoración de María Auxiliadora, tenemos un recuerdo especial en la oración ante la imagen del calendario y le pedimos su bendición sobre cada uno de nosotros.

lunes, 23 de junio de 2014

23 de Junio de 2014

Lunes

Hoy es el cumpleaños de Jos. Después de felicitarle y rezar por él, decidimos que es mejor que nos traigan la comida del centro de pastoral, que es mejor que ir a un restaurante y que además no tenemos que esperar.
        Voy a clase y luego hago compras, hoy unas tónicas para celebrarlo, pues ni él ni yo bebemos. Él va a una reunión y vuelve a la hora de comer, mientras que yo después de la clase y las compras me entretengo en leer y estudiar.
         Después de la siesta hace calor y el ambiente está pesado. Acaba lloviendo y se refresca un poco. Vamos a una conferencia informativa sobre el ébola y cómo hacer frente a estos casos en la diócesis.

        Hay un poco de todo. La reunión es informativa y se trata de hacer saber a la gente la prevención que hay que hacer: sobre todo limpieza, lavarse siempre las manos con jabón y evitar los posibles contagios, pero no hay mucho que hacer en una situación en la que por ahora no es un problema grave, algo que sí es grave y que no se publica son los miles de muertos que causa el paludismo y en esas estamos desde hace mucho tiempo… A veces te preguntas qué hay detrás de campañas y proclamas…

domingo, 22 de junio de 2014

22 de Junio de 2014

Domingo

    Hoy es el Corpus y celebramos la fiesta. En el primer pueblo la gente tarda un poco en venir, pero al final acaban llegando y son numerosos. Empezamos la oración tratando de recordar lo que vamos diciendo las semanas anteriores y eso nos ayuda a tener presentes cosas que vamos diciendo y recordando, así es la catequesis.
         En la fiesta del Corpus, y como no hay gente que pueda comulgar, les explico las cosas y les animo  a hacer comuniones espirituales, esperando que llegue el día en que se puedan hacer sacramentales.
       Percibo en la relación con ellos que nos vamos comprendiendo y cuando les hago explicaciones, se encuentran a gusto con lo que les digo y me siguen y recuerdan lo que hemos hablado en semanas anteriores. Creo que el ambiente es agradable, distendido y que se pueden sentir a gusto para rezar, que es el objetivo.
        El que nos prometió que iba a venir a rezar, del pueblo a la orilla del río, no ha llegado, Cuando se lo recuerdo a los maestros, me prometen que van a tratar de contactarle.
       Están encantados cuando les doy la noticia de que el obispo piensa venir de visita y les animo a preparar las cosas. Les prometo que el miércoles, que solemos rezar juntos, nos podremos encontrar antes de la visita del obispo, el jueves.
       En el camino de vuelta nos encontramos con un grupo de mujeres que va de camino y están encantadas cuando las invitamos a entrar en el vehículo.
       En el segundo pueblo, hoy la misa es en Baley, me encuentro con la agradable sorpresa que han preparado las cosas en el pasillo exterior de la escuela, lo que permite tener mucho más espacio y que los críos estén cómodos y no hagan ruido. Les he felicitado por la idea.
       Hay un grupo numeroso, pasan los ochenta y la mitad son adultos venidos de varios pueblos. La celebración es agradable y familiar y vamos sobre las mismas pistas que en el pueblo precedente.
     En la procesión de ofrendas hoy están presentes Daniel y Margarita con su hija Ana, la que traje ayer a casa y que han venido desde el otro pueblo andando. Les bendigo y hago que todos juntos recemos por la nueva feligresa para que dios la bendiga y le dé una vida llena de bendiciones.
       Cuando les hablo de la venida del obispo, están encantados y después de la misa deciden quedarse un rato y tener una reunión para ver de hacer los preparativos para acogerle.
       Me siento candado al final de la mañana, pero las secuelas del paludismo son cada vez menores y creo que ya haya pasado la cosa. Esperemos que no vuelva..
       Después de comer y una buena siesta, que me permite recuperarme, voy a Lembema, el pueblo de las sorpresas. Para empezar llego con un aguacero que todo lo inunda. Lo único que hago es esperar pacientemente a que se pase la cosa, pero como estoy en la carretera, hay motos y coches que pasan y me entretengo en sacarles fotos en su paso por un charco que ahora es una piscina.
       Me llama la atención la habilidad de los que conducen las motos. Van cargados con pesados bultos y van dos o tres personas en cada moto y son capaces de maniobrar con una maestría y unos reflejos que yo no tengo.
        Después de la tempestad viene la calma y acaba parando de llover y los críos vienen a saludarme y yo aprovecho para salir del coche y hacer unas cuantas fotos de los vehículos que pasan por el enorme charco que se ha formado en el camino.
     Luego nos dirigimos al sitio en el que solemos rezar y allí nos vamos juntando unos cuantos críos y algunos adultos. Hoy he traído un calendario para dar a alguien que me había pedido y el día que vino no estaba presente. Hoy estaba a la puerta de casa cosiendo afanosamente unos botones a una camia. Cuando vio el calendario se puso muy contento y me lo agradeció varias veces. Le dije que le tenía que rezar cada día a la Virgen, cosa que me prometió que haría.
     Empezamos la oración un grupito y lentamente se fue aumentando hasta que acabamos una cuarentena de persona, diez adultos y el resto niños. Yo, consciente de la situación y con un calendario más repartido en el pueblo, le he encomendado a María Auxiliadora que haga su trabajo.
        La vuelta a casa ha sido tranquila, pues los caminos ya se han secado y cuando llego  me doy cuenta que aquí ni siquiera ha llovido. Esta vez la tormenta ha sido bastante local.


sábado, 21 de junio de 2014

21 de Junio de 2014

Sábado

  Hoy vamos a participar en una misa para celebrar las bodas de plata de profesión de una monja. La ceremonia comienza en la catedral a las once, lo que nos permite llevar a cabo un buen rato de limpieza por la mañana antes de la ceremonia.
        Por suerte no hace mucho calor y las cosas van a buen ritmo hasta que en la acción de gracias las monjas se pasan más de hora y media, lo que añade a la celebración un tiempo que nos lleva hasta las dos y media…
        Cuando salimos de la iglesia vamos a la casa de las monjas donde nos han invitado a comer, pero hay tanta gente y estamos tan mojados de sudor, que preferimos irnos a nuestra casa a cambiarnos y comemos en un bar un plato rápido, pues luego la siesta  es necesaria y la reunión de parejas espera.
       Jos se queda en casa y en Tikonko voy a buscar a Margaret, la mujer de Daniel que ha dado a luz y me la llevo con la nueva criatura hasta su pueblo, lo que me hace llegar un poco tarde.
       La reunión de parejas es una nueva experiencia, por una parte hay una cierta dejación de responsabilidad y prefieren que les dirija, cosa que les he dicho que no quiero hacer, pues son adultos y son ellos los que tienen que tomar las riendas; y por otra el caso de una pareja que el marido presenta a su mujer con devaneos con otro. En este terreno suelo dejar la palabra a los que quieren hablar y ellos mismos resuelven la situación sin que necesite intervenir. Creo que es la forma de darles campo para hacer que ellos se sientan responsables y actores del grupo.
         Como en estos momentos  hablan en lengua local, me suelo poner al lado de alguien a quien pido que me traduzca lo que van diciendo y así sin necesidad de pedir traducción, las cosas van pasando y me entero de la forma de reaccionar de cada uno de los presentes, a la vez que aprendo la forma de pensar y la intervención de cada cual.
           Por otra parte les hago ver que si tienen responsabilidad en el grupo, lo primero que tienen que hacer es esforzarse en asistir, cosa que vemos en la lista que va fallando, aunque hoy no nos podemos quejar pues hay seis parejas enteras y dos medias, cuyas esposas están de viaje.
       La reunión que ha comenzado un poco tarde se va alargando hasta que acaba echándonos fuera la lluvia. Estamos en la capilla, un espacio muy reducido, pero muy abierto al agua, que cuando llueve en serio lo hace lo mismo dentro que fuera… Los que son del mismo pueblo salen corriendo a sus casas y los de los otros pueblos los llevo yo en el coche para que no se mojen.
         Y a la vuelta a casa, aún con la lluvia hay gente que se apunta a viajar y les tengo que recordar lo de abusar de confianza y que el que quiera viajar que pague su billete. Habrá que tener paciencia y seguir con las parejas por una parte y con los abusos de confianza por otra.

      Durante una parte del camino de vuelta la lluvia cae con intensidad, pero al final acaba cediendo y entramos en la ciudad donde la lluvia ha caído, pero ya ha pasado el chaparrón. Hoy tenemos luz y conexión, lo que nos permite seguir las noticias y hacer la crónica con una cierta comodidad.

viernes, 20 de junio de 2014

20 de Junio de 2014

Viernes

Por lo menos he logrado dormir y estoy en forma. Después de la oración arreglo un poco las cosas de la habitación, lavo la colada y voy a clase. El profe es una persona muy agradable y nos entendemos no solo en cuestión de aprender lengua, sino explicando la cultura y formas de comportamiento de la gente mende. Se le ve que disfruta enseñando lo que conoce y lo sabe transmitir.
      Paso por el mercado, compro un poco de fruta y hoy la cocinera del centro de pastoral nos trae la comida. Está bien preparada, es variada y un poco picantilla, pero, aguantable.
      Jos vuelve de una reunión bastante tarde. Yo salgo a los pueblos y hoy estoy largo rato hablando con varios del grupo de parejas, pues ir al pueblo andando no es seguro que la lluvia no me pille y no estoy para mojarme.

        A la vuelta a casa, llueve en el camino, pero en la ciudad ya se ha acabado la lluvia. Hemos estado la mañana sin conexión a internet, pero por la tarde ha venido, y aunque sea débil, por lo menos he recibido noticias y he podido leer los periódicos y enterarme de lo que sucede y te cuentan .

jueves, 19 de junio de 2014

19 de Junio de 2014

Jueves

He pasado la noche sin dormir y por la mañana tengo mal cuerpo, pero me levanto a la hora y participo en la oración. Después de desayunar me acuesto un rato y recupero algo lo que no he dormido la noche.
       Jos se dedica a limpiar los muchos sitios que el coci ha dejado a medias. Al final de la mañana vamos a comer a un bar, pues nadie nos ha preparado comida. Queremos conocer los diversos sitios y saber donde nos sirven algo que vale la pena.
       Después compramos fruta en el mercado y volvemos a casa pasando por el centro de pastoral para ver de negociar la cocinera. Mañana empezaremos la nueva fórmula.
       Jos sigue limpiando y luego con los críos del oratorio. Yo me voy a los pueblos y en el camino me encuentro con Daniel, cuya esposa ha dado a luz y tiene algún problema. Tiene una niña maravillosa a la que llamarán Ana.  En la visita acordamos que  el sábado la llevaré a casa en el vehículo.
        El pueblo al que el catequista va a rezar hoy está a una hora de andar y todavía no estoy para tanto recorrido, así que le digo que vaya, que les salude de mi parte y que me preparo para mañana, cuyo pueblo está a unos veinte minutos de marcha.

        Volviendo a casa empieza a llover y la luz se ha ido. Encendemos el grupo electrógeno para ver las noticias y consultar el correo. Estoy cansado y espero poder dormir bien para mañana estar más en forma que hoy. Sé que son los efectos secundarios del paludismo, pero hay que pasarlos, y vivir con ellos te cuesta su trabajo, aunque siempre lo tomo con ánimo, que es mejor que lamentarse.

miércoles, 18 de junio de 2014

18 de Junio de 2014

Miércoles

Amanecemos con luz, pero pronto tenemos que encender el grupo electrógeno, pues se va  la corriente. He dormido y me encuentro más o menos en forma, aunque débil y sin muchas ganas, pero voy a clase sólo por el esfuerzo de hacer algo y tener que moverme.
        Después de clase me paseo por el mercado, pues quiero comprar algunas cosas y vuelvo a casa en taxi-moto, que ya han vuelto a funcionar tímidamente hoy. Y el resto de la mañana lo paso leyendo y estudiando la lengua.
        Después de la siesta tengo un buen rato de conversación con el cocinero, que ve que no puede con el trabajo y los estudios y ha decidido dejar el trabajo. Nos ponemos de acuerdo y a partir de mañana seguirá sus estudios. Quedamos como amigos y tratamos de hacer las cosas lo más fáciles para todos.
        Viene el obispo de paso para ver la propiedad y tratar de encontrar solución a los problemas de los vecinos que nos invaden. Esperemos que lleguemos a un acuerdo con los concernidos.
        Salgo hacia los pueblos, mientras Jos se queda con un grupito de oratorianos a los que intenta enseñar a leer.
       Hoy voy a Valehun y, como llego pronto, primero me doy una vuelta y voy saludando a la gente que ya está en el pueblo. Van volviendo de las granjas y están cansados del trabajo agotador, pues se hace a mano; aquí no hay ni animales ni máquinas, por el momento.
         Me encuentro con un maestro y le propongo que vayamos a visitar otros pueblos. Aquí la ventaja es que por ahora hay camino transitable en el vehículo, lo que nos permite ir a varios sitios en un día.
        Hoy he visitado Kpakruma, un pueblo que ya había visitado otra vez. Tienes que atravesar un riachuelo que ahora va crecido y después hay unos bambúes inmensos que te dan una sensación muy agradable a la entrada del pueblo.
       Como este ya le he visitado y me invitan a ir más lejos, seguimos, y me llevan a Wubunge, pueblo del que me dicen que había dos cristianos, uno de los cuales ha muerto y el otro está en la granja. Por lo menos vamos visitando y tratando de encontrar a la gente. En este pueblo hay una escuela.
      He intentado hacer un sitio de referencia central, Valehun, y desde allí llegar a los demás pueblos, y los maestros me ayudan en el reconocimiento del terreno. No tengo prisa en ir a los pueblos, pero sí ir conociendo la realidad poco a copo y poder acercarme a los que son cristianos y poder encontrarlos, saludarlos  y que sientan que alguien está cerca de ellos.
       Finalmente he llegado a Juring, un pueblo que me ha parecido muy bonito y que está al borde del río Sewa, que ahora lleva mucha agua, pero que me dicen que en momento de seca se puede pasar sin problema. 
         Me he acercado hasta el río, pero hoy no he tomado ninguna foto, no quiero parecer el turista que llega, sólo he venido para saludar y, hay alguien que se presenta y dice que se llama Miguel, que es catequista. Me encanta escuchar tal noticia y además ver que habla bien inglés. El maestro que me acompaña le invita a que venga el domingo a la oración y acepta venir. Esperemos que cumpla su palabra y que tengamos ya una cabeza de puente en que apoyarnos en los nuevos pueblos.
       A la vuelta a Valehun, estoy mojado de sudor, cansado y con ganas de volver a casa, pero me tomo las cosas con paciencia y la oración que debería empezar a las siete, lo hace con mucho retraso. Yo aprovecho para pasarles fotos de las que he sacado en el pueblo y la gente está admirada y contenta de verse en el ordenador.
       Cuando finalmente empezamos la oración, vuelvo de nuevo con el tema de los faros, el desierto y las construcciones. Lo siguen con interés y prometen reunirse para rezar de forma regular y luego tratar de ver qué es lo que deben hacer como grupo para cambiar la situación en el pueblo.
      Hemos estado casi una hora con diapositivas y explicaciones. Están atentos, están interesados y también están cansados, pues el día en el campo agota a cualquiera; pero al final todos estamos contentos y animados a seguir rezando y pidiendo a Dios que nos ilumine y nos muestre el camino que debemos seguir.

       La vuelta a casa es más tarde que los otros días, pero no hay problemas, pues el camino está seco y lo conozco ya bastante bien. Estoy cansado del día, pero muy contento de las diversas experiencias que he vivido y agradeciendo a Dios las oportunidades que me da cada día de estar con esta su gente.

martes, 17 de junio de 2014

17 de Junio de 2014

Martes

Mañana con niebla y mi cuerpo que me dice que no está en forma, pero me sobrepongo y salgo de compras  para no encerrarme en casa. He lavado la colada y tendida al sol seca rápido. La lluvia se prepara, pero habrá que ver cuando. Después de comer logro dormir una buena siesta y después de estudiar y leer un rato salgo a los pueblos.
        Primero estoy un rato estudiando lengua con el catequista y luego vamos a Baley a rezar. Hay un grupito de gente a los que les paso de nuevo las diapositivas y les invito a soñar en construir algo en el pueblo, comenzando por la comunidad que se reúne y reza unida y luego tratar de ver qué es necesario para el pueblo.

        La vuelta a casa es pasada por agua, pero al llegar a la ciudad la lluvia ha cesado y no hay ningún problema. Hoy no tenemos luz, pero el grupo electrógeno nos permite ver las noticias y consultar el correo.

lunes, 16 de junio de 2014

16 de Junio de 2014

Lunes

Seguimos con los efectos secundarios del palu, pero hago lo que puedo para sobreponerme. Voy a clase de lengua y el profe me recibe muy amablemente. Después, como seguimos con el problema de transporte le llevo a clase en el coche y me lo agradece. Vuelvo a casa y trato de hacer las cosas normalmente, aunque por ganas me iría a la cama.
        Después de comer me echo una buena siesta y logro dormir. El calor sigue y se suda abundantemente. El tiempo se prepara para descargar un chaparrón, pero habrá que ver en qué momento.

domingo, 15 de junio de 2014

15 de Junio de 2014

Domingo

Por lo menos he dormido bien y tengo ánimos de emprender el trabajo. La mañana amenaza lluvia, pero se contiene. Hay una cierta niebla y un ambiente de calor como antes de que se ponga a llover.
       Dejo a Jos en Tikonko y voy a Valehun, donde el domingo pasado no estuve presente. Hoy les cuesta arrancar. Saludo a la gente por las casas, pero me vuelvo a la iglesia y me siento esperando que lleguen, pues estar de pie me agota.
          Ya me ha advertido el maestro que hoy en el pueblo hay ceremonia tradicional, lo que quiere decir que la presencia de la gente no será numerosa como otras veces.
Celebramos la Trinidad y explico con el ejemplo de las tres piedras necesarias para hacer el fuego, la idea de Dios trino y uno… Otra cosa es lo que comprendan; lo mismo que trato de hacer con la imagen de la familia, padre, madre e hijo, para dar sensación de la cercanía de Dios que viene a nosotros.
        Al final somos más de sesenta, y los adultos una decena. En la colecta ha habido  dos perras chicas y una piña, y en el viaje de vuelta alguien que me ha acompañado y gente que hemos encontrado en camino.
        En el pueblo siguiente hay gente que espera y les paso las dispositivas que les había prometido la semana anterior de los faros y el desierto. Cuesta lo suyo por el día hacer ver la pantalla del ordenador y reconocer algo que le es difícil de identificar, pero la buena voluntad también cuenta y acabamos entendiéndonos.
        La cuestión es que después de la explicación hay la pregunta de qué vamos a construir nosotros en nuestro pueblo… Cosa que no tengo prisa porque me respondan y prefiero hacer varias veces la pregunta de diversas formas, pero la respuesta no se la pido por ahora, espero que reaccionen ellos y me lo digan en otro momento.
      La misa es larga, pues después explicamos la fiesta que celebramos, la Trinidad, pero la gente aguanta, lo mismo que el tiempo que a veces se arruga, pero por suerte no acaba de soltarse a llover.
       La señora de ayer no se ha presentado. Y también hemos comenzado el sistema de entrar en el vehículo pagando. Hoy ha habido una señora que transportaba un saco bien pesado a la ciudad y estaba muy contenta del servicio. También dos estudiantes, que han pasado gratis.
         En varios momentos me he sentido cansado, pero no ha habido mayor problema. He legrado aguantar hasta el final y al volver a casa, después de comer, una buena siesta, ayuda a reponer fuerzas.
         Lembema es el sitio de las sorpresas y así me lo planteo, a ver lo que sale. Hoy he llevado el calendario a la señora mayor que en cuanto me ha visto con el  calendario ha comenzado a manifestar una gran alegría. Hemos rezado juntos el avemaría y luego, se lo ha enseñado a todos y cada uno de los que pasaban. Intentaré dejar alguno más para que Ella haga su trabajo con la gente.
        Me he paseado por el pueblo y aun estando cansado y sintiendo la fatiga, he aprovechado para hacer unas cuantas fotos a la señora con el calendario, así como a otros que estaban sacando aceite de la prensa y a las peluqueras, que hoy estaban muy activas. Hacen verdaderas obras de arte con los peinados y las mujeres son coquetas, incluso desde niñas bien pequeñas, ya les trenzan y peinan como a las mayores.
        Hemos rezado una veintena de niños y una decena de adultos y me he vuelto a casa, pues el cansancio se hacía sentir. En el camino siempre hay viajeros dispuestos a subir al vehículo y la sonrisa te dice lo contentos que están por el servicio.

        Al final del día siento el cansancio de lo hecho y la debilidad del paludismo pasado, pero estoy contento de hacer podido realizar todas las tareas y encontrarme en forma y con ganas de seguir en la brecha.

sábado, 14 de junio de 2014

14 de Junio de 2014

Sábado

Seguimos con lo mismo, pero he dejado de tomar medicinas, con lo que el cuerpo va mejor. El sudor ha disminuido y las sensaciones menos molestas, aunque el cansancio se hace presente en cualquier momento.
         Jos va a Tikonko y yo aprovecho que hay un poco de sol para tender la ropa fuera y que seque. El cocinero nos ha preparado una comida que huele porque se le olvidó ponerla en el frigo y hemos ido a comer a un restaurante. La ciudad sigue muerta y sin movimiento a Parente. La lluvia se hace presente varias veces, pero poca cantidad.
         Por la tarde me decido a  ir a visitar a la gente de los pueblos y finalmente tenemos la reunión de las parejas. Empiezo encontrando a alguien por el camino que le vuelvo para la reunión, después en el pueblo anterior esperamos a que las parejas se preparen y vengan. La lluvia cae abundante, pero para ellos eso les dice poco, pues aquí llueve todos los días.
       Comenzamos con la oración y la lectura del Evangelio y una explicación para los que no comprenden inglés. El ambiente es agradable y los presentes se encuentran a gusto.
        Hay una señora que se presenta y pide habar. Dice que viene con su hija para que se le dé el nombre cristiano. Como no es el sitio ni el momento, le sugiero que se presente mañana en el momento en que vamos a rezar todos y que así todos estaremos presentes y seremos conscientes de la petición y trataremos de acompañar a la muchacha. Su padre no está, es lo que responden y su madre no viene a rezar…  
       En la reunión hay cuatro parejas enteras y dos medias, lo que no deja de ser un éxito para ellos y las cosas van sucediendo con normalidad. Entre los comentarios a destacar hoy un hombre ha dicho que por primera vez su mujer ha aceptado de cortarle el pelo. La realidad es que le ha afeitado, pues está totalmente limpio. Pero para mí el comentario es lo bonito: los dos están contentos de la experiencia.
        Hay otra pareja que tiene sus problemas de entendimiento y lo que me sorprende es la manera en la que todos los otros intervienen y les dan consejos  para que el problema se acabe, cosa que me parece la forma de que se ayuden unos a otros en momentos en los que no estaré, pues pienso ir de vacaciones.
        Otra experiencia vivida en un pueblo en una ceremonia en una familia, nos dicen que entre musulmanes, estaban impresionados de ver la forma en la que los cristianos afrontaban los problemas de familia. Les he animado a seguir siendo ejemplo para todos que Dios cuenta con todos y cada uno.
        En el ambiente se ve que las cosas van cambiando y las intervenciones son cada vez más ajustadas a lo que tratamos y se busca ayudar al otro, cosa muy de destacar, pues no parece ser que fuera moneda corriente hasta ahora.

       Al final de la reunión, la lluvia ha cesado y todos nos citamos para la misa de mañana. Esperemos que tenga las fuerzas suficientes para poder resistir. En el camino tengo problemas con una rueda, pero logro llegar a la ciudad y rellenar el aire que faltaba. El vehículo, como de costumbre, lleno.

viernes, 13 de junio de 2014

13 de Junio de 2014

Viernes

Seguimos los pasos de ayer. Por lo menos hoy me esfuerzo por ir a clase, solo por el hecho de tener que salir. En la ciudad hay huelga de motos y una cierta desolación, pues no hay movimiento.
        Hay varios correos que me felicitan el santo y me desean una pronta recuperación. Muchas gracias a todos.

jueves, 12 de junio de 2014

12 de Junio de 2014

Jueves

    Los efectos secundarios del paludismo se dejan sentir. Mal cuerpo, estar destemplado y con pocas ganas de nada. A pesar de haber dormido bien, vuelvo otra vez a dormir un buen rato durante la mañana y se nota la situación de agotamiento del cuerpo, pues no tienes ganas de hacer nada.
        Por lo menos logro comer y no hay problemas de digestión y los medicamentos van siendo tolerados. Las horas pasan lentas, pero la recuperación se va produciendo. El tiempo sigue nublado y a veces llueve.

miércoles, 11 de junio de 2014

11 de Junio de 2014

Miércoles

La atención de las hermanas ha sido inmejorable y el cuidado que te prestan es increíble, en personas tan atareadas y dedicadas a su labor de servir a los enfermos que se presentan en el dispensario. La sonrisa en el rostro y el servicio delicado en cada momento son algo que no se puede olvidar y con un gracias no se debe acabar.
       El trabajo que las monjas hacen en cientos de hospitales y dispensarios a lo largo y ancho de África, y otras partes del mundo, es la mejor tarjeta de presentación de la Iglesia, y mi experiencia ha sido siempre la misma: personas generosas, entregadas, dedicadas al servicio de los que no tienen quien se ocupe de ellos. Gracias Señor por tantos testimonios de tu presencia entre la gente.
        He dormido muy bien y me siento en forma, pero creo que tengo que descansar. Después del desayuno vuelvo a dormir un rato y más tarde salgo a ver al profesor de lengua, quien me muestra un hospital que puedo utilizar la próxima vez. Es un sitio interesante y creo que contaré algo cuando necesite sus servicios.
        He hablado un buen rato con el cocinero. De nuevo tenemos nuestras pequeñas cosas, pero su reacción es buena y esperemos que siga su trabajo y sus estudios, pues creo que es la forma de hacerse un porvenir prometedor.
       También he intentado poner carburante, pero he recorrido las gasolineras y hoy no toca, todos me dicen que mañana y todas están vacías.

      La mañana avanza, el día promete lluvia y la ropa en el tendal no seca. La saco un rato al sol que da de vez en cuando y al final el coci acaba con la plancha la humedad que no se va por el ambiente.

martes, 10 de junio de 2014

8, 9 y 10 de Junio de 2014

Domingo, Lunes y Martes

Durante la noche no he logrado dormir. No hay forma de tenerme en pie, así que tampoco hay manera de ir a los pueblos. Jos se va y me quedo en casa solo y con mi paludismo que ya está declarado. La mañana es eterna, con fiebre, bebiendo de vez en cuando y pocos tragos para no provocar vómitos, dolor en todo el cuerpo y malestar general que te hacen sentirte incómodo y no encontrar respiro ni reposo.
       Las horas van pasando con la parsimonia del que no tiene nada que hacer y está incómodo, hasta que más tarde de la una Jos vuelve cansado y hambriento.  Después de comer decidimos ir al hospital, lo mejor que podemos hacer es ir a ver a las monjas, que están en “Milla 91”, un pueblo en la carretera a casi cien kilómetros de aquí, ero que es el sitio que nos ofrece confianza. Allí llegamos hacia las cuatro de la tarde y rápidamente me ponen una perfusión y la rehidratación además del tratamiento contra el paludismo.
        Una hora más tarde me encuentro mejor, sin el amargor y sequedad en la boca y en vías de recuperación.  Jos se vuelve a casa y me deja en manos de las monjas Clarisas Misioneras.
       Caigo profundamente dormido y eso es un buen síntoma, lo que les hace dejarme dormir, pero cuando a medianoche me despierto, de nuevo tengo fiebre y la sensación de que las cosas recomienzan. Sufro el problema de la incomunicación, pues no sé a quién recurrir y espero hasta que por la mañana veo una luz y pido agua, que me traen al instante. Luego sigo con el tratamiento y me paso el lunes con tranquilidad y recuperándome, lo que quiere decir bañado en sudor y mojando todo lo que se te acerca. Me quité una camiseta y la retorcí y salía el sudor como cuando retuerces algo que has sacado del agua… Eso te hace bajar kilos y te deja débil por unos cuantos días, pero así es el paludismo.
       El día entero lo paso en la cama, bañado en sudor, pero con la esperanza de salir adelante en la situación. Me veo muy débil y sin fuerzas, además de los problemas de oídos y vista que suelen conllevar los antipalúdicos.
       Por la noche he podido dormir y el martes ya estoy en forma como para viajar y volver a casa. El teléfono no funciona y tenemos que esperar. Por la noche ha llovida abundantemente y a la mañana hay agua y viento y ni las monjas salen para la misa, lo que hace que cuando voy a decirla yo, asisten todas las que pueden.
       Jos me viene a buscar y en un día gris y lluvioso volvemos a casa. La humedad es la tónica en todas las cosas y lo que lavas va a tardar en secar y el sudor se hace presente a cada momento.

        Sentirse en casa es una agradable sensación, pero no te quita lo que tienes en el cuerpo. Por suerte las sensaciones van siendo buenas y el sudor disminuye, la medicación es bien tolerada y logro dormir incluso a ratos durante el día.

sábado, 7 de junio de 2014

7 de Junio de 2014

Sábado

Durante la mañana he tratado de hace vida normal y ver si por la tarde estaré en forma para la reunión de parejas. A ratos bien, a ratos flojo, pero acabo yendo y la gente está contenta, aunque ha coincidido con otra reunión y hay varios que no están…
       Hoy he intentado ensayar algo que quiero poner mañana para hablar del Espíritu como la luz. Y he encontrado un cuento sobre  la construcción de un faro en el desierto… Y a ver cómo me las apaño para darles algo que entiendan.
        He buscado en internet faros y desierto y me he presentado con las fotos de unos y de otros… Ninguno del grupo podía comprender lo que veía, pues el mar y le desierto son dos realidades que no conocen. Pero hay algo a lo que están prendidos, las imágenes, y como las paso varias veces acaban sabiendo identificar las cosas. Hemos estado más de media hora en el trabajo, pero al final hay ambiente, e intervienen unos y otros  y están contentos de lo que han visto.
        Luego viene el paso siguiente, un faro en el desierto en un sueño… Y nosotros ¿podemos soñar? La pregunta les sorprende y les digo que la piensen para mañana, porque les voy a preguntar qué tenemos nosotros que construir en cada uno de los pueblos…
         Están sorprendidos, pero saben que es un reto y que tienen algo que decir y no quiero forzar, pues mañana serán ellos los que intervengan frente a los otros y veremos a ver lo que pasa.
      Comparten alguna experiencia de rezar con otras parejas, pero no les doy mucho tiempo, pues es la hora y me voy a quedar con ellos a rezar para preparar la venida del Espíritu. Me sugieren rezar el rosario y antes de comenzar leo la primera lectura de mañana como ambientación.
        Durante el rezo del rosario, el personal va viniendo y al final hay más de una treintena presentes y les doy la bendición. Acto seguido la gente se presenta con ganas de viajar y el vehículo se llena… No sé cómo hacer, pero no distinguen entre necesidad y capricho, lo que me va a obligar a tomar medidas, pues el abuso es demasiado… Espero que mañana el Espíritu me sugiera algo positivo.
        La vuelta es sin problema, pues la pista está seca. En el control, dos policías me prometen su asistencia mañana a la misa.
      Me encuentro cansado con la fatiga del que ha tenido fiebre, pero resistiendo y espero mañana poder hacer lo mismo que hoy.


viernes, 6 de junio de 2014

6 de Junio de 2014

Viernes

Me levanto con mucha moral, pero al final de la misa me vuelvo a acostar. La fiebre sigue y me paso el día sudando y cambiando camisetas. Comer me resulta difícil y tienes el malestar que te da la enfermedad. Esperemos que mañana podamos estar ya en forma.
      Estamos en estación de lluvias y van varios días que tenemos lluvia durante la noche, más o menos intensa, pero lluvia abundante y la luz de vez en cuando, pero durante varias horas, aunque se va y viene con cierta frecuencia y la potencia 120 y 210, pero se acerca más a la baja que a la alta y a veces los aparatos no funcionan.

jueves, 5 de junio de 2014

5 de Junio de 2014

Jueves

Siguiendo la tónica de ayer, hoy me levanto más tarde, pues duermo a la hora de levantarme. Por lo menos no tengo fiebre, pero el trancazo de lo de ayer está, así que a cuidarse y a tener paciencia. Hoy toca reposo y paciencia. Duermo un buen rato por la mañana, rezo, leo, y hasta hago la colada, pues hemos tenido luz.
       Por la tarde nos visita Agustine, el salesiano de aquí que está de vacaciones y que viene de vez en cuando. Le recibimos con alegría y le invitamos a hacerlo con más frecuencia.

miércoles, 4 de junio de 2014

4 de junio de 2014

Miércoles

Voy a clase de lengua y nos pasamos el rato viendo estructuras de verbos en inglés y en mende y tratando de comprender las cosas. El mende es una lengua distinta con respecto  a otras que he estudiado, pues los verbos no cambian como en las otras, lo que cambia son los pronombres, un aspecto muy interesante y que te hace aprender cosas nuevas.
      Ayer me mojé cuando llovió en el pueblo y luego al aparcar el coche. No le hice mucho caso y hoy tengo la fiebre de haberme mojado. Paciencia y a soportarla. Me paso la mayoría de la tarde en la estera y la noche en duerme-vela, pues no logro conciliar bien el sueño. Estoy sudando y mojando camisetas, pero es la forma de curar la fiebre.

       Hoy les había prometido ir a un pueblo, pero vista la situación en la que me encuentro, lo dejamos para mejor ocasión.

martes, 3 de junio de 2014

3 de Junio de 2014

Martes

  Durante la noche hemos tenido luz, pero para la mañana se fue y hemos vivido con el ruido del generador, aunque más tarde volvió.
        Hay una rueda del coche que está pinchada. El coci me ayuda a cambiarla y voy al vulcanizador y me dice que tenía tres puntas clavadas.
       Mientras me reparan la rueda voy a ver al profe de lengua mende y hablamos un rato. Volveremos a la escuela tres veces por semana.
       En la ida a los pueblos el vehículo ha encontrado pasajeros y estaba lleno, lo mismo que a la vuelta, donde una lluvia abundante nos ha acompañado durante todo el trayecto. Hoy hasta la poli del puesto ha aprovechado del vehículo para desplazarse.
       En los pueblos he estado primero en el del catequista, Hemos tratado de trabajar un poco en la lengua y luego he ido a Valei donde primero he saludad a la gente por las casas acompañado de los críos y después, como la lluvia ha comenzado, nos hemos refugiado en un soportal de una casa y allí hemos rezado el rosario con los que han ido viniendo. Había una treintena y la mayoría eran adultos.
        Al final, antes de darles la bendición les he animado a rezar regularmente y a asistir a las reuniones de las parejas, pues había varias que están en proceso de acercamiento.

       Por lo menos cuando vuelvo hay conexión y luz, que ya llevábamos día y medio sin poder contactar con el exterior.

lunes, 2 de junio de 2014

2 de Junio de 2014

Lunes

Por la noche nos ha llovido algo, nos ha acompañado la mayor parte de ella la luz eléctrica y la mañana amanece tranquila. Después del desayuno Jos va a Tikonko por cuestiones del terreno y vuelve a la hora de comer. Yo paso la mañana limpiando, estudiando y también tratando de lograr la conexión con internet, cosa que es imposible en todo el día.   
      Por la tarde voy a pueblos, primero empiezo por el del catequista en donde junto con él trabajamos un rato en la lengua. Luego vienen otras personas y acabamos hablando de diversos temas, recayendo la conversación en la sorpresa que les causa verme ir de un pueblo a otro visitando a la gente y hacerlo a pie.
       Luego voy con el catequista a Banahun, el pueblo que en el mapa aparece como Petewoma. Allí hay varias familias que suelen venir a rezar y dos que han comenzado a venir a las reuniones de parejas, que son las que están presentes en el pueblo, pues el resto están preparando los manojos de hojas de mandioca para un vehículo que ha venido y está esperando la carga para llevarla a la capital.
      Hablamos durante un rato, les hago preguntas sobre si la vida de pareja ha cambiado desde que rezan juntos y los dos  hombres hacen el mismo comentario “no nos peleamos”, a lo que las mujeres ríen. Pero se les ve a las dos parejas que tienen la alegría en el rostro.
      Como va siendo hora y veo que las cosas no avanzan, le dejo al catequista y vuelvo para casa, pues no es necesario que para la oración esté con ellos, aunque me han hecho saber que soy el primer cura que se para en el pueblo y que por ello están muy contentos. Antes de partir rezamos el padrenuestro y avemaría y les doy la bendición.

      En la vuelta no he tenido gente para viajar, pero a la ida ha habido una sorpresa, pues al llegar al cruce, una señora mayor comienza a llamarme a voz en grito y a correr hacia el vehículo. Yo no la reconozco y ella no habla inglés, pero ya sé preguntar en su lengua y ella responde que va al pueblo del catequista. Está jadeante de la carrera y no sabe desenvolverse para abrir y cerrar las puertas, pero está enormemente contenta de encontrarme y que la lleve a su pueblo, y es que por lo que supe después, ya había andado unos cuantos kilómetros antes de llegar al cruce.

Un mes de mayo para empezar...


Acabo de vivir mi primer mes de mayo en la tierra en que me encuentro entre la gente de los pueblos. Son zonas de primera evangelización, pues aunque hayan estado en contacto con otros anteriormente, nunca han sido seguidas o atendidas.
Suelo visitar los pueblos una vez por semana, el domingo, para rezar con ellos o celebrar la eucaristía, donde se puede y hay gente que comulga. Siempre he pensado en María como la primera evangelizadora, portadora de la Buena Nueva, portadora del Salvador y, por ello al comenzar el mes de mayo, traté de sensibilizar a la gente sobre el rezo del rosario como una de las formas de vivir o revivir experiencias de fe.
Lo primero que me di cuenta es que en las iglesias o sitios que dedican a rezar no hay ninguna imagen, por lo que me parecía un poco difícil de presentar a María sin tener la imagen de referencia.
A falta de una estatua y ante la imposibilidad de otra cosa mejor, tengo calendarios, sí los calendarios de María Auxiliadora que se hacen en Pamplona y que me han enviado desde allí los salesianos. Y a eso me agarré para invitar a la gente a rezar el rosario y hacerlo no solo en la iglesia o en el sitio donde rezan, sino también por las casas, llevando la imagen de María y rezando ante ella.
Durante el mes de mayo he visitado regularmente los pueblos cada día, pues sabiendo que rezan el rosario, siempre estaban en su sitio a la hora esperada. Ello me ha permitido conocer de cerca la realidad que cada comunidad vive y a ellos ver que el cura está cerca de ellos y les visita, algo que antes nunca o casi, solía pasar.
Al mismo tiempo he ido acostumbrando a la gente a rezar delante de una imagen, pues cada día les recordaba que el calendario debía estar presente y el calendario ha ido viajando en cada pueblo, casa por casa, donde nos hemos juntado para rezar.
Consciente de la tradición salesiana de que la presencia de María hace el trabajo, creo que es pronto para sacar conclusiones, pero apunta a que un buen número de personas está viniendo a rezar con nosotros a través de Ella, pues la presencia en los últimos encuentros ha aumentado considerablemente.
Las cosas no han sido lo mismo en los diferentes pueblos. En algunos ya tenían costumbre de rezar el rosario y lo hacían con soltura; en otros menos acostumbrados, hemos ayudado a hacerlo y, en alguno, donde ni de una forma ni de otra, he tratado de repartir calendarios a los que rezan para que atraigan a los otros.
Sé que otros reparten medallas o estampas, yo he trabajado con lo que tenía a mano y eso eran los calendarios de María Auxiliadora. Y espero los efectos, pues en mi última visita a un pueblo una anciana a la que suelo saludar regularmente y siempre me pregunta que qué le he traído… Siempre le digo que el saludo y los buenos deseos de que se encuentre bien, que ya es importante. Ella me ha dicho que quiere una imagen como la que ha visto a los otros… Le he dicho que la imagen es para que la recen y, si sabe rezar, tendrá la imagen que desea.
      La buena mujer se sorprendió cuando sabe que no sé hablar en su lengua, que sólo sé saludar, pero cuando le invité a rezar el avemaría y vio que ella no podía seguirme, algo se le removió por dentro, pues su reacción fue positiva y me dijo que aprendería a rezar, a lo que le respondí que tendría su calendario.

 Ya le preparado para ella, pues lo mismo que otros confían en las medallas, yo me sirvo de los calendarios y cuando veo que las cosas no funcionan como creo que deberían, en lugar de lamentarme, le confío el problema a Ella, pues son sus hijos y que Ella se haga cargo. Estoy seguro que mejor solución no puedo encontrar.