Esta
experiencia que cada año estamos acostumbrados a vivir con nuestros pequeños a
principios de curso, no ha sido posible vivirla este año aquí en Sierra Leona
hasta estos momentos… Y la realidad vivida es muy
variopinta.
Comencemos por decir que hemos estado sin escuela a causa de la epidemia
de ébola, una situación con muchísimos matices, caras y colores y con vivencias
de todos los tipos y estilos y que ha dejado una secuela de consecuencias
imprevisibles, pues a los daños materiales de enfermedades y muertes, se suman
los problemas económicos y sociales y, sobre todo, lo que es no tener a los
alumnos en clase, algo que no sé si se puede valorar en su debido punto, pues
las consecuencias y los efectos, habrá que verlos cuando den sus frutos, pues el
hecho de estar sin clase, crea una sensación de abandono, que es difícil poder
retomar cuando no hay una fuerte motivación…
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Escuela. Una vista general d una escuela en un pueblo. Los alumnos presentes son muy pocos. |
No sé si
esta motivación existe, empezando por los maestros, unos sin retribución, otros
mal retribuidos, otros recibiendo salario sin ningún tipo de trabajo, y ahora
volver a lo de siempre… Es una empresa nada fácil para muchos que posiblemente
preferirían que esto no volviera a
empezar…
Las
cosas no van a resultar simples en general y menos para los alumnos que han
estado sueltos y que no han visto lo que es un libro o leído una página durante
meses y que de repente se espera que vayan a entrar en una horma, que tampoco
pienso que los maestros estén dispuestos a imponer, pues la situación de la
educación está en niveles muy, muy bajos en casi todos los
estamentos.
A pesar de
estas perspectivas, creo que al menos en algunos, la ilusión no falta y el poder
hacer algo bueno por los alumnos les mueve a trasladar montañas, aunque la cosa
no se presente ni fácil, ni clara.
Durante esta semana he estado en contacto con diversos maestros en
diferentes escuelas y la primera cosa que me dicen es que el gobierno no hace
nada por ellos, y parece ser la realidad, pues al comienzo de curso solían
recibir unas cuantas cosas, como tizas, cuadernos y otros utensilios, pero hasta
ahora no han recibido nada. Y esto lo digo de mi contacto con escuelas rurales.
Creo que en las grandes ciudades algo más se ha hecho, pero no tengo
datos.
A
esto hay que añadir los utensilios de control de la enfermedad, como son los
termómetros, las máscaras y otros accesorios que a las escuelas les han
prometido, pero que hasta ahora no han llegado.
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Un maestro con el termómetro para tomar la temperatura e identificar posibles casos sospechosos... |
También he oído en varios sitios el comentario que como antes se ha
anunciado que el ébola no acabaría antes de agosto, que los padres siguen
teniendo miedo de enviar a sus hijos a la escuela por el riesgo que puede
suponer una contaminación.
La
realidad es que los alumnos que han ido a la escuela esta semana, hacia un
treinta por ciento de los inscritos, van a limpiar y organizar cosas y las
clases en el aula no han comenzado, si no es en colegios privados, como en las
Clarisas de Lunsar, donde maestros y alumnos estaban el miércoles por la mañana
en su clase y trabajando con toda seriedad.
Esperemos
que la situación se pueda ir poco a poco normalizando y los alumnos puedan
volver a la escuela, aunque habrá muchas niñas que lo tendrán difícil, debido a
la gran cantidad de embarazos que ha habido en este tiempo sin clase, otro
problema más para el gobierno y un serio desafío a la hora de afrontar una
realidad tan variada, pero con tanta necesidad de encontrar una respuesta
adecuada.
Esta
mañana (20 de abril) estuve en una
escuela. Ya habían llegado los termómetros y los recipientes para el agua para
lavarse las manos, pero los alumnos, eran incluso menos que la semana pasada y
los profesores estaban desolados esperando tomar decisiones en una reunión con
los padres, que también se hacen de rogar, pues el viernes estaban convocados y
no vinieron… Esperemos que podamos salir cuanto antes del atolladero y que los
críos puedan vivir su vida en la escuela que les prepare para un futuro
mejor.
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. Los alumnos y los profes y el lavamanos en primer término... |