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lunes, 31 de agosto de 2015

NECESITAMOS AYUDA!! PARA LLENAR UN CONTENEDOR

Si alguno puede colaborar con alguna de estas cosas, puede ponerse en contacto conmigo:

aguti30@gmail.com

Con la ONG Jóvenes y desarrollo Cantabria

jyd.cantabria@jovenesydesarrollo.org


CONTENEDOR. Cosas a preparar…

Buscar…

.- Motosierras, de segunda mano son más que suficientes. Dos o tres si es posible

.- Lavadora, posible segunda mano. Sencilla no hace falta agua caliente…

.- Hormigonera. No eléctrica, si posible, también segunda mano puede valer muy bien.

.- Vibrador para el hormigón. Sencillo, pequeño y también de segunda mano es deseable.

.- Grifos y material de fontanería, segunda mano

.- Cerraduras, manillas, picaportes y otros accesorios, también de segunda mano.

.- Materiales de electricidad. Lo mismo que los anteriores, de segunda mano.

.- Martillo neumático para romper piedra en los pozos a partir de 10 a 12 kilos, también si es posible encontrar algo de segunda mano. Mejor dos que uno. Y los punteros correspondientes.

.- Martillo neumático para hacer agujeros en la piedra para colocar explosivos… Y los punteros de varias medidas.

.- Tubos de presión (gomas) para el aire comprimido de los martillos. Entre 10 y 20 metros. Varios, si se pueden encontrar, también de segunda mano

.- Cuerda para trabajar en los pozos… Muy interesante la que desechan los alpinistas, pero también otras de diversa procedencia son posibles.

.- Cascos de protección para el trabajo, segunda mano. Una docena es suficiente.

.- Poleas. Cualquier tipo de polea, para sacar materiales del pozo. Varias, no más de media docena. También si se encuentran de segunda mano.

.- Picos,(12) palas,(12) machetes (lo que se encuentre, pues es la herramienta de aquí).

.- Carretillas (varias) También de segunda mano.

.- Máquina de hacer formas, también de segunda mano. Harina para las formas.

.-Ordenadores de segunda mano. Alrededor de una docena…

.- Deshumidificador de ambiente, de segunda mano.

.- Microondas. También puede servir algo de segunda mano.

.- Materiales de limpieza, detergentes…

.- Alimentos. A decidir cosas concretas.

.- Vino de misa. Ver si hay algo a buen precio…

.- Material de deportes, balones, camisetas…

Y si hay alguna sugerencia, siempre es bienvenida. Gracias. Antonio.



Y una última sugerencia, pero no la menos importante, y a mi parecer la más importante… Buscamos una comunidad de religiosas para trabajar en la promoción de las mujeres en los pueblos… Si alguien sabe orientarme hacia el objetivo

miércoles, 12 de agosto de 2015

12 de Agosto de 2015

Miércoles

La oración de la mañana y la eucaristía nos preparan para el encuentro con el Regional que nos propone una serie de reflexiones y nos mantienen ocupados por grupos durante la mañana. Por la tarde el Regional parte hacia la capital y el cronista se prepara para su salida de vacaciones.

Comenzaremos de nuevo a principios de octubre.

martes, 11 de agosto de 2015

11 Agosto de 2015

Martes

La lluvia nos acompaña de nuevo y después de la misa y el desayuno partimos hacia Lungi. El viaje ha sido sin problemas y nos preparamos para el encuentro con el Regional de África que viene para ayudarnos en la decisión de la elección del nuevo provincial.

El encuentro con los hermanos de otras comunidades es una experiencia gozosa y el poder compartir experiencias nos enriquece.

lunes, 10 de agosto de 2015

10 de Agosto de 2015

Lunes

Y empezamos de nuevo la mañana con la misa en la parroquia hoy la fiesta de san Lorenzo, y las lluvia nos acompaña en un momento y Antonio va a llevar al padre de Paul a la rehabilitación y Samuel visita a la monja de la uni y vamos preparando el viaje a Lungi, al tiempo que Antonio prepara la maleta.

domingo, 9 de agosto de 2015

9 de Agosto de 2015

Domingo

Domingo y levantarse temprano coinciden por lo general, pues vamos a varios sitios a decir la misa. Hoy voy a Nagoyon, donde hay unas ochenta personas a pesar de que llueve a ratos. Luego en Tikonko hay menos, y en Towama los que entran en la iglesia, pues cuando llegó la lluvia, los que estaban fuera acabaron encontrando sitio dentro. 

Samuel fue a Mattru y llevó a Daniel el cura que está de paso, donde dijo la misa y después hizo catecismo. También tuvo reuniones en Towama con estudiantes para ver de preparar las elecciones para el representante de los alumnos cristianos.

Por la tarde vinieron de la parroquia pidiendo si podemos seguir diciendo la misa de la mañana el lunes y el martes, pues el cura que debería estar no ha podido venir.

Y la cosa más extraordinaria, algo que para otros es ordinario: hemos tenido luz durante todo el día, algo que no recuerdo que hayamos tenido desde hace muchos meses.

sábado, 8 de agosto de 2015

8 de Agosto de 2015

Sábado

Acompañados por el agua, vamos a decir la misa en la parroquia, en la que hoy no hay tantos como otros días y me dicen que es a causa de la lluvia, pero el ambiente es de familia y agradable. Hay hasta la celebración de un cumpleaños.

Viene Daniel, el salesiano que está en Liberia, a visitarnos y después sale hacia su pueblo. Por la tarde también acompañados del agua vamos a los pueblos, Samuel a Tikonko para el catecismo y Antonio a Nagoyon para la reunión de parejas. En el catecismo ha venido un nuevo elemento, recuperado por un amigo que promete que vendrá regularmente. En las parejas, los testimonios de cómo cambian las cosas son el comentario de cada pareja y el ambiente es de alegría y acción de gracias a Dios.

La vuelta a casa en medio de la lluvia y transportando a viandantes nos lleva mucho tiempo, pues los caminos con la lluvia se deterioran cada vez más.

viernes, 7 de agosto de 2015

7 de Agosto de 2015

Viernes
  
Seguimos yendo a la parroquia para la misa, pero hoy había otro cura que vino y estaba dispuesto a presidir. Antonio lleva al padre de Paul a la rehabilitación y más tarde a otro que han dado el alta a un pueblo, que le cae de paso para los pueblos por la tarde.

Samuel controla al soldador que ha venido a reparar una puerta que tenía problemas y el agua amenaza con hacerse presente de nuevo.

Antonio ha ido temprano a los pueblos y Samuel planea ir más tarde, pero el agua se lo impide. En Cassama las parejas están animadas y gozosas de la experiencia y comparten los cambios que están viviendo entre ellos, mientras Patrick James se encarga de los críos, ya que la señora Cecilia que ha venido se ha sentido indispuesta.

En Gbalehun hay el grupo de costumbre y en la oración compartimos experiencias que nos transforman. Hay varios testimonios de los presentes que nos ayudan a vivir nuestra fe de cada día, y por ello juntos damos gracias a Dios.

El camino de vuelta se hace cada vez más dificultoso y cuesta el recorrerlo, pero por suerte volvemos a casa sin novedad.

jueves, 6 de agosto de 2015

6 de Agosto de 2015

Jueves

  En la fiesta de la transfiguración aparecemos envueltos en agua y el coche verde que nos ha llevado hasta la parroquia nos deja tirados. De nuevo problemas con la correa. El mecánico nos dice que se compromete a comprar una que sea original en la capital, que aquí no hay. Esperemos que sea verdad que son originales y que dure.

Por la tarde la lluvia recomienza y Antonio va a Mattru para encontrar a un grupo de los mutilados en la guerra que le quieren presentar una carta con peticiones, que no a aparecen. El viento ha cascado una parte de un árbol cercano a la escuela, pero por suerte no ha causado grandes daños. Tenemos luz un rato por la noche.

miércoles, 5 de agosto de 2015

Empezamos a ser numerosos… Un encuentro de parejas.


Hemos tenido reuniones de parejas en Nagoyon durante más de un año. Cada semana nos encontrábamos en ese pueblo un pequeño grupo, nunca más de una docena de personas, con el deseo de compartir la experiencia de tratar de vivir el matrimonio no como lo hace la tradición africana, sino de la manera que nos habla el Evangelio, llegar a ser uno.

Esto que comenzó de forma modesta, ha ido evolucionando y estamos comenzando a ser un grupo consistente y en número apreciable y que tiene conciencia de que algo nuevo está surgiendo en el ambiente.
Hace unas semanas hemos comenzado también reuniones de parejas en otro pueblo, Cassama, distante del anterior, y con los altibajos normales para este tipo de reuniones, de unas veces encontrar una docena de personas y otra vez ser sólo la mitad.
Para favorecer el que se conozca lo que hacen, hemos pensado en reunirnos las parejas de los dos sitios y compartir experiencias, cosa que comenzamos la semana pasada y que hemos seguido esta semana ya de manera más formal y organizada.
La reunión fue un acontecimiento para todos, pues no  esperaban ser tan numerosos. Éramos más de veinticinco los presentes a una cita en la que se compartieron experiencias diversas y donde el entusiasmo por parte de unos y otros fue la tónica que animó el encuentro.
Hubo hasta un pequeño intento de celebración por parte de las mujeres que nos recibían que nos presentaron un plato de arroz con salsa y pescado, que no duró mucho tiempo, pues todos participaron en la degustación.
La primera y principal sensación ha sido el ver que somos numerosos, que el pequeño núcleo del principio ha crecido y que estamos siendo un grupo grande y consistente. Esto nos ha llevado a vivir durante la semana una euforia especial que he podido notar cada vez que me he encontrado con alguno de los que participaron en el encuentro.
Esperemos que sea la consolidación de un grupo que tiene mucho que decir a los demás, pues la forma de vivir que tienen estas parejas es algo que llama poderosamente la atención a los que no la conocen y que les motiva para intentar vivirla cuando se la proponen.

Que el Señor nos tenga de su mano y nos ayude en el empeño.

5 de Agosto de 2015

Miércoles

Por lo menos por la mañana nos hemos levantado con luz, cosa que no es normal hasta ahora. Antonio dice la misa en la parroquia de al lado y Samuel va a rezar con los estudiantes de la uni. No hay muchos. El padre de Paul va a la rehabilitación y después Antonio aprovecha para ir al mercado a comprar unos paños que le han pedido desde España.

Por la tarde vamos a la universidad y están haciendo un examen a más de quinientos estudiantes, de forma que no hay ni sillas en las otras clases y los que deberían venir a misa tampoco están disponibles. Nos pasamos un rato con algunos conocidos que han acabado exámenes y después vamos a la iglesia donde Antonio tiene un rato de encuentro con un grupito de miembros del coro, acompañado del responsable de la comunidad. Se ve que hay buena voluntad y muy poco conocimiento de lo que hacen, con lo que se impone un estar con ellos y ayudarles en lo que hacen.

martes, 4 de agosto de 2015

4 de Agosto de 2015

Martes

La misa en la parroquia se hace ordinaria y los asistentes se nos van acercando con cierta confianza. Los chinos están haciendo zanjas y hay problemas a la entrada.

Samuel va a la escuela de Balei para hacerse presente y que vean que les seguimos y Antonio sigue en casa el contacto con amigos y bienhechores a través del correo, ya que hay luz y la conexión es buena.

El comienzo de la tarde se arruga y la lluvia se hace presente. Nos preguntamos si merece la pena ir a los pueblos para el catecismo. Al final nos decidimos y el tiempo se aclara y la gente en Nagoyon es numerosa.

De vuelta a casa estamos un rato con luz, pero luego se fue para volver a medianoche.

lunes, 3 de agosto de 2015

3 de Agosto de 2015

Lunes

Esta semana iremos a decir misa a la parroquia que tenemos cercana, pues el cura no está bien de salud y le llevan a la capital para alguna revisión. Es la parroquia que nos van a pasar dentro de poco y es una primera toma de contacto, aunque la gente aún no lo sepa.

El llevar al padre de Paul a la rehabilitación nos permite hacer también alguna otra visita a los que siguen en el hospital que se alegran de nuestra presencia y de que recemos por ellos y con ellos.

La tarde, un poco regada por la lluvia y con la compañía de la luz, es algo que nos permite ponernos al día en los correos y leer noticias que hace tiempo no podíamos leer.

domingo, 2 de agosto de 2015

2 de Agosto de 2015

Domingo

Por la mañana hay misas en Mattru, Tikonko y Towama. En Mattru hay una cierta recuperación del número de personas que asisten y Samuel sigue con el catecismo después de la misa. En Tikonko hay más gente que la semana pasada, pero no tanta como otras veces. En Towama la iglesia es muy pequeña y los acomodadores hacen virguerías para acomodar a los que llegan cuando ya no hay sitio.

La idea que les queremos transmitir es clara, el preocuparse por las cosas de Dios y Dios se ocupará de las nuestras, pero el problema es la falta de fe por nuestra parte y por eso le pedimos que nos aumente la fe.

Samuel va a ver un partido de fútbol y la tarde es tranquila y apacible amenazando la lluvia que al final llega un poco y refresca el ambiente.

sábado, 1 de agosto de 2015

1 de Agosto de 2015

  
Sábado

Estrenamos mes y nuevas opciones. El tiempo ha cambiado. Hoy hace sol y se puede andar por los caminos, con permiso de los chinos, que están poniendo las tuberías para el agua y nos cortan el paso a cada momento.

Antonio va a rezar a Nagoyon y viene con gente para trabajar en la finca. Hoy en particular han venido preparados para buscar los roedores que se comen las plantas y después de haber recorrido no sé cuantos sitios no han encontrado nada… Pero las plantas aparecen cortadas…

También han intentado reparar un poco la entrada de la boca del pozo que han dejado sin acabar los poceros y el agua de las lluvias entra y puede afectar a las paredes que no están hormigonadas.

Samuel, que se encuentra recuperado, va al catecismo a Tikonko, pero no hay mucha gente y Antonio en la reunión de parejas tratan de ver una solución para la situación del catequista de la zona de Nagoyon.

Un mensaje de fe.


Estos últimos domingos se nos ha estado insistiendo en la cuestión de la fe, tener fe en Jesús y nuestros problemas encontrarán una solución. Creo que esto es fácil decirlo, vivirlo, me parece harina de otro costal, pero la posibilidad está presente y cuando tú invitas a los otros a vivir así, por lo menos tú también te tienes que sentir implicado en la materia y aportar ti vivencia.
Me ha pasado este sábado. Fui temprano a rezar en un pueblo y a continuación transportar a unos cuantos voluntarios iban a venir a trabajar en nuestra finca. Las cosas se hicieron según el programa previsto y la gente trabajó en la finca durante la mañana y parte de la tarde.
Habíamos quedado que hacia las tres iría en su busca para llevarlos de nuevo a su pueblo y así me proponía hacerlo cuando, saliendo hacia el lugar, puedo percibir una enorme nube muy oscura que amenazaba una lluvia muy cercana.
Lo primero que hice fue pensar en los que me estaban esperando y reconocer que iban a mojarse bien, pues el vehículo que usamos tiene la parte de atrás descubierta y no hay toldo que se le adapte. Además veía los signos cada vez más claros de la lluvia, el viento comenzaba a levantar nubes de polvo y la situación se preparaba para una inminente lluvia.
En aquel  momento iba a pasar por delante de la casa de una señora que está enferma y con la cual suelo rezar un minuto siempre que paso con tiempo. Decidí parar y juntos rezamos el padre nuestro y el avemaría, y le di la bendición. Por supuesto que yo estaba rezando con ella, pero mi mente estaba en los que esperaban en la finca y se iban a mojar… Y sólo se me ocurrió cuando estaba rezando el padre nuestro, pedir que la voluntad de Dios se cumpla… Yo no quería que los otros se mojaran, pero aceptaba la voluntad de Dios para mí y para ellos.
Cuando llegué al sitio, me estaban esperando, habían caído ya unas gotas y siguió haciendo que llovía, pero con lo de acomodar a la gente y los bultos, se me fue pasando la preocupación y en el camino hacia el pueblo, comencé a notar que la pista estaba cada vez más mojada, pero que las nueves se abrían y empezaba a hacer sol. Había caído un buen chaparrón, pero a nosotros no nos había tocado.
Me di cuenta de la realidad cuando llegamos al pueblo y el ambiente era totalmente diferente, aquí había llovido hacía un rato, pero ahora el sol lucía de nuevo con esplendor y la gente estaba contenta del viaje y de que no se habían mojado. Y me acordé de la oración que le había hecho a Dios por ellos y le di las gracias porque no se habían mojado en el viaje.

Cuando ayer, domingo, contaba esto y algunos de los que habían viajado estaban presentes, sonreían y agradecían el que no se hubiesen mojado, a la vez que yo les invitaba a vivir la fe de esa manera que muchos de ellos viven como auténticos maestros. 

Esta no me la esperaba…


Estamos en momentos de exámenes en la universidad y los estudiantes tienen bastante que estudiar. Prefieren estar largo tiempo por la noche trabajando y dormir la mañana, de forma que nosotros no vamos a rezar con ellos esta semana.
Como tenemos un hueco libre, aprovechamos para ir a rezar a un pueblo y al mismo tiempo estar también presentes para el comienzo de la escuela que estamos tratando de seguir de cerca para mejorar el nivel de enseñanza. Los maestros están presentes, mientras en las otras escuelas ya están de vacaciones. Había programadas dos semanas de descanso y se han convertido en dos meses, con todo lo que conlleva de que los alumnos no adelanten en el trabajo.
 La visita ha servido a los maestros de aviso para que sepan que estamos cerca y a los alumnos para que vean que les seguimos en el trabajo que hacen.
Es allí donde me he enterado de que el jefe del pueblo está en el hospital y he decidido ir a verle. El jefe es alguien que nunca ha venido a rezar con nosotros, pero ha sido la persona más significativa en la construcción del pozo, estando  presente en todos los momentos que estábamos trabajando. Siempre que ibas, te encontrabas con él siguiendo lo que se hacía, a pesar de estar enfermo y no poder hacer ningún trabajo de fuerza.
A una tal actitud debe responder de mi parte una visita para darle las gracias por lo que ha hecho de animar a la gente en el trabajo del pozo. El jefe nunca ha rezado con nosotros ni sé si acepta el que lo hagamos ahora que está en el hospital. Le pregunto al que me ha acompañado si podemos hacerlo y el jefe accede a que recemos, cosa que realizamos sin dilación los pocos que estamos a su alrededor. Él sigue con devoción, pero no sabe las palabras a pesar de que lo hacemos en su lengua. Al final se muestra agradecido.
Sin darme tiempo a reaccionar, alguien que está en el otro extremo de la sala me hace llamar y me dice que es catequista de una parroquia de la ciudad y que si puedo rezar por él. Aquí las cosas son más claras, es él quien me lo pide y junto con los que están a su alrededor rezamos de la misma forma que habíamos hecho con el anterior.
Cuando pensaba que había concluido, alguien más me llama y me dice que quiere que rece también por él, que viene de un pueblo que, aunque me ha dicho el nombre, no llego a ubicarle. Me doy cuenta de que no sabe seguirnos en la oración, pero como me ha pedido que recemos, lo hago sin problema.
Una vez terminada la oración aquí, otro joven que está en una de las camas cercanas me pide también que rece por él. Como habla un poco de inglés, me permito hacerle algunas preguntas y descubro que es musulmán, pero no le importa, quiere que rece por él y así lo hago… Aunque “esta no me la esperaba”, que un musulmán te pida que reces por él… Pero la realidad es que la enfermedad es una situación tan especial para ellos que cualquier cosa que se les pueda ofrecer es una ayuda inestimable en esos momentos duros que están pasando.
Una vez que he finalizado las oraciones salgo de la sala, pues no queda ya nadie más en el recinto, pero cuando estoy en el umbral de la puerta, una voz clara y nítida me llama por mi nombre y me dice que también él quiere que rece por él. Se trata de un joven que pertenece al movimiento misionero salesiano y que lleva dos meses en el hospital debido a una neumonía. Me alegro de su llamada y también él esta contento del encuentro y de la oración.

Estos días estoy yendo a llevar al hospital para la gimnasia de rehabilitación al padre de Paul, un salesiano de aquí que trabaja en Lungi. Pienso que ahora ya tengo una excusa para  también visitar a los demás que están hospitalizados y permitirles vivir unos momentos de consuelo y alegría, a la vez que le doy las gracias a Dios que me ofrece vivir estos momentos con ellos.

¿Tenemos fe?

  Durante unos cuantos domingos de este año el tema recurrente es la cuestión de la fe vista en planos distintos, pero la perspectiva recurrente es la misma, la fe.
Varias veces he hecho esta pregunta en la homilía ¿Tenemos fe? Y la respuesta ha sido siempre positiva, aunque luego a la hora de concretar las cosas las opiniones varían, pero por lo menos todos aseguramos tener la fe.
Y la continuación de la fe, es la manifestación concreta de esta fe, y esta manifestación  se traduce en milagros, pues siempre que alguien se acerca a Jesús y le pide alguna cosa, Jesús le dice que se la concede de acuerdo con su fe.
Hoy la ocasión era propicia para hacer la pregunta  de si tenemos fe, dónde están los milagros que siguen a la fe… Y las respuestas se hacía de rogar, pues eran difusas y no llegaban a concretizar una experiencia precisa y personal.
Les conté dos situaciones que había vivido personalmente y en primer plano y creo que les agradó; pero no me paré en contarles, les dije que la semana que viene contaba con alguna experiencia personal de alguien de los presentes. Esperemos que así sea.
Una experiencia concreta que he vivido porque estaba presente cuando el joven que pertenece a un grupo de oración nos la contaba, fue la que refirió que le pasó en su finca, donde tiene una pequeña cabaña para dormir y allí se queda por la noche para no tener que volver al pueblo que está distante.
Estaba el joven en la cabaña por la noche con su esposa y el hijo pequeño, y el niño se puso a llorar y no había forma de que callara. Cuenta que después de un rato de no saber qué hacer, se arrodilló en la estera en la que estaba tendido y rezó con toda confianza a Dios. El niño se calmó y todos pudieron dormir y descansar y proseguir el trabajo al día siguiente…
Conté también algo que viví en la parroquia anterior en la que estuve, cómo una lluvia torrencial se llevó las cosechas de los campesinos y ante tal situación y sin saber qué hacer, recuerdo que mi oración fue: “Señor, son tus hijos… No querrás que se mueran de hambre…”
Me acuerdo que repartimos más de cuarenta toneladas de maíz, alimento base de la gente, comprado la mayoría en el mercado y distribuido por tres personas responsables en cada pueblo… Y no recuerdo que nadie muriera de hambre…
Y la reflexión es sencilla: si en nuestras vidas no hay experiencias parecidas, quiere decir que no tenemos la fe que es necesaria para que sucedan los milagros.

Y nuestra oración de hoy también puede ser la que hicieron los discípulos a Jesús… “Auméntanos la fe” para que podamos ser esos hijos tuyos que Tú esperas  que te conozcan como su Padre y que hagan el bien a sus hermanos.