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lunes, 30 de noviembre de 2015

30 de Noviembre de 2015

Lunes

Y sin darnos cuenta nos presentamos en el último día del mes. Voy a decir misa a la parroquia mientras los demás duermen, pues la salida de ayer les ha dejado cansados. Celebran la misa en casa antes del desayuno y luego se disponen a partir. La estancia les ha resultado positiva y agradable.
       Tenemos un momento de reunión Samuel y yo y tratamos de organizar la semana en cuanto al menú y al horario Samuel sale a hacer algunas compras, mientras yo estudio y leo. Hace calor y se suda, de forma que estando a la sombra del ventilador las cosas son más llevaderas.
       Intentamos responder a una encuesta que nos han mandado desde la provincia, pero no salen muchas ideas y decidimos continuar con el trabajo mañana. Y mientras estamos en esto, llega una moto en la que viene Coco, Marcos, un cooperante español que viene para ayudarnos a hacer un trabajo de campo en el espacio que se nos ha confiado para trabajar en los pueblos. Ya iremos viendo lo que se hace a medida que los días pasen y comprendamos mejor las cosas.
       Hemos hablado un buen rato, pero veo que tiene un buen cansancio y es mejor que se vaya a dormir. Mañana seguiremos con la conversación y trataremos de presentar un plan de trabajo.
       Estoy contento porque creo que es un momento interesante a la hora de ver y comparar trabajos que Coco está haciendo con otros que nosotros conocemos y compartir y poner en común lo que cada uno conoce  y hacer que los críos vayan a la escuela, es algo que tenemos entre nuestros principales objetivos. Contamos con la ayuda de D Bosco en el último día del mes y se lo encomendamos a Ella.

       Pensaba enviar la crónica antes de acabar el día, pero no hay conexión, así que paciencia y a ver si mañana hay más suerte.

domingo, 29 de noviembre de 2015

29 de Noviembre de 2015

Domingo

  Salgo temprano, antes de las seis para los pueblos. Los demás duermen todavía, pues sus labores comienzan más tarde. El día es claro y el calor se promete, pues desde por la mañana estamos sudando.
       En el primer pueblo ha habido una celebración por un muerto el sábado por la noche y se nota la dificultad de la gente que se ha pasado la noche de fiesta, a la hora de seguir la misa, además de que el número es bastante más bajo. La reflexión es en torno a si estamos preparados para acoger a Jesús y, por lo menos de palabra, me dicen que sí.
      En el pueblo siguiente las cosas se van mejorando un poco. Hoy hay más gente y algunos me son caras nuevas. Les sigo animando en el empeño de hacer que la comunidad crezca y parece que están interesados en lo que les digo. Por lo menos hay intentos de juntarse para rezar y para hacer catecismo. Veremos a ver hasta donde llegamos.
      En el tercer pueblo  el personal está un tanto rezagado y a la hora de empezar van llegando los que faltan. No hay gran número, pero la iglesia, aunque pequeña, está llena y tengo la sensación de que hay gente nueva entre los fieles. Después sabré que son gente que vienen de Lunsar y están de paso. Para el resto nada especial que señalar.
      En casa me tomo un plato de arroz y una tajada de pescado de lo que nos han dado en los pueblos y luego me echo un rato la siesta mientras Samuel y Seguei van a decir la misa a un grupo de estudiantes en la uni.
       Cuando vuelven me voy a Mattru y lo primero que me hacen saber es que ha fallecido el jefe del pueblo, aunque era el jefe, residía Bo, y no creo que fuera por gusto, pues por lo que me han contado, se desplazó a la ciudad durante la guerra y luego  nunca quiso volver a su terreno.
        Con este panorama, muchos han ido a Bo a visitar a la familia del finado (dar el pésame y decir el último adiós a los que le conocían, lo que hace que pensar en la oración, sea cosa de otro día, no de hoy.
       Me entero que la velada fúnebre será el miércoles y visito al cura de la parroquia con quien quedamos de encontrarnos en la oración por el muerto el miércoles en la casa que conservaba en el pueblo.

        Los chicos del basket que han venido con Serguei están de despedida y lo hacemos cenando juntos y con algunos intercambios de opiniones. Parecen encantados de la estancia y nosotros estamos también encantados con ellos. Después de cenar y tomarse un rato de reposo, salen a dar una vuelta para conocer la ciudad y Samuel les acompaña.

sábado, 28 de noviembre de 2015

28 de Noviembre de 2015

Sábado

Último sábado de mes y tocan tareas de limpieza hasta las diez de la mañana, quizás por eso  no hay tanta gente en la parroquia. Cuando volvemos de misa Serguei y los suyos se preparan para desayunar.
        Dedico la mañana a la limpieza y a estudiar un buen rato, además de ir a buscar formas y hablar con alguien que me viene a ver.
       Después de comer hay misa para los del “movimiento misionero salesiano”, es Serguei quien se la dice y a continuación tienen reunión. Hay diez personas presentes. Acto seguido Serguei va con sus jugadores de disputar un encuentro que han programado en Kenema y yo me comprometo a sustituirle en la misa que él debería decir por un difunto, que al final tardan en venir a buscarme y la hacemos siendo noche cerrada.
        Los de Kenema han ido, han jugado y han ganado y por eso están contentos. En la misa que digo en la casa del finado, es la de los cuarenta días, hay un buen número de gente y voy conociendo a algunos de los participantes.
      En casa ya han acabado de cenar cuando vuelvo y como han jugado y están cansados, se retiran pronto a dormir. Serguei conversa un momento con nosotros, pero también se retira cansado a dormir.

         Nos ha llamado el obispo para decirnos que mañana estará presente en la segunda misa de la parroquia.  Animo sugiere a Samuel que esté presente en la misa del obispo y Serguei estará como concelebrante. Creo que es un detalle que el obispo quiere tener con nosotros y tratará de presentarnos a los feligreses.

viernes, 27 de noviembre de 2015

27 de Noviembre de 2015

Viernes

En la misa de la mañana hago un trozo en lengua local y hoy han reaccionado mucho mejor que la semana pasada que les pillé de improviso. Ya se hacen a la idea de oírme decir oraciones en su lengua, cosa que antes no se esperaban y les faltó la reacción.
       Después de la misa y el desayuno, salimos juntos hacia Balei a visitar la escuela en la que hoy acaban los exámenes y queremos ver lo que van a hacer la semana siguiente, que será de preparar la fiesta que van a tener el jueves, donde habrá juegos y Samuel estará presente en la animación y el viernes, que habrá reunión de padres de alumnos y entrega de notas y trataremos de animarles a que envíen los hijos a la escuela.
    El calor se hace notar y seguimos sudando lo que queremos y el polvo en la pista es cada vez más intenso con lo que empiezo a utilizar máscara para no respirar tanto  polvo, pues los catarros y las toses vienen por respirar el polvo.     
       Comemos juntos y esperamos a Seguei, el salesiano que viene con un grupo de jóvenes que juegan a cesto, pero que llegan con retraso y ya me pilan en la siesta, pues salgo pronto hacia los pueblos.  
       El grupo que ha venido está comiendo cuando salgo para ir a los pueblos. Nos saludamos les deseo buena estancia y voy a Tikonko, donde me encuentro a varios de las parejas que han venido a cargar la batería del teléfono. Les llevo a buscar a las mujeres que están en el pueblo y juntos emprendemos rumbo hacia Cassama. El camino deja bastante que desear y el recorrerlo se hace largo. El que las parejas de varios pueblos se junten tiene efectos positivos en animar a los otros a hacer lo mismo que ellos hacen y hacerlo bien hecho y creo que hoy se han dado cuenta de esto por las varias veces que se lo han repetido. Esperemos que surta sus efectos.
       Se nota una diferencia marcada entre las parejas de un pueblo y de otro, pero también los efectos del tiempo son a tener en cuenta, pues con unos llevo encontrándome dos años y con los otros apenas seis meses.
      En Gbalehun no hay mucha gente y los maestros  han ido a otro pueblo a seguir una ceremonia tradicional. Lo de rezar en pareja de la semana pasada apenas si se acuerdan de lo que les dije y menos lo han hecho, así que con el testimonio de las parejas que me han acompañado y que ahora están de vuelta, aprovecho para insistirles de nuevo en el tema.

      La vuelta a casa es larga, pues tengo que llevar a las parejas a su pueblo y eso lleva su tiempo. Cuando llego a casa los que nos  han visitado con Seguei ya han acabado de cenar y están lavando los platos. Ceno y empiezo a escribir la crónica, pues no quiero que se me acumulen las cosas y luego no tenga tiempo para contarlas o el olvido haga su efecto.

jueves, 26 de noviembre de 2015

26 de Noviembre de 2015

Jueves

Vamos a misa a la parroquia y después directamente a reunirnos con el obispo. Después de los saludos y el comentario sobre su participación en el sínodo de la familia, venimos a nuestra situación. El obispo se muestra muy satisfecho de las noticias que le damos y está totalmente abierto a lo que le proponemos y entre las cosas que nos hace ver, es que la parroquia que  nos ha ofrecido por tres años, que es algo que se puede continuar más tiempo, lo que nos anima a tomar las cosas mucho más en serio y a imprimir desde el principio nuestro estilo y forma de hacer en la parroquia.
      También se habla del trabajo en los pueblos y el obispo se muestra muy complacido en las noticias que le damos sobre el estudio que vamos a hacer sobre las escuelas y cómo mejorar la escolarización de los niños.
        Vendrá un salesiano a hacer de párroco mientras esperamos la recuperación del que tenía que venir y está indispuesto. Y para los pueblos haremos un estudio sobre la población para ver la cuestión de los alumnos en las escuelas y lo que se necesita hacer con cada una de ellas.
      Vueltos a casa desayunamos rápidamente y emprenden la marcha, pues el provincial tiene que tomar el avión esta misma tarde y no se trata de tener problemas.
      Samuel y yo, que somos los que ahora mismo estamos en casa, nos tomamos la cosa con una cierta calma. Vamos viendo diferentes puntos que hemos tratado y pensando en la forma de traducirlos a le realidad diaria, pero también vemos que nos llevará su tiempo y que tenemos que tener en cuenta que las cosas van a cambiar en el momento en el que el resto de los que faltan estén presentes.
      Samuel sale de compras y yo dedico un buen rato a estudiar, antes de la comida. Samuel viene con una prima que ha encontrado en la ciudad y la lleva a casa de la familia y por la tarde vamos a Mattru, aunque hoy no hemos tenido mucho éxito, pues ni yo he encontrado a los enfermos en casa, ni él ha logrado reunirse con los monaguillos, con lo que tenemos que seguir teniendo paciencia y a ver cuando reaccionan en positivo.
       En casa, después de la cena y la oración, seguimos compartiendo ideas y proyectos a la vez que nos conectamos a internet.


miércoles, 25 de noviembre de 2015

25 de Noviembre de 2015

´Miércoles

En la misa anunciamos la llegada del provincial, que esperamos que nos traiga a quien va a ser el párroco, pero la realidad es que todavía seguiremos esperando, ya que el que debía venir está indispuesto, le ha pillado un catarro que se ha complicado y toca esperar y tener paciencia.
      Por la tarde vamos a la uni, donde los estudiantes siguen de exámenes y  vamos a visitar a la monja que reside en la universidad, que me ha conseguido algunas oraciones en mende. Estamos intentando hacer un libro de oraciones en lengua local y vamos buscando en diversos sitios lo que podemos hacer.
     También visito a la gente del pueblo. Hoy no he encontrado a los estudiantes en el sitio en el que suelen reunirse, quizás los exámenes y que cuando acaban los exámenes comienzan las vacaciones, hace que no haya nadie por allí. Sí encuentro al líder de la iglesia y hablamos un rato, pues tenemos entre manos el asunto del matrimonio que está preparando. Seguiremos el miércoles que viene.
      Finalmente nos llegan por la noche le provincial y Uba, cuando estamos acabando de rezar. Cenamos y tenemos un buen rato de reunión en la que se nos comunica que las cosas van avanzando en lo de la parroquia, hay unas cuantas preguntas que se nos hacen y otras que vamos diciendo de forma que en la reunión que habrá mañana con el obispo, tengamos las cosas más claras a la hora de decidir quien va a venir y cómo se va a hacer.

martes, 24 de noviembre de 2015

24 de Noviembre de 2015

Martes

  En la misa conmemoramos a María Auxiliadora y a la gente la vamos habituando a nuestra forma de hacer las cosas y creo que nos siguen con agrado. Les damos la bendición de María auxiliadora después de haberles ambientado al respecto sobre la recomendación de Don Bosco.
       Después del desayuno vamos a visitar la escuela de Balei donde están haciendo los exámenes finales antes de comenzar las vacaciones. Tenemos la impresión de que quieren hacer las cosas pero no llegan muy lejos. Por lo menos creo que hay buena voluntad, que ya es algo. Samuel se ofrece para estar presente el día que se hagan juegos para animar en la organización y ejecución. También hay convocada una reunión de padres a la que nos invitan, pero preferimos estar en la siguiente, pues habrá que sensibilizar para que envíen los hijos a la escuela y lo haremos el día de la entrega de las notas.
      El camino sigue siendo dificultoso, pues ahora se suma el polvo a los muchos baches , pero nos hemos acostumbrado a las cosas y en ello estamos.

     Por la tarde en la oración seguimos pidiendo a María Auxiliadora que nos ayude en el trabajo que nos traemos  entre manos.

lunes, 23 de noviembre de 2015

23 de Noviembre de 2015

Lunes

Seguimos diciendo la misa en la parroquia a la espera que ya esta semana sea presentado el párroco y que las cosas comiencen a normalizarse. Hace buen tiempo. Las mañanas aparecen con cierta niebla y hay rocío, el signo más claro de que la estación de lluvias está acabando.
      Me paso la mañana dedicada al estudio de la lengua y preparando el evangelio del domingo, pues la lengua local requiere todavía mucho tiempo antes de que domine la lectura y la entonación. Samuel va un rato y ver a algunos estudiantes en la universidad y yo salgo a preparar unas  fotocopias para la escuela de Balei que pienso visitar mañana.

       Por la tarde tenemos reunión comunitaria y tratamos de hacer un balance de lo hecho hasta ahora y esperamos que la próxima reunión sea con la comunidad al completo y con muchas cosas para decidir.

domingo, 22 de noviembre de 2015

22 Noviembre de 2015

Domingo

Salgo antes de las seis, siendo aún noche cerrada y amanezco en el camino hacia Nagoyon, donde la cosa resulta difícil, pues ha habido fiesta nocturna ayer, pero al final la feligresía va  apareciendo y el número es importante, así como la disposición. Los maestros no dan muchas señales de vida y me tendré que dar una vuelta por la escuela en la semana para ver la evolución de las cosas.
      En Tikonko la situación va un poco mejor que la semana precedente, hay más presencia y creo que también hay interés, pero vuelvo a repetir el mismo mensaje, que donde no se reza durante la semana, donde no hay actividades entre semana en la iglesia, el domingo resulta bastante flojo. Algunos parece que lo comprenden y piensan en buscar a los ausentes. Uno de los asiduos, con quien he ido a rezar a casa de su mujer, me pide si puedo ir hoy, y como tengo tiempo vamos a verla, pues parece que no está en buena forma, pero cuando llegamos a casa, encontramos que ha salido.
       En Towama la situación sigue siendo confusa. Hay quienes llegan tarde y el líder dice que pongas la misa a la hora que la pongas, siempre habrá los que llegan tarde y hay otra opinión que me hace pensar mucho más es que como ahora se ha acabado el ébola, que la gente reza mucho menos y que antes iban a la iglesia porque tenían miedo… Me falta tiempo para recordarles que el ébola ha reaparecido en Liberia, algo que les deja pensativos. En fin, que creo que hay que tomarse las cosas con calma y pensar en un catecismo sistemático con los fieles.
     En casa me encuentro con Samuel que hoy ha ido a la parroquia con Edwin. Comemos y me voy a echar la siesta, pues la mañana ha sido larga y espera la tarde. Hace calor y se suda abundante, pues no ha llovido y se nota que la estación de lluvias se está acabando y el polvo aparece en los caminos.
      Por la tarde voy con Samuel a Mattru donde tenemos la misa del domingo, pero pedimos por el señor que enterramos ayer. Es la primera vez desde que he venido que voy a ese pueblo a decir la misa, pues no les agrada el que sea por la tarde, pero les explico que no tengo otra opción, que siendo un solo cura para todos los pueblos, la forma de estar con todos los que pueda es que alguno tenga la oración por la tarde y les ha tocado a ellos… No estoy seguro de haberles convencido, pero no tengo otra posibilidad, si quieren tener misa, tendrá que ser por la tarde.

     No tenemos conexión a internet, lo que quiere decir que no hay noticias. Paciencia y a ver cuando podemos saber lo que pasa por fuera. Tampoco la lluvia se hace presente, a pesar de que en algunos momentos amenaza, lo que hace que el sudor del calor húmedo se haga notar bastante.

sábado, 21 de noviembre de 2015

21 Noviembre de 2015

Sábado

Comenzamos con la misa en la parroquia y después del desayuno estudio un rato y espero que me llamen por teléfono, pues ha muerto el señor que estaba enfermo en Mattru y cuando tengan las cosas me llamarán para ir para el entierro.
      Viene el catequista a verme y le digo que cuando estén las cosas preparadas que me avise y que me haré presente en el entierro. Estoy esperando largo tiempo y al final de la mañana recibo la llamada. Vamos a la casa donde tienen el cadáver envuelto en un paño. Como el ébola se da por acabado, ya no se observan los protocolos que había que seguir hasta ahora.
      Me doy cuenta de que nadie se mueve y me encargo yo de hacer que la cosa empiece. Tienen unas angarillas bastante curiosas por cierto y las hago poner a la puerta de la casa y así van preparando el cuerpo para ponerle en ellas. Les lleva su tiempo mientras las mujeres están gritando y llorando. Cuando veo que las cosas están más o menos dispuestas, comienzo a rezar y todos me siguen. 
      Una vez finalizada la oración, le echo agua bendita y emprendemos el camino hacia el cementerio, lugar retirado en el bosque por el camino del centro de salud.  A pleno sol y a buen paso, vamos recorriendo el camino mientras algunos cantan una canción en su lengua. Yo con sudar ya tengo suficiente.
      En el claro del bosque al que llegamos hay unas cuantas tumbas recientes. Imagino que es de gente que ha muerto de muerte natural, pues por esta zona no he oído nada sobre el ébola.
       He pensado en sacar fotos, pero luego he cambiado de opinión, pues creo que es un momento en el que la gente  lo vive de una forma muy particular y hacer fotos es algo que cortaría la espontaneidad de muchas actuaciones.
       La tumba es muy sencilla y a mi parecer poco profunda. El cuerpo se entierra envuelto en un paño blanco y se le protege con unos cuantos troncos que se poyan en uno de los lados de la tumba. Luego el espacio se cubre con ramas verdes de árboles y encima se amontona la tierra que ha salido de la tumba.
      Las mujeres han acompañado el cadáver y la esposa recoge algunos de los paños que le envolvían y cuando comienza el trabajo dentro de la tumba, ellas se retiran y quedan sólo los hombres que en silencio siguen el proceso que varios van realizando por turnos, especialmente el amontonar la tierra en la fosa.
      Concluida la labor le echo el agua bendita que me quedaba a la tumba, rezamos un responso y todos nos volvemos por el camino hacia el pueblo. Nosotros montamos en el coche y volvemos a casa, pues hay pueblos por la tarde, pero ellos vuelven a la casa mortuoria donde imagino que habrá la continuación siguiendo las tradiciones que todavía no conozco bien.
         Por la tarde me voy a la reunión de parejas y la cosa está bastante bien con respecto a las experiencias vividas durante la semana, pero hay varias que no están presentes.
      Después de la reunión de parejas tenemos encuentro con los maestros de la escuela de Balei y hay algunos más que se apuntan. Me presentan los papeles que les  había pedido y las cosas que faltan me prometen que me las presentarán mañana. Por lo menos veo que han hecho esfuerzos por programar algo y que en general me parece que está bien hecho y sobre todo, que lo han hecho entre ellos, no uno solo.
      La vuelta a casa me lleva un rato, pues hay una rueda que pierde aire y la tengo que cambiar, algo que es una aventura y al llegar a la ciudad lo primero que hago es llevarla al vulcanizador para que la arregle, lo que le lleva más de una hora.

        En casa Stephen me dice que Samuel ha salido con Edwin, pero que volverán pronto. Después de la cena me trato de poner al día en las noticas y luego intento hacer la crónica, pues siempre me lleva un buen rato y es algo que cuanto más dejas pasar el tiempo, más difícil se te hace recordar lo que has vivido.

viernes, 20 de noviembre de 2015

20 Noviembre de 2015

Jueves

Seguimos con la misa en la parroquia y a la salida me entretengo un momento con una monja a la que le ha llamado la atención el que haya hecho una parte d la  misa en lengua local. Ella lleva largo tiempo aquí y no se ha tomado mucho interés por la lengua, pero me dice que a partir de ahora piensa volver otra vez a dedicarle tiempo.
       También está un maestro de Cassama, el pueblo al que voy los viernes, que me pide si esta tarde le puedo llevar cosas en el vehículo y le cito para las dos y media y juntos venimos a casa para que nos podamos ver aquí y que sepa venir sin problemas.
      Paso la mañana dedicada al estudio y preparación de cosas para el domingo y, como tenemos electricidad y conexión, también envío unos cuantos correos relativos a la preparación del contenedor y las cosas que se van a meter en él.
     Después de la siesta ya me está esperando el maestro y vamos a su casa para cargar unos muebles y también hay quien se apunta al viaje, sus hijos y algunos más del pueblo que aprovechan para ir el fin de semana. Entre muebles y los que viajean, estamos llenos, de forma que hoy las paradas para recoger gente no las hacemos porque no hay sitio, no porque no haya candidatos en el trayecto.
      Llegamos sin novedad a destino y lo que sí pasa es que a las parejas les cuesta cada vez más llegar a tiempo. Después de un rato de reunión con ellos, me doy cuenta de que se está dejando de rezar entre ellos y que no van a rezar con otros. Esto me hace darles un aviso en plan de decirles que si me quieren ver con ellos se tienen que tomar en serio la reunión y el rezo en común, además de las visitas a otras parejas, cosa que me prometen solemnemente y que espero que sea cierto, pues he visto que en los testimonios que dan no hablan de nada que tengan en común, lo que les hago ver y les pido que la semana que viene esto debe haber cambiado.
      Emprendo el viaje de vuelta con escala en Gbalehun, donde hay un grupo que han estado preparando el campo de fútbol que está al lado de la escuela y la iglesia y poco a poco se van juntando los que vienen a rezar, los adultos poco numerosos, pero aprovecho para invitarles a rezar las parejas juntas, cosa que después de varios circunloquios, acaban diciendo que ya es algo que han hecho, pero que finalmente lo han dejado, pero me prometen que lo van a volver a comenzar, cosa que les digo que lo voy a comprobar la semana que viene.
      Para la vuelta, ya de noche, no hay mayor inconveniente. El camino es largo por su mal estado, pero se puede tener paciencia. En casa está Samuel esperando que ha vuelto de la reunión de la capital y me dice que se va a dormir, que está cansado y que mañana hablaremos.
       Después de cenar tengo un buen rato de catecismo con Stephen y sigo viendo lo poco que conoce de muchas cuestiones religiosas, incluso palabras que busca en el diccionario que me parecen bastante corrientes, pero el problema que tienen aquí es que como el criollo es fácil, todos hablan criollo, pero a la hora de utilizar el inglés, en cuanto algo sale de lo normal, no conocen los términos.

      Durante el rato que estaba con el catecismo también tenía el skype encendido y tuve la suerte de contactar con Manolita, mi hermana que está en California, donde acababa de comer y se iba a descansar un rato, ya que había cuidado los nietos durante la mañana.

jueves, 19 de noviembre de 2015

19 Noviermbre de 2015

Jueves

  La misa en la parroquia abre el comienzo de las actividades de la mañana. Después del desayuno salgo rápidamente hacia la escuela de Balei, mientras Samuel ha invitado a desayunar a una moza porque es su cumpleaños. Después se irá a la capital para una reunión de pastoral.
      En el camino hacia la escuela siempre se encuentran transeúntes a pie y están contentos de que les lleves un trecho en el vehículo. Me paro en Nagoyon antes de llegar a Balei y saludo a Daniel, que hoy  no ha ido al campo.
       En la escuela los críos están más o menos presentes, pues hay unas cuantas ausencias. Les doy tiempo a que se organicen y hagan las cosas en serio y me encuentro con Daniel que viene a visitar la escuela y hablamos un buen rato sobre muchas cosas, las parejas, la escuela, los proyectos a realizar… Luego, en la escuela,  hablo un rato con el maestro jubilado, pues sólo tiene un alumno en clase. Le digo que quiero hablar con los otros maestros y que lo haremos en el recreo para no interrumpir la clase de los alumnos.
      Cuando comenzamos la reunión, los maestros están un poco sorprendidos. Luego me entero que es la primera vez que se reúnen… Y les llama la atención mi actitud de escucharles lo que me dicen, de preguntarles por cosas de la escuela y de pedirles colaboración en muchos asuntos que otras veces solían ser problema del encargado.
     Quedamos en que hagan una lista con cosas que se necesitan, sugerencias y preguntas, además de planificar lo que queda de clases y exámenes y que nos encontraremos el sábado después de la reunión de parejas… Les veo contentos de la experiencia y veo que tenemos que encontrarnos con mayor frecuencia y darles mucha más cancha y hacer que ellos sean mucho más protagonistas en la vida de la escuela si quiero que la cosa funcione mejor.
        Vuelvo a casa y con viajeros siempre encontrados en el camino. Samuel ya se ha ido y hay alguien que ha venido a verle, pero también ha llegado tarde.
         Aún no ha llovido y sigue el calor y el sudor. Voy a Mattru. Visito a los enfermos, unos están en casa y otros han sido llevados al hospital. El que visito regularmente, allí está consumiéndose poco a poco. Hoy ha rezado, aunque con dificultad. He estado un rato junto a él y me agarra la mano con cierta firmeza.
       A la vuelta también hay voluntarios para el vehículo, unos cuantos que vienen de una ceremonia y que están bien cargados. Por lo menos la vuelta a la ciudad les ha salido con suerte.

        En casa rezamos juntos con Stephen y el coci que se nos ha sumado y quien manifiesta buen interés.

miércoles, 18 de noviembre de 2015

18 Noviembre de 2015

Miércoles

Seguimos con la rutina de la misa en la parroquia. Hoy hay un grupo de estudiantes que mañana van a tener exámenes y se presentan a la misa para que se rece por ellos. Es una costumbre de por aquí y está bastante arraigada. También viene alguien que celebra su cumpleaños.
        Después del desayuno estudio un rato y mientras Samuel anda buscando formas, pues parece que no hay en el país, me voy a ver al mecánico. Todavía paso un buen rato en el taller rematando detalles que se habían quedado sueltos, y es que en un vehículo que anda por las pistas, cualquier cosa puede pasar y siempre hay tornillos que apretar.
        Después me voy a Mattru, el sitio en el que hay un señor muy mayor y enfermo. Estoy un rato con él. Está solo en casa, la puerta abierta, y está durmiendo… Su esposa ha ido a hacer algún recado. Luego hablo con el maestro, que es también catequista y animador de la oración. Hay bastantes cosas que organizar y enderezar en la comunidad cristiana y habrá que ver lo que se puede hacer con paciencia.
        Voy seguidamente a clase con el maestro que he encontrado en la uni, pero parece que tiene demasiado trabajo, que no logro encontrarle. Cuando me vuelco en el camino me llama por teléfono, pero para mí es hora de pensar en la comida y el trabajo que tengo por la tarde.
      Me avisan de que no puede haber misa en la uni, pues han puesto un examen en ese momento y así aprovecho para visitar a la monja que los domingos me ayuda a llevar la comunión a los enfermos y después me reúno un momento con el que lidera la comunidad y hablamos de su matrimonio, algo que llevamos preparando largo tiempo y que aún no ha hecho y a lo que les animo, pues tanto él como su señora son dos personas encantadoras. Estamos hablando un rato y veo que están muy serios, por lo que les digo que no he venido en plan serio, sino pensando que su vida va a cambiar mucho y que será una fiesta, por lo menos acabamos sonriendo.
         Me doy un vuelta por algunos lugares del pueblo mientras Samuel está visitando a gente en la universidad, y me encuentro con el panorama de cada semana, una esquina en la que la  gente joven  fuma y bebe y se emporra… No sé qué se podrá hacer con tanto elemento sin mayores esperanzas ni ideales. Pero por lo menos se alegran de verme y del tiempo que estoy conversando con ellos. Y la sugerencia amistosa siempre la tienen, y quizás por eso se alegran de verme…
        En casa rezamos y Samuel se va a un encuentro de oración que tienen los espiritanos  en  una parroquia nueva que se está creando a las afueras de la ciudad.

Sigue haciendo calor y me he puesto a la sombra del ventilador, pero es lo mismo, seguimos sudando y a la espera de la descarga de la lluvia.

martes, 17 de noviembre de 2015

17 de Noviembre de 2015

Martes

La misa en la parroquia, el desayuno y el estudio, interrumpido por las visitas de los que me viene para consultar a cuenta del catecismo que están haciendo y de un rato de intercambio con Samuel sobre su viaje.
      Por la tarde seguimos en la misma tónica, pues la falta del vehículo no nos permite pensar en ningún desplazamiento. He llamado al mecánico y me ha prometido venir esta tarde, pero la realidad es que se presenta bien oscurecido. Y por lo menos estamos contentos de poder pensar en desplazarnos mañana.

       Seguimos sin lluvia y seguimos sudando por cualquier cosa, pero se pued vivir.

lunes, 16 de noviembre de 2015

16 de Noviembre de 2015

Lunes

Voy a decir la misa a la parroquia. Hace buen día y hay un buen número de asistentes. Escuchamos el evangelio del ciego que le pide no una limosna, sino un milagro a Jesús y les animo a que durante el día pidamos un milagro a Jesús… Y no sé si al final no me ha tocado pedirlo, pues tenemos serios problemas para conseguir una máquina de hacer formas y a ver si nos sale de milagro…
      Me pongo a estudiar y a hora prudencial contacto con el mecánico  que viene a casa y me presenta los daños del vehículo y lo que piensa hacer para repararlo. Hay piezas, componentes electrónicos, que conseguirá de otros vehículos desechados y que se compromete a hacerlo en dos días a un  módico precio de una millonada, pero la realidad es que un vehículo es lo más caro que tienes y las averías disparan todos los presupuestos… Y a ver si funciona.
        Me paso el resto de la mañana en el estudio si no es porque llamo al que me cambia el dinero y me lo trae la moneda local  a casa. También hablo con Samuel que me dice que vendrá hoy y acabaremos siendo comunidad…
       Por la tarde sigo leyendo y estudiando a la espera de que el vehículo esté disponible y podamos pensar en viajar a los pueblos.
       Hay conexión y he escrito unos cuantos correos. Mantener la comunicación es fundamental en nuestra situación y cuando no la hay te sientes fuera de la circulación; pero cuando eso llega, pues aguantar y esperar a que cambie el tiempo y a mal tiempo, buena cara…
      Samuel viene con catarro y está cansado. Ha traído un avance de programa de la visita del Rector Mayor y creo que tendremos tiempo de estudiar lo que se ha propuesto.

         No ha llovido y el calor y la humedad se hacen sentir y sudamos lo que queremos y más y a ello hay que acostumbrarse.

domingo, 15 de noviembre de 2015

15 de Noviembre de 2015

Domingo

   Me levanto temprano y salgo a esperar a quien ha prometido venir a buscarme, pero llega la hora y no se presenta. Por suerte la mañana está clara y despejada y las motos pasan con frecuencia en el cruce. Cuando veo que ha llegado la hora y no se presenta, hablo con uno de los que pasan y muestra buena voluntad de llevarme.
       Echa carburante y emprendemos el viaje que es largo, pero sin novedad especial. En Nagoyon hay algunos que ya están y otros van viniendo y al final el número que suele haber cada domingo. La sensación es agradable y los que asisten participan activamente. Creo que el ambiente de fe que viven algunos de los matrimonios se hace sentir en los demás. Les llama la atención el verme en una moto, pero cuando no hay coche, se hace lo que se puede para estar con ellos.
        En Tikonko las cosas son diferentes. Ha habido una ceremonia tradicional por uno que ha fallecido y nos encontramos en  número muy reducido, pues los que se han pasado la noche en la verbena, no llegan a la oración, lo que me hace preguntarme qué hacer y si merece la pena presentarse para tan pocos. Los presentes manifiestan su preocupación, pero el problema son los que no han venido y por eso les invito a presentarse con alguno de los que hoy no han venido, la semana que viene, traerlos de la mano.
       Hemos acabado con tiempo para recorrer el camino con tranquilidad hasta el siguiente pueblo e incluso me permito darme una vuelta por el terreno que tenemos, pues cae de paso. Son unas quince hectáreas en donde proyectamos construir varias dependencias y dedicar un trozo a plantar árboles, pero por el momento está salvaje y la maleza crece por todos los sitios. También hay algo de rendimiento en la mandioca que se plantó y que por lo menos las hojas son grandes y los tallos robustos, y esperemos que pronto se pueda cultivar.
       En Towama me encuentro con que no hay mucha gente y los que están llegan a la hora e incluso tarde. El responsable les advierte de que lleguen a la hora. La realidad es que ha muerto alguien en el pueblo y basta eso para que haya quien no viene a la misa… Yo les recuerdo que es nuestro deber el encontrarnos con Dios cada domingo y que el venir el domingo está bien pero no es suficiente… Y a partir de aquí habrá que ver cuanta paciencia tenemos que tener para ir cambiando costumbres.
       La moto me trae de nuevo a casa, y venimos cargados, pues hay dos cestas que nos han dado en los pueblos con la comida preparada para el cura, lo que hacen cada domingo, pero transportar cosas en una moto aquí es lo que se hace cada día.
        Cuando llego a casa Sergei que ha dicho las misas en la parroquia, está durmiendo, pues se prepara para el viaje de vuelta y comemos mientras él duerme. Después soy yo el que duerme y él quien come y luego sale de vuelta para la capital. Cada uno tenemos nuestro horario y hoy no coincidimos.
       Intento contactar con el mecánico del coche, pero el teléfono no está operativo, lo que me dice que habrá que esperar hasta mañana y tener paciencia.
      Me tomo la tarde con calma y leo, además de preparar cosas para mañana y encontrarme con el delegado de los estudiantes católicos de la universidad a quien propongo que tenemos que tener un texto de catecismo para los estudiantes a fin de que puedan tener una reflexión y la posibilidad de una fe adulta. Parece que le agrada la propuesta y esperamos lo que se decida después de los exámenes que ya los tienen encima.

      Hay luz y tenemos conexión, lo que me permite leer el periódico y escribir algunos correos, además de buen calor que te hace sudar y recuerda la posibilidad de una buena lluvia en cualquier momento.

sábado, 14 de noviembre de 2015

14 de Noviembre de 2015

Sábado

  Stephen y el coci han ido a hacer una especie de trabajo social para recaudar fondos, algo a lo que la gente de aquí son bastante aficionados. Yo rezo y desayuno y me pongo a estudiar un rato antes de pensar en llamar al mecánico para ver qué ha sido del coche.
        Voy a ver al mecánico y el coche está en el garaje, pero el mecánico ha ido de viaje a la capital a buscar piezas, lo que me hace pensar que el trabajo del coche va a ser para más tarde.
      Voy a la reunión de propaganda para el lanzamiento de la radio diocesana y me llama la atención el montaje que se han organizado y cómo son hábiles para sacar fondos, y al mismo tiempo me encuentro con el salesiano que estaba ayer conmigo que ha tenido que esperar para reunirse con el obispo a después de lo de la radio.
       Tenemos el encuentro con el obispo y quedamos que cuando venga el provincial decidirá lo que se pueda hacer y mientras llega, a finales de mes, haremos lo que mejor podamos las cosas de la parroquia. Esta semana yo diré las misas de la mañana en la parroquia y el domingo vendrá un cura desde la capital para decirlas mientras yo estaré en los pueblos.
       Vengo a comer bastante tarde, Edwin sale incluso sin comer hacia la capital y yo después de un rato de siesta voy a la reunión de los pueblos. Es toda una aventura el encontrar una moto que me quiera llevar, pues hay un puesto de control y no tienen los papeles en regla y tienen que pagar mordida. Al final el que se decide a llevarme, mientras vamos de camino me pregunta por lo del paso de  control de la poli y le digo que no se preocupe, que si tiene problemas ya trataré yo de intervenir, pero pasamos sin dificultad.
      Llegamos al puente y a pesar de que levanté los pies lo que pude, el agua llegó también arriba, pero sin mayores consecuencias, lo que nos permitió llegar a destino sin dificultades especiales y saludar a la gente, en particular a los niños que siempre que llego es una alegría para ellos y me vienen a saludar corriendo.
       Como tenía tiempo, me di una vuelta por el cementerio, que está un poco alejado y recé ante las tumbas de Ann y de los otros. Iba acompañado por los niños y esto lo veían como la cosa más natural y es que aquí la muerte es una experiencia cercana a todos.
        La reunión de las parejas hoy ha sido muy agradable, pues ves la apertura que tienen hacia Dios y la fe que viven y le he dado gracias a Dios por el testimonio que dan y le he pedido que me dé un poco de esa fe que las parejas tienen. Cuando les hablaba de si estaban dispuestos a seguir a Jesús si les venía a buscar, uno me dijo que cada semana se preparan para ello y que por eso están dispuestos. Yo les hacía ver cómo había cambiado la vida de todos nosotros en el tiempo que llevamos haciendo las reuniones y todos estábamos de acuerdo de que es una realidad que todos palpamos y que tenemos que agradecer a Dios.
      Después tuve un rato de encuentro con los maestros de la escuela. Hablamos de mi visita del jueves y en la que ellos  no estaban. Les hice ver que un maestro no debe ausentarse nunca de la clase y nunca los alumnos deben irse a casa en horas de clase. Es algo que les explicas, pero es una costumbre tan arraigada que… Poco a poco esperemos vaya cambiando. Por lo menos acabamos contentos de la conversación y trataré de seguirles de cerca para que los alumnos tengan lo mejor que podamos darles en la escuela.
       La vuelta fue también sin dificultad y el que hizo el viaje ha quedado de venir a buscarme también para hacer lo mismo mañana. Esperemos que no llueva…
       Cuando estamos en casa preparando las oraciones de la tarde, llega Sergei, el salesiano que está en Lungi y que viene para decir la misa en la parroquia mañana. Le acogemos como mejor podemos y después de hablar un buen rato, se va a descansar, pues ha conducido largo tiempo.

      Como hoy hay conexión, aprovecho para leer las noticias y lo primero que encuentro es lo de París, lo que me hace escribir un par de correos a los amigos que residen allí y  también logro hablar por skype con José Mari, el que nos prepara los contenedores. Para los dos es una gran alegría y estamos contentos de la comunicación.  

viernes, 13 de noviembre de 2015

13 de Noviembre de 2015

Viernes

   Después de una noche de bastante lluvia, viene un día con niebla, pero que se anuncia de sol. La misa en la parroquia está concurrida y animo a dar gracias a Dios por la experiencia de cada día, sabiendo que estamos en sus manos.
        El profe de lengua me envía un mensaje y me dice que si puedo retrasar la hora de clase. Le llamo y quedamos de tenerla al final de la mañana. Salgo después de estudiar un rato, hago algunas compras, echo carburante y así tengo las cosas listas para la tarde.
        En la clase el profe no tiene las cosas preparadas y soy yo quien le tiene que ir preguntando, pero se va defendiendo en algunos de los tiempos que nos quedaban de ver. Es lo que te encuentras por aquí y no se puede pedir más. Está contento de la conversación que tenemos y busco que se encuentre a gusto, pues el que haya accedido a darme clase ya es algo a tener en cuenta y agradecer.
       También hoy había tratado de estar un rato con el cocinero y acompañarle cuando preparaba unos garbanzos… No está mal para la primera vez, aunque la sopa le ha salido como una pasta que no hay quien la coma, pues los fideos se han espesado y no quedó nada de caldo y los garbanzos están un poco tiesos, pero se pueden comer. Lo mejor la carne que está bien cocida y tiene buen sabor. La próxima estaré más cerca y espero que nos mejoremos.
       Como y duermo un ratito, pues la tarde se presenta larga y el camino está cada vez peor, pues sigue lloviendo. Siempre hay quienes se apuntan a viajar y es que la gente sigue recorriendo distancias grandes a pie y a los que te encuentras por el camino, especialmente si son mujeres y van cargadas, les das una alegría inmensa.
      Ahora se dan chaparrones muy locales, de forma que vas de un sitio a otro y en el espacio de dos kilómetros puedes pasar de una lluvia intensa a un sol radiante y eso me ha pasado hoy en el camino dos veces.
      En Cassama la gente va viniendo y hay ya quien me esperaba en el camino, algunos que vienen de otro pueblo. La reunión sigue su curso y, como estamos al final del año litúrgico, hablamos de balances y de si estamos preparados para cuando el Señor nos llama… Me llama la atención lo espontáneos que son y cómo me dicen que tienen miedo de la muerte y que son temas que entre ellos no se hablan. Creo que es una de las cosas en las que debo insistir en la catequesis, el vivir la vida para estar disponibles para cuando nos vengan a llamar.
      Al salir siempre hay gente que se apunta al viaje y estamos casi completos, pero cuando hemos recorrido alrededor de un kilómetro de la vuelta, algo pasa en el vehículo que nos deja en el camino. Pienso que no es grave, pero allí nos deja tirados.
       Por suerte viene una moto y le convenzo de que me traiga a Bo. No hay cobertura en los teléfonos y no hay nada que hacer. La noche nos envuelve y emprendemos el viaje. Se apunta una señora que viene a acompañar a su padre que está enfermo y los tres en la moto, cosa normal por aquí, que también las hay que llevan cuatro, recorremos el camino sin mayor problema. Cuando llegamos a Tikonko seguimos sin cobertura y a la llegada a Bo contacto con el mecánico, que viene a su taller y me dice que prefiere ir ahora mejor que mañana.
      En la moto que me ha traído a mí emprende el mecánico el camino de vuelta. No merece la pena que le acompañe porque no le voy a solucionar nada y él se las puede apañar para hacer venir el vehículo, o por lo menos es lo que me dice.
        Vengo a casa y nada más entrar comienza una abundante lluvia… Parece que hubiera estado esperando a que entrara en casa para descargar. Mientras venía por el camino pensaba en la suerte de viajar sin lluvia…
      En casa me encuentro que ha venido un salesiano de la capital y varios trabajadores sociales que están haciendo un recorrido para la reintegración de algunos de los muchachos que tienen recogidos de la calle. Hablamos un rato, cambiamos impresiones y nos despedimos hasta mañana.
       Hay luz, pero no conexión. Estoy un buen rato con Stephen en la lectura del catecismo y se le ve interesado en aprender y conocer muchas cosas. También pensamos que sería un buen método para los estudiantes de la uni que quieran hacer catecismo o formarse un poco más y tratamos de pensar cómo nos vamos a organizar para hacerlo.

          Estoy cansado del traqueteo de la moto y lo incómodo del viaje, pero en buena forma y, después de leer un rato en el libro electrónico que me regaló Loli, me entrego a un agradable sueño, pues la lluvia, que ha caído abundante, ha refrescado el ambiente.

jueves, 12 de noviembre de 2015

12 de Noviembre de 2015

Voy a decir la misa en la parroquia. Hay bastante más gente que ayer, pues hoy hace sol y el tiempo es muy bueno. Les hablo de lo que nos dice el evangelio, de la presencia del Reino dentro de nosotros y de la necesidad de descubrir esa realidad y vivirla cada día.
      Después del desayuno y un rato de estudio voy a la escuela de Balei, donde me encuentro que los críos mayores no están en clase… Ha habido uno de ellos que se ha roto un pie y los maestros le han acompañado a su pueblo y los demás críos se han ido para casa… Me doy cuenta de que se debe estar continuamente presente si quieres que las cosas se hagan con seriedad y de la paciencia que tienes que tener cuando por cualquier motivo se dejan las clases, algo a lo que están muy acostumbrados.
         En el camino me encuentro en Nagoyon con un vehículo que ha traído a un grupo de gente, personal médico, que están tratando a los niños pequeños… La situación médica después del fin del ébola deja mucho que desear y han venido porque ha muerto la pequeña Ann… Por lo menos se ve algún gesto de atención por parte de las autoridades. Esperemos que las cosas vayan a mejor.
      También me encuentro con la agradable sorpresa de que el puente que tenía un enorme agujero ha sido reparado y se puede pasar sin problemas, algo que no me esperaba que fuera a tener tan rápida solución.
      Después de comer y hacer un poco de siesta, me voy a Mattru y, de paso, dejo a Stephen en la iglesia donde han vuelto a empezar con el catecismo. He ido a llevarle para saber el sitio en el que se encontraba, pues aunque había estado antes, no la ubicaba en su lugar.
     En Mattru he vivido la situación de cada jueves. Visito a las personas enfermas, el viejo que está en situación terminal sigue en su estera. Incluso a la hora de rezar le cuesta seguir. Les llevo algunos víveres. También visito otros más, alguno está en Bo y otros han vuelto después de pasar por el hospital. Con todos me entretengo un rato y rezamos.
       Me ha llamado Uba y me hace saber que el salesiano que esperábamos que iba a venir para hacer de párroco, es posible que no venga… No me sorprende viendo su situación y lo que me había comentado cuando nos encontramos en el verano. Rezaremos para que Dios nos ayude a encontrar una solución aceptable a este problema.
       Con Stephen rezamos las oraciones de la tarde y hoy la catequesis va sobre las diversas formas de oración y cuales son las más importantes oraciones en las que podemos participar. Le llama la atención el que le hable de la misa y el oficio divino, pero se da cuenta de las motivaciones y eso nos ayuda a celebrar la oración del oficio con una mayor motivación.

        Hemos estado todo el día sin conexión y así seguimos. La lluvia nos ha acompañado de forma fuerte varias veces durante la noche y ha refrescado y se puede dormir sin sudar.

miércoles, 11 de noviembre de 2015

11 de Noviembre de 2015

Martes

Ha llovido bastante por la noche y lo sigue haciendo por la mañana. Voy a decir la misa en la parroquia y se nota que hay menos gente a causa de la lluvia. Al final de la misa sigue lloviendo, pero ya la cosa se va calmando. Hay ambiente fresco y agrada el que no sudas.
       Estudio un rato después del desayuno y a continuación salgo al banco y a hacer algunas compras. Hay mucho movimiento y se nota que lo del éboa se ha dado por terminado. Antes de comer todavía tengo tiempo de dedicarle otro rato a los verbos y hoy tenemos lentejas que el coci sabe preparar con bastante buen gusto.
       Como cada miércoles por la tarde, voy a decir misa a los universitarios. Hay un grupito no tan numeroso como otras veces, y creo que los jaleos que ha habido la semana pasada en el campus se hacen notar. Habrá que dar tiempo para que llegue de nuevo la normalidad.
      Después de las oraciones de la tarde y la cena, Stephen viene de nuevo a encontrarse conmigo para trabajar juntos en la lectura del catecismo que tiene. Veo que le agrada el encuentro y lo ve positivo. Yo también me alegro de ver cómo disfruta y el interés que tiene en aprender. Ha habido unas cuantas palabras que ha tenido que buscar en el diccionario y como que le sorprende que yo sepa tantas palabras que él tiene que consultar.

         Tenemos luz, pero no hay conexión a internet. Hago la crónica esperando a ver si por casualidad… Pero creo que habrá que esperar a ver si mañana tenemos más suerte…Hoy he hecho una colada, ropa de dos días, y es que como ha llovido no he sudado para empapar tantas camisetas.

martes, 10 de noviembre de 2015

10 de Noviembre de 2015

Martes

 un poco de lluvia. Rezo con Stephen y luego cada uno vamos a nuestro trabajo. Dedico la mañana a estudiar y leer, de forma particular trato de apañármelas con los verbos en mende para ver si me familiarizo con los diferentes tiempos.
       Me viene a ver una monja para invitarme al lanzamiento de la radio de la diócesis que va a tener lugar este sábado por la mañana. Le prometo estar presente si no tengo profesor de lengua, pues suele venir los sábados por la mañana.
       Para la comida hemos abierto una lata de alcachofas de las que vinieron en el contenedor, pero para Stephen ya le he dicho al coci que prepare arroz, pues por aquí no están acostumbrados a tomar verduras de esta manera. Por lo menos las prueba y no le hace ascos.
       Después de comer y dormir, sigo con el estudio y la lectura. Leo el evangelio en mende de forma que el domingo lo pueda tener bien preparado. A la gente le encanta oírme leer en su lengua pero me lleva su tiempo el prepararlo.
       Cuando salimos de la oración de la tarde me vienen a pedir si puedo decir la misa en la parroquia los próximos días. Es algo para lo que siempre estoy disponible, pues ya deberíamos habernos encargado de ella y todavía estamos esperando al que será el párroco. Esperemos que no tarde en venir.
       Stephen viene de nuevo a lo del catecismo. Hoy está más en forma que ayer y también aprovecho para hablarle de liturgia y de la vida religiosa en la iglesia, cosas en las que está bastante pez. Por ello utilizo cualquier momento para ayudarle a que sepa algo más y le animo a que lea todo lo que pueda.

        Hoy le ha llamado la atención cuando me ha visto estudiar, el que tenga unos cuantos libros y que me maneje con ellos. Es que ellos suelen tener un libro o un cuaderno de apuntes y no llegan a poder consultar mucho más. Le digo que es la forma normal de estudiar, hacerlo con diversas fuentes y un libro ayuda al otro y así vas viendo las cosas en diferentes ángulos y perspectivas.

lunes, 9 de noviembre de 2015

9 de Noviembre de 2015

Lunes

La noche ha sido tranquila y el reposo aceptable. Después de la oración y el desayuno voy a buscar a Andreas, el encargado de proyectos de desarrollo a la “torre del reloj” y desde allí venimos a casa, donde mano a mano nos pasamos cuatro  horas enteras trabajando en la cuestión de los proyectos de desarrollo. Es la primera vez que ha venido y ha presentado lo que hasta ahora ha estado haciendo. Promete ser regular a partir de enero en sus venidas y que juntos podamos ir viendo los pasos a dar en el tema, siempre contando con la presencia de los demás miembros de la comunidad.
      Cuando acabamos la reunión sale rápido, ni si quiera se está para comer, pues me dice que alguien le estaba esperando y quería ir hacia la frontera lo antes posible, pues se dirigía a Liberia. Creo que ha sido un encuentro provechoso y que nos ha puesto en comunicación y en sintonía y esperemos que la cosa sea una tónica que ocurra a lo largo del trabajo que realicemos juntos.

      Después de comer y un poco de siesta, de nuevo me meto con los libros y estoy un rato trabajando y leyendo. Luego viene Stephen y hablamos un alrededor de una hora. Nos visita una lluvia copiosa y después de la cena y la oración tenemos un rato de catecismo, como ayer. Hoy no estaba en muy buena forma y lo hemos cortado antes.

domingo, 8 de noviembre de 2015

8 de Noviembre de 2015

Domingo

Salgo a la seis y estoy en Nagoyon para las siete. Hoy hay ambiente más tranquilo que la semana pasada y en la misa recordamos a Ann, la niña de menos de dos años que se nos ha ido. Sus padres rezan en la oración de los fieles y a algunos se les escapan las lágrimas… En el cementerio hay tres tumbas recientes, una de un anciano y dos de dos niños… Aquí mueren más niños que personas mayores…
      En Tikonko hay menos gente que de costumbre… Luego sabré que hay gente que ha estado celebrando el fin del ébola y después no ha tenido fuerza para venir a rezar por la mañana.
      En Towama pasa algo parecido y aquí se nota más, pues hay mucha menos gente que otras veces y el motivo es el mismo. Han estado de fiesta toda la noche y luego no tienen fuerzas para venir a rezar.
        La sensación es un tanto contradictoria. Se ha vivido mucho tiempo bajo el miedo y ahora se desata el deseo de disfrutar o celebrar algo que pensamos que haya terminado, pero ante lo que no hay que bajar la guardia, pues puede reaparecer en cualquier momento.
      Por la tarde voy a Mattru y no encuentro a ninguno de los que me habían prometido estar, pero por lo menos visito al señor que está enfermo y hoy se encuentra bastante peor, pues ni siquiera es capaz de seguirnos en el momento en que rezamos.
     Por la noche Stephen me pide si podemos volver a ver juntos lo que habíamos hecho antes, leer juntos un catecismo que le había dado para que leyera. Ha tenido tiempo de ver una gran cantidad de páginas y me hace muchas preguntas a las que voy respondiendo con ayuda de lo que hay escrito en el texto y que volvemos a releer. Se le nota el interés por saber cosas y le animo a seguir en el empeño, pues es la forma de conocer y poder tomar una decisión en su vida de forma seria y responsable.
     Mientras estamos en nuestra charla, una abundante lluvia nos acompaña. Es lo que suele pasar a finales de la estación de lluvias, que nos visita durante un rato por la noche y así refresca para poder dormir sin sudar demasiado.

sábado, 7 de noviembre de 2015

7 de Noviembre de 2015

Sábado

La noche ha sido tranquila y he podido dormir, pues ha llovido y se nota en que el ambiente refresca. Ha venido a verme Stephen, un estudiante de la uni que tiene un trabajo que hacer y necesita tiempo de preparación y una cierta tranquilidad. Es también un candidato a la vida salesiana. Me ha dicho si se puede quedar unos días aquí y, como estoy solo, me ha parecido que es bueno para él y para mí, así estaremos acompañados los dos.
       Poco después del desayuno, se presenta Paul, que trabaja durante un buen rato, lo mismo que intento hacer yo componiendo el esquema de los verbos en mende. Hay algunas cosas que todavía no tengo muy claras, pero en general veo que lo voy comprendiendo.
     Se suma un hermano de Paul que viene al final de la mañana y comemos juntos, pues además alguien nos ha traído una cesta con una comida para varios. Esto es algo que suele pasar con cierta frecuencia, que la gente prepare de comer para el cura y es lo que regularmente hacen en dos pueblos cada domingo.
       Cuando estoy dispuesto a salir para el pueblo para la reunión de parejas me llama Daniel, que está en Bo y quiere ir al mercado a comprar cosas. Le digo que se dé prisa, pues miro el reloj, pero bien me doy cuenta que tocará esperar y llegar tarde, algo que no me gusta, pero a veces las circunstancias mandan más que lo que tú quieres.
      Cuando ya va mucho rato de espera, decido dar una vuelta por el mercado, donde me ha dicho que está comprando… Hoy hay la gente que no ha habido en muchos meses anteriores, pues como acaban de declarar el país libre de ébola, todos han salido a la calle a celebrarlo y no hay forma de avanzar, todo está invadido de gente y vehículos, motos en especial.
       Por fin salimos con más de una hora de retraso. En el camino hacemos de samaritanos para unos cuantos que van a pie y que están encantados de que se les transporte. Y siempre hay candidatos.
       La reunión de las parejas, hoy es muy especial, pues el hecho de que una haya enterrado a su hija ayer, es algo que pesa sobre todos nosotros; aunque veo la aceptación que tiene de lo que ha ocurrido y se ponen en las manos de Dios… Yo me doy cuenta de la enorme necesidad que tenemos de una presencia de religiosas que hagan el trabajo de estar cerca de las mujeres y trabajar con los niños… Y se lo sigo pidiendo al Señor.
       Voy a ver la tumba donde han sepultado a la niña. Está cerca de la que han hecho para el señor mayor que ha muerto hace poco y también hay otra de un bebé que ha muerto hace pocas semanas. Aquí mueren más críos que ancianos…

      La vuelta a casa es tranquila. Hay luz y conexión y se desata una lluvia torrencial que dura un buen rato. Por la noche tendremos cierto frescor y se podrá dormir sin sudar demasiado.

viernes, 6 de noviembre de 2015

6 de Noviembre de 2015

Viernes

    Me quedo a rezar en casa, pues no estoy seguro que los estudiantes lo hagan en la universidad. Me han invitado a una reunión para sensibilizar sobre ecología, pero también tengo clase con el profesor y aprovecho para ver de hacer un esquema de los verbos. Entre el esquema que le he dado y las preguntas que le voy haciendo, las cosas se van componiendo. Espero en casa poder hacer el esquema y corregirle la próxima vez que nos encontremos.
       Paul está en casa y trabaja, pues la semana que viene tiene exámenes, pero se ha quedado un poco más para acompañar a su padre. Come con nosotros y después de la siesta me acompaña a los pueblos. Hoy en Cassama, donde nos lleva casi dos horas llegar, hay una pareja del pueblo más cercano y ha venido con su mujer por primera vez y ha traído además a otro señor que dice ser católico y que también promete venir regularmente. Aunque hay algunas parejas que faltan, por lo menos las que están participan activamente y las cosas van marchando, aunque sea lentamente.
        A la vuelta intento llevar a los que han venido a pie desde el otro pueblo, pero a mitad de camino, me dicen que me pare que hay un puente por el que no se puede pasar… Me acerco andando y compruebo que quizás haciendo equilibrios y con mucha suerte pueda pasar, pero como no estoy apretado, lo dejo para la próxima vez, pues pasar con la rueda entre dos troncos es peligroso y no tengo quien me pueda sacar del atolladero si me salgo del raíl.
      Paul está encantado de la experiencia de los pueblos. En Hbalehun habla a los críos que son muchos y aprovecho para animar  los que se sientan llamados. Hay varios que levantan la mano diciendo que están disponibles.
       Volvemos a casa rezando el rosario y trayendo a gente que viene de las granjas. Siempre, aunque sea de noche, hay gente dispuesta a subir al vehículo y, si a veces no haces mucho en lo que es catequesis, por lo menos ya haces algo bueno transportando a los que van a pis y generalmente bien cargados, las mujeres en particular.

      Tenemos luz y conexión y me entero de las noticias que hay por el mundo.

jueves, 5 de noviembre de 2015

5 de Noviembre de 2015

Jueves

Me cuesta mucho dormir. Me levanto tempano y voy a rezar con la gente de Mattru, como suelo hacer cada jueves. El camino está deteriorado y los que transportan cosas en la  cabeza para vender en Bo están presentes en el camino y son numerosos.
       La oración se hace como de costumbre. Al final leo el evangelio, que alguien traduce a la lengua local y el grupo, una docena, está contento de mi presencia. La vuelta a Bo es acompañada por quienes están dispuestos a encontrar un viaje gratis.
       Estoy organizando las cosas de la clase de lengua y me llama Daniel por teléfono para decirme que su hija de dos años acaba de morir en el hospital… Hacía una semana que estaba enferma y la había visitado un par de veces, pero nunca pensé en que las cosas iban a pasar tan rápido… Me dice que viene a retirar el cuerpo del hospital.
         Son esas experiencias dolorosas que vives y no sabes qué hacer ante una tal situación. Aquí tener hijos es muy corriente, pero perderlos es algo por desgracia también muy de las experiencias de cada día…
        Les acompaño a buscar a familiares y unos cuantos nos encontramos en la morga. Allí nos hacen esperar y dar vueltas, para al final llamar a los que se encargan de enterrar (seguimos con los protocolos del ébola a la hora de entierros) y dos coches realizan los trámites y el transporte hasta el pueblo. Por lo menos eso es lo que nos dicen que harán.
       Como ya se ha pasado mucho tiempo y allí no hago nada, sugiero que puedo llevar a los que quieran venir hasta el pueblo, pues en los coches del ébola no viaja más que el cadáver y así emprendo la marcha con la comitiva, que cuando llegamos es recibida por los lamentos de las mujeres y todas unidas manifiestan su dolor con la madre que acaba de perder a su hija.
       No veo la hora en que van a llegar los que traen el cadáver y como los trabajos para cavar la fosa han comenzado, me vuelvo a casa, pues también tengo trabajo por la tarde.
        Ha venido a verme Paul, salesiano cuyo padre está enfermo y que me acompaña en la comida. Después de un rato de siesta voy a Mattru, donde me espera una reunión y donde visito al matrimonio de ancianos cuyo marido tiene problemas serios de salud. Están encantados con la visita y les llevo algunos víveres, pues no tienen mucho que comer.
         La reunión no se celebra, pues los responsables no se presentan. Parece ser que es algo que sucede con una cierta frecuencia. Me pongo de acuerdo con los que han aparecido y que transmitan a los demás que estoy disponible para rezar con ellos el domingo por la tarde, algo que imagino que nos les agrada mucho, pero no puedo hacer otra cosa, pues por la mañana estoy presente en otros tres sitios y no hay espacio para un cuarto.

       La lluvia amenaza, pero por el momento se contiene. Hay electricidad, pero hoy no toca conexión, esperemos que mañana la conexión sea mejor que hoy.  

miércoles, 4 de noviembre de 2015

4 de Noviembre de 2015

Miércoles

También ha llovido por la noche y refresca un poco, pero la humedad y el calor siguen presentes y nos hacen sudar. Me suelo encontrar con unos ocho a diez camisetas que uso cada día a cuenta del sudor.
         Voy a rezar con la gente de Towama y allí están constantes los miembros del grupo de san Judas Tadeo. El que los dirige tiene buena voluntad, pero necesitaremos tiempo para ponernos de acuerdo en las formas y modelos. Por lo menos hay vida y movimiento, cosa muy interesante y a tener en cuenta.
        Voy a ver al profe de lengua que ayer no estaba disponible y hoy sí tenemos la clase. Veo que tiene buena voluntad, pero se ven los problemas a la hora de concretar cosas. Intento ayudarle y al final esperemos que acabemos haciendo el esquema que necesito de los verbos en lengua mende.
         Por la tarde voy a encontrarme con los universitarios para la oración, pero no se presentan. Parece ser que ha habido algún problema y la cosa está un poco espesa. Habrá que tener paciencia y seguir la evolución de las cosas.
       También me doy una vuelta por el pueblo y hoy el sitio de encuentro de la gente joven de otras semanas, está animado, pues la gente baila y se entretiene con cierto ruido y desenfado.
       Tengo problemas para llegar a casa, pues hoy los chinos se han puesto a concluir las zanjas que habían abierto y una coincide con la entrada que tenemos en casa. He dejado el coche al lado de la zanja y cuando he salido por la tarde me dicen que van a acabar, pero veo que a la vuelta todavía no han acabado y cuando ya estoy resignado a dejar el coche en la calle, los trabajadores de forma generosa, cubren la zanja y me dejan venir con el coche hasta casa.

       Rezo un buen rato y trato de tener presentes a todos y cada uno de los que me son cercanos, aunque estén lejos… La lluvia comienza y seguimos refrescando a ratos y calentando el ambiente y sudando en cuanto deja de llover.