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lunes, 31 de octubre de 2016

UNAS FOTOS DE OCTUBRE

31 de Octubre de 2016

Lunes

La mañana amanece tranquila y después de misa tengo un rato de clase con mi profe de lengua. Se le ve cansado, pues ha estado unos días enfermo, pero la buena voluntad la tiene y me ayuda mucho el hecho de leer, pues da los tonos que a veces me pueden resultar difíciles y eso me hace sentirme seguro a la hora de leer en la iglesia.

Joseph va a saludar a alguien a una casa y Sergej, que ha dicho la misa en Madonna, viene para el desayuno. Seguimos sin luz y a la espera de que el electricista venga, pero es que el que suele venir está en el hospital y por eso tarda en venir otro.

Como cada lunes tenemos reunión comunitaria. Nos pasamos amplio rato viendo temas de horarios y distribuciones de tareas, que es necesario cuando estamos comenzando y tratando de adaptarnos a las nuevas situaciones en las que nos encontramos. Hay buenas perspectivas de que lo que llevamos entre manos salga adelante y conscientes de ello, damos gracias a Dios y le pedimos a don Bosco que en el día en que nos acordamos de él, nos ayude en nuestro trabajo.

Después de la reunión voy al mercado y veo la diferencia que hay entre el cambio de moneda que da al banco y lo que te ofrecen en la calle… En el banco lo oficial es de cinco mil cuatrocientos leones por un dólar, mientras que en la calle el cambio es de siete mil cuatrocientos, algo que es muy de considerar, pues en mil dólares que cambies en la calle, te da para comprar cuatro toneladas de cemento…

Cuando vuelvo me paso por el colegio en el que vamos a inscribir a los maestros para saludar al director y comunicarle que estamos en el trabajo preparatorio. Está contento de lo que vamos haciendo y me anima a seguir en ello.

Joseph ha tenido una misa de funeral y no está en la comida. El coci nos ha calentado algo de lo que nos dieron ayer, pues los domingos nos suelen traer la comida algunos feligreses y el arroz con pollo está en su punto, la carne bien cocida, el arroz suave y no muy picante. Por lo menos hemos comido a gusto y estamos contentos.

Duermo un rato y también leo. Ya se nos ha ido la luz y toca sudar lo que quieras, pero se puede sobrellevar. Caen unas gotas, pero no llega a refrescar el ambiente.

Asisto al rosario en la parroquia, que es el último día y hay algo especial y después cenamos y tenemos la suerte de que nos vuelve la luz, con lo que puedo hacer los trabajos pendientes en el ordenador que ayer no pude hacer.

Y como último día del mes, creo que es el buen momento para dar gracias a Dios por lo que hemos vivido y darnos cuenta de que tenemos un mes que se nos presenta lleno de retos y actividades, que ponemos en las manos de Dios para que lo bendiga y lo llene de buenas cosas como ha hecho con el que finalizamos ahora.

domingo, 30 de octubre de 2016

30 de Octubre de 2016

Domingo

Temprano me despierta el teléfono… Hay quien tiene problemas para saber el camino y hago lo que puedo por ayudarle. Después de rezar y desayunar saludo a los que ya han venido para la misa y me voy a Madonna, la otra cuasi parroquia que nos han confiado. Será la primera vez que me encuentre con ellos y además viene el obispo para instalar un nuevo sagrario que hemos traído desde Lungi, el otro sitio donde estamos los salesianos cerca del aeropuerto.

Cuando llego ya hay unos cuantos que están presentes y voy viendo lo que han preparado para la misa. Veo que los vasos sagrados no están limpios y busco quien los pueda limpiar, aunque las cosas no dan para mucho. La gente va llegando y al final aparece el obispo casi en punto. No es normal, pues suele estar presente con tiempo. La realidad es que tiene un catarro considerable y cansancio acumulado de ayer, pero a pesar de todo se toma el tiempo de hacer las cosas, comenta ampliamente lo que se hizo ayer en la peregrinación, viene detenidamente sobre el mensaje de evangelio del día, y dedica un rato a explicar lo que va a hacer más tarde, la instalación de un sagrario. Me parece que la catequesis que ha hecho es muy buena, además de que veo que la gente le sigue con atención y no me da la sensación de ser largo, cosa que no es fácil.

Después de misa me quedo un rato para ver las actividades que se hacen en la parroquia y me da buena impresión. Hay reuniones de varios grupos y también catecismo, además de otros que rezan en grupos.

Finalizado el programa, me vuelvo a casa a la espera de comer y prepararme para la reunión de la tarde, pero me llegan con la noticia de que alguien en un pueblo ha muerto, el señor que había visitado varias veces esta semana y que están las cosas dispuestas para el entierro. Como tengo poco tiempo. Salgo de inmediato y hago el entierro, pues la gente estaba esperando a que llegara. Era un señor que había sido maestro y catequista y que seguía dirigiendo la oración en la comunidad. Hay mucha gente y siguen con atención los comentarios que les hago, pues he tenido tiempo de conocerle y saber algo de su actividad.

Acabada la ceremonia en la iglesia, el vehículo del cura lleva el cadáver al sitio donde se va a enterrar. Hay una caja que es reutilizada y que ya he visto otras veces. En la tumba, que ha sido preparada con esmero, se entierra el cadáver envuelto en un paño blanco, se le cubre con trozos de madera y se echa encima la tierra.

Concluido el entierro voy a otro pueblo para la reunión que tenemos con los líderes de las comunidades de los pueblos y esta vez hemos convocado también a los directores de las escuelas, pues algunos son también de los responsables de las comunidades. Y es que estamos a punto de empezar el trabajo con los maestros comunitarios, los que no tienen título y quiero llamar a los responsables de las escuelas donde ellos trabajan para que sean conscientes de lo que vamos a hacer y que colaboren en lo que puedan.

La reunión transcurre por los caminos normales. Hay informaciones, comentarios, propuestas y al final los del pueblo invitan a todos a un plato de arroz con pollo y unas bebidas, gesto que me parece bueno por parte de los que reciben, pero que no quiero que se repita cada vez que nos encontremos, pues implica mucho gasto.

Creo que los maestros están contentos y también los demás, pues siempre hay comentarios y planes que ayudan a unos y otros. Ha venido a la reunión Joseph, el otro salesiano cura, a pesar de estar cargado de trabajo, y ha tenido una intervención acertada animando a la gente.

Cuando acabamos, me he llevado a su pueblo a alguien que había venido andando veinte kilómetros, desde Cassama, pero también los de más cerca han aprovechado el viaje y así todos contentos. Y a la vuelta me he parado en dos sitios para rezar el rosario en dos comunidades que me habían visto pasar y esperaban a que volviera para que rezara con ellos, con lo que volví a casa más de las nueve. Por lo menos el día me ha dado de sí para muchas cosas y a pesar de las más de catorce horas, no me siento especialmente cansado y sí estoy contento del trabajo del día.

Hemos estado todo el día sin luz y esperemos que mañana podamos encontrar el sitio en el que hay la avería, pues es algo en casa, pero que el domingo no ha habido tiempo de arreglar, pues no hemos estado en casa.

sábado, 29 de octubre de 2016

29 de Octubre de 2016

Sábado

Han ido en peregrinación a Makeni, la ciudad importante del norte del país. Es la conclusión del año de la misericordia y hay asuntos que resolver en aquel sitio. Se trata de restañar heridas y hacer volver a la normalidad asuntos que no han sido fáciles de manejar, pero el obispo de nuestra diócesis, el presidente de la conferencia de los obispos, es una persona de valía y creo que afronta los problemas con decisión y acierto.

También va Christian, que viajará el domingo desde Lungi hacia Ghana conde tiene reunión con los compañeros de curso durante dos semanas, son las sesiones de formación que tienen los trienales y en las que todos participan, aún si los desplazamientos son costosos.

Yo no he ido y por eso voy a decir la misa en Madonna donde no hay mucha gente, pero sí están los asiduos del momento, ya que también es día de limpieza y muchos estás en sus puestos barriendo y adecentando el barrio.

Tengo al cocinero a disposición y me prepara unas lentejas que en cuanto me descuido ha mezclado con el pescado que acaba de freír y con el picante correspondiente… Para él la comida es “pasta y salsa” y la pasta hoy era el arroz blanco y la salsa, todo lo demás… Por eso ha metido todo en un mismo sitio… Paciencia, otro día será mejor. Por lo menos las lentejas están bien cocidas y con pepino y cebolla tienen su sabor, pero el pescado y las espinas, además de lo picantes que están, me ayuda a mantener la forma y no dejarme ir de la gula.

Por la tarde cuando los otros vienen aprecian la mezcla. Quizás es que venían con hambre, aunque también es verdad que el sabor era bueno.

Por la tarde he ido a la reunión de parejas y antes me encuentro con los maestros que no tienen título. Me importa motivarles y hacerles ver que lo de las parejas es una opción importante a la hora de pensar la elección que van a hacer de trabajar y estudiar al mismo tiempo. Veo que están interesados, lo que me anima a seguir con ellos adelante. Hoy no ha habido muchos en lo de las parejas, pero por lo menos los que han estado han hablado y yo creo que les ha sugerido una oportunidad de cambio en sus vidas.

Finalizo la reunión y voy al pueblo siguiente al catecismo, que hoy no puedo seguir, pues tengo a la gente que me espera para la misa en la parroquia, ya que los otros curas no están y hay misa el sábado que es fin de mes. La realidad es que hay dos personas para el catecismo y les saludo y salgo hacia la parroquia.

El camino es largo por lo malo de su estado, pero además creo que he tenido mucha suerte, pues al llegar a la ciudad, se ha desatado una lluvia que parecía un diluvio, pienso que he tenido suerte porque si esta lluvia me pilla en el pueblo, lo hubiese pasado mal para venir a casa.

Cuando llego sigue el diluvio y en la iglesia hay media docena de personas y no me esperaba otra cosa, pues la lluvia hace que la gente no salga de casa. La misa transcurre por sus cauces, la lluvia impide que nos oigamos, pero siendo pocos y estando cerca, nos apañamos.

Estoy contento de estar en casa, me dedico a leer y preparar coas para mañana y, cuando veo que el tiempo se va a legando y los que han ido a Makeni no llegan, opto por irme a dormir, pues mañana me espera día largo. Como ha habido agua y ha refrescado, se puede dormir sin problemas, aunque se nos ha ido la luz y parece que tenemos una avería en casa…

viernes, 28 de octubre de 2016

28 de Octubre de 2016

Viernes

He logrado dormir, pero se notaba el calor y sudando se descansa con cierta dificultad, pero a ello nos vamos acostumbrando. Tampoco hay luz y usamos la linterna. En la misa el generador suple lo que no nos dan desde la compañía de la luz. La asistencia es numerosa y es que es san Judas y hay un grupo de sus devotos que hoy han venido a celebrar el santo patrón.

Después del desayuno, limpio un poco la habitación y organizo la ropa que se me va acumulando y voy a ver al cura de la parroquia de la entrada de Bo. Por suerte esta vez le encuentro y, mientras desayuna, tenemos un rato de amable charla. Le veo con una actitud muy abierta y con ganas de saber de los pueblos, lo que contrasta con otras experiencias anteriores y me alegro de sus comentarios. Quedamos de vernos de nuevo.

Estamos haciendo tiempo para que lleguen los de los proyectos, Andreas y Marta y me doy una vuelta por donde hacen las formas, recordando los comienzos. Hoy me parece que las cosas están organizadas y que marchan, aunque se pueda organizar mejor y sacar más partido, pero por lo menos la cosa marcha. También es una de las actividades que hago visitar a los de los proyectos cuando llegan, para que vean que lo hacemos producir.

Cuando llegan Andreas y Marta, es la hora de comer y es lo que hacemos y después tenemos el tiempo de reunión que necesitamos, casi dos horas, en las que hablamos del posible proyecto de plantación de moringa en nuestro terreno y en pueblos. Es algo que hay que reflexionar y decidir sin prisas, pues es algo que nos va a llevar mucho tiempo y energías y la comunidad tiene que tener las cosas claras en el momento de las opciones.

Dejo a los venidos entrevistando a alguien que puede colaborar con nosotros y salgo hacia los pueblos. El camino está deteriorado y hay que tomarlo con paciencia, pero todo se anda, y lo que más me agrada es ver la sonrisa de todos y cada uno de los que montan en el vehículo durante el viaje.

En Cassama la gente se hace un poco de rogar y nos son numerosos, pero no me puedo quejar, pues creo que hay buena voluntad y necesitan más tiempo para responder. Siguen sin prisa y no tienen mucho interés por el rosario, que me dicen que no lo rezan en este mes de octubre. En el pueblo siguiente, Gbalehun, nos reunimos en una casa y rezamos el rosario. Hay un grupo de casi cincuenta, la mayoría críos de los que van a la escuela y uno de los maestros comunitarios que ha venido a saludarme y que espero nos entendamos para comenzar el curso de maestros.

La vuelta a casa es laboriosa y lenta, pero animada por alguien que viene conmigo desde el primer pueblo y con quien mantengo buen nivel de conversación sobre lo que me dice de la comunidad de su pueblo y de lo que le sugiero para mejorar la situación.

En casa hay luz y además de conectarme, trato de ponerme al día en la crónica y otras ocupaciones que tengo en el ordenador.

jueves, 27 de octubre de 2016

27 de Octubre de 2016

Jueves

En la iglesia hay exposición del Santísimo, mientras yo voy a rezar a Mattru y después tengo encuentro con los que han venido. Sigo esperando que estén disponibles para el catecismo y veremos a ver hasta donde llegamos con ellos. También voy a visitar al señor mayor que está enfermo, que hoy me da mejor impresión que la otra vez.

De vuelta a casa, desayuno y me tomo mi tiempo para estar en la iglesia leyendo las lecturas y preparando los esquemas de la homilía, además de leer y adorar un buen rato.

La comida no está a la hora, pues el coci ha tenido problemas con el gas y al cocinar con carbón la cosa es más lenta. Por lo menos lo que nos presenta es aceptable y se puede comer que es lo importante. Comemos todos juntos, algo que no suele ocurrir todos los días.

Por la tarde sigo en la iglesia y hoy vienen también muy pocos a la adoración y a la misa. Los que han rezado el rosario no pasan de la quincena. Esperemos mejores tiempos.

La noche se hace sin luz, luego viene un rato y pronto se va. Hay correos que no he logrado descargar, pues también la conexión es lenta y débil.

miércoles, 26 de octubre de 2016

26 de Octubre de 2016

Miércoles

He dormido mal. Quizás el calor y la humedad han contado para ello. Por lo menos he tenido el libro electrónico al lado y he leído largo rato.

Seguimos sin luz y a la luz de la linterna. Voy a Towama a decir la misa, pero hoy estamos más cerca de casa y puedo salir un poco más tarde que ayer y llegar a tiempo donde ya hay gente que me espera. Al final había una quincena. No son muchos, pero por lo menos hay un grupo que espero vaya aumentando con el tiempo.

Me paso la mañana en casa entre el fontanero, la lavadora y tender la ropa y leer y preparar para el domingo. Para la comida, el coci nos ha puesto mandioca y boniatos junto con una salsa bastante conseguida, de forma que hemos comido con agrado.

Me he echado un rato la siesta, y después el calor y la humedad juntos nos hacían estar a la sombra del ventilador hasta que han acabado cayendo unos cuantos chaparrones seguidos y el ambiente ha refrescado un poco.

El trienal está trabajando en las formas y Segej pidiendo presupuestos a los carpinteros, para darnos cuenta de que en el techo hay que actuar en todo y no se pueden empezar por partes. Joseph ha ido a estar con un señor que ha perdido un ser querido cercano y yo salgo por la tarde a rezar el rosario en los pueblos.

Me da tiempo a estar en Towama, donde hay unos cuantos adultos y también comienzan a aparecer algunos niños, pero somos una quincena. Luego voy a Balei, pues no he estado ningún día todavía con ellos y están rezando en la escuela un número aceptable, la mayoría críos, pero allí están los maestros y sus esposas. Después voy a Tikonko y, como no sé donde van a rezar, el teléfono me ayuda, si no a la primera, a la tercera.

En el camino, a la ida, nos cayó una buena lluvia. Al llegar a Balei el camino estaba seco, allí no había llovido, y al volver a Tikonko de nuevo la lluvia se desató abundante durante todo el rezo del rosario, pero al acabar el rezo la cosa ya se había calado.

Volver a casa es largo y mojado, pero contento de lo realizado, así como de los que tuvieron oportunidad de subir al vehículo cuando estaba lloviendo a jarros. Ver su sonrisa, aunque sea por la noche complicado, es algo que merece mucho la pena.

martes, 25 de octubre de 2016

25 de Octubre de 2016

Martes

No me llegó a sonar el despertador y también estamos sin luz, pero para las cinco y media ya estaba en el pueblo donde dije la misa y lo bueno es que la gente también estaba ya dispuesta, y me sigue admirando su disponibilidad a la hora de venir a la iglesia.

Después de la misa y los saludos a unos y otros, voy con los maestros de la escuela a Balei, donde tenemos una reunión de alrededor de una hora y hablamos de varios temas, uno de los más importantes para ellos es el de su asistencia a clase para obtener el título, pero también hay otros como la falta de material escolar o las deficiencia en la escuela. Les hago ver que no es posible darles todo al mismo tiempo y que recibir las cosas poco a poco es la manera de aprovechar bien todo y hacer una buena administración y están de acuerdo en ello.

Cuando vuelvo a casa, aprovecho que no estoy muy lejos en el camino y me paso por la escuela de Lembema. Allí me encuentro con que tienen más problemas de los que hubiera deseado y que habrá que proceder con tiempo a una mejora de la situación.

En el desayuno, a hora muy tardía, se presenta Sergej y hablamos unos momentos. Hay cosas que se deben reparar y que son urgentes, y le animo a que lo haga, además de intentar hacerle ver lo importante que es para el resto de la comunidad su presencia.

Comemos a la hora y el coci se va adaptando y creemos que hace buena comida. Como he desayunado tarde, ahora tengo poco apetito, pero por lo menos estoy con los demás y compartimos intereses y sufrimientos. Joseph está fuera y llega más tarde, a tiempo para abrir la habitación de abajo, pues es él quien tiene la llave y la queremos preparar para los que lleguen.

Hoy en la siesta duermo un poco más, pues me levanté muy temprano y después leo hasta que es la hora de ir a rezar. Empezamos por el rosario en la iglesia de casa y donde no hay mucha gente; después voy a Mattru, y en primer lugar voy a la casa de un señor que está enfermo y rezamos con él y le damos la bendición antes de ir hacia la iglesia, donde ya hay gente que va llegando y me dicen que suelen comenzar con un cierto retraso.

En el camino voy comentando con Christian, el clérigo que me acompaña, lo que ha pasado durante el día y convenimos en la necesidad de comunicarnos entre nosotros y mostrar que es compartiendo como hacemos también equipo. Durante el viaje me suelo parar y montar a los viandantes. Hoy los hay de varias medidas y tamaños, la mayoría que vienen de la escuela.

Cenamos con la luz que viene del generador y me conecto a internet, pero hoy es difícil porque la intensidad es debilísima.

lunes, 24 de octubre de 2016

24 de Octubre de 2016

Lunes


Amanecemos sin luz y en la misa utilizamos el generador. Como es veinticuatro hacemos referencia a María Auxiliadora y recibimos su bendición.

Mi profe de lengua se hace presente y tenemos un ratito de clase. La realidad es que ha estado enfermo y aún está bastante débil, por lo que acabamos pronto con la lectura.

Después del desayuno tenemos reunión comunitaria. Hay varios temas que tratamos y vamos poniendo en orden ideas y proyectos. Las cosas no son siempre fáciles, pero con la buena voluntad de todos esperamos salir adelante. Por lo menos tenemos algo ya escrito del año pasado y ello nos ayuda a la hora de saber por donde andamos.

Después de la reunión salgo a visitar al cura de una parroquia, pero no le encuentro en casa. Me da tiempo para hacer unas fotocopias y algunas compras y volver para la comida donde nos juntamos, menos Christian que está trabajando en lo de hacer formas y no lo puede dejar.

Nada más acabar la comida me voy con Sergej a la escuela donde hemos hecho un pozo que está al lado de un campamento militar y les llevamos víveres. Se ha iniciado un programa de dar de comer a los críos de la escuela, aunque no sea de forma regular.

Al volver me echo un rato la siesta y me conecto para ver si hay mensajes… Me han enviado uno con fotos y ha tardado más de una hora y media para entrar. Hoy la conexión es de muy baja intensidad.


En los pueblos rezamos el rosario. En Towama algunos más que ayer y en una casa del pueblo primitivo, que para llegar hace falta arremangarse, y después voy a Mattru y algunos van llegando después de haber visto pasar el vehículo.

De vuelta a casa vengo con un minusválido a quien ya he traído a la ciudad otras veces y aprovecho el camino para hacerle el examen de conciencia, pues me repite que es católico, pero de los nada practicantes. Por lo menos sabe el padre nuestro en mende y, el avemaría se le resiste, a pesar de que le voy guiando. Vive su minusvalía muy bien explotada y me da que sabe vivir, a pesar de que se queja de su “mala situación”, a mí me parece que les han dado demasiado y les siguen dando y siguen pidiendo, algo que muchas organizaciones caritativas han hecho sin pedir nada a cambio y, mientras de llorar se saque algo, creo que lo seguirán intentando.

Tenemos el generador encendido y después de la cena hago la crónica y algunas otras cosas que tenía pendientes antes de irme a dormir que mañana me levanto temprano.

domingo, 23 de octubre de 2016

23 de Octubre de 2016

Domingo

Hoy voy a decir la misa por primera vez en domingo en la parroquia. Anteriormente siempre he estado en los pueblos, pero la nueva situación hace que estando varios curas, pensemos en rotar por los diversos sitios, lo que nos permite conocer a los feligreses y que nos conozcan.

En la parroquia ha habido dos misas. La primera suele ser de los adultos y he saludado a muchas caras conocidas, pues son los que vienen a la misa a diario. También he aprovechado para conocer al resto y desearnos a todos un buen curso y un buen trabajo en la parroquia.

La segunda misa ha estado más concurrida que de costumbre, pues ha habido una sesión para los jóvenes de la diócesis en el centro de pastoral que está a nuestro lado y han participado en nuestra misa antes de reintegrarse a sus lugares de origen. Ha sido animada y participada y a la gente joven que ha venido les he invitado a participar en las actividades de sus respectivas parroquias y a ser fermento en la masa.

También se ha hecho presente para la segunda misa el anterior párroco, que aunque está muy mermado en la cuestión de movilidad, por lo menos el habla lo ha recuperado con bastante calidad, lo que nos permite comprender lo que dice, cosa que antes era complicado. Después de la misa le he llevado a su casa y le hemos dado una de las cestas que nos suelen traer con comida los parroquianos los domingos. Se ha ido contento con ella. Los otros curas han estado el uno en la parroquia secundaria y el otro en los pueblos y en la comida nos encontramos y la situación está normal en todos los lugares visitados.

Después de la siesta leo un buen rato y voy a los pueblos para el rezo del rosario. Me acompaña Christian, el tirocinante, que antes ha tenido reunión con los monaguillos. El primer pueblo que visitamos es Towama, donde hay un reducido grupo de gente en el rosario. Cuando acabamos les damos una estampa de la Virgen y la bendición y salimos hacia el pueblo siguiente donde la estatua de la Virgen está en una mesa enfrente de una casa donde se disponen a rezar. Hay una treintena de personas, la mayoría gente menuda, y hacemos lo mismo que en el pueblo anterior y vamos al siguiente donde ya han concluido el rosario. Les saludamos y sin bajarnos del vehículo volvemos a Tikonko, que empiezan el rosario un poco más tarde y con ellos rezamos en una casa. Hoy son más que ayer y también nos invitan para mañana, pero veremos lo que podemos hacer.

En casa cenamos y nos vuelve a visitar la lluvia con el consiguiente refresco que nos permitirá dormir sin sudar. Joseph viene un poco más tarde, pues ha estado en casa del jefe tradicional del barrio que es uno de nuestros parroquianos. Cambiamos impresiones mientras cena y luego nos despedimos hasta mañana.

Como acaba de venir la luz, pongo en marcha la lavadora. Hay mucha ropa que quiero lavar para quitar el olor a humedad que hay por todos los rincones. Si tarda el programa, dejaré la cosa hasta mañana.

sábado, 22 de octubre de 2016

22 de Octubre de 2016

Sábado

Amaneemos con luz y después de un rato de oración en la capilla voy a la otra parroquia que nos ha confiado el obispo. Segej dice la misa y concelebro. Me percato del tamaño de la iglesia y la cantidad de gente que viene: es otra parroquia con escuela incorporada.

En casa el fontanero sigue trabajando en lo del día anterior y no sé cómo vamos a acabar, pues sabe bastante menos de lo que me pensaba, pero por lo menos pone interés y tiene buena voluntad.

Voy a Mattru a visitar a un señor mayor y enfermo que no pudimos visitar el jueves y de vuelta me entretienen la colada y otras limpiezas a realizar. Da gusto ahora con la máquina de lavar, aunque para aligerar la he puesto a remojar antes de que viniera la luz.

Hoy la comida ha estado a la hora y el cocinero parece que ha hecho un buen trabajo. Después me echo un rato la siesta y antes de las tres salimos para los pueblos. El volvernos a encontrar es una experiencia muy agradable, pues te reciben con cariño y te sientes como en cas, lo que es en la realidad.

El camino sigue siendo malo, pero soportable, sólo por el hecho de encontrarte con personas que te quieren y te esperan. Cuando llegamos comienza a llover, lo que hace que la reunión de las parejas no sea tan numerosa, pero los que están hablan de la experiencia que están viviendo y percibes que muchas cosas están cambiando en los pueblos. Me acompaña Segej, que viene para conocer los pueblos y le llama la atención lo que están viviendo. Veo que después de haber trabajado calladamente durante largo tiempo, las cosas comienzan a florecer y sueño con que sea sin tardar.

Además de las experiencias positivas de las parejas, les comunico a los maestros que el plan de estudios que teníamos pensado para ellos está en marcha, pero que lo primero debo reunirme con los directores de las diferentes escuelas para comunicarlo. Están encantados y espero que también en este campo las cosas comiencen a cambiar para bien de alumnos y maestros.

Seguimos compartiendo cosas mientras también sigue la lluvia y al final tenemos que concluir porque hay catecismo en el pueblo siguiente y no quiero llegar tarde, aunque sé que no habrá ni la gente ni el ambiente que tenemos aquí y en el que nos sentimos a gusto compartiendo noticias y experiencias.

En el pueblo siguiente hay media docena contados para el catecismo. Por lo menos a los que están los recibo con amabilidad y ellos se sienten acogidos. Leemos el evangelio y lo comentamos un rato y luego, con media lluvia, vamos a una casa para el rezo del rosario. No hay una cantidad grande, pero imagino que la lluvia tiene también su parte en las ausencias.

La vuelta a casa es la batalla de siempre, pero la alegría de haberme encontrado con la gente, te hace olvidar el rato que te pasas en el camino luchando con los charcos, pues ha llovido con una cierta fuerza durante un buen rato.

En casa, después de cenar me conecto a internet y veo algunas noticias y los correos que me llegan. No me da mucho tiempo porque se va la luz, pero por lo menos lo menos he podido hacer lo que me parecía urgente.

viernes, 21 de octubre de 2016

21 de Octubre de 2016

Viernes

Amanecemos sin luz y las linternas van haciendo su trabajo. Por lo menos la experiencia de ducharse con agua corriente es muy agradable y te permite empezar la mañana en forma. La oración es también con la luz de la linterna y para la misa encendemos el generador. Nos acompañan los jóvenes que están en la sesión, casi doscientos, lo que hace que la iglesia parezca más de un domingo que de un día de entre semana.

Mi profe no ha venido y así no tengo la clase de lengua. Espero recuperar el tiempo perdido. Después de desayunar viene el fontanero que de nuevo trata de trabajar en el baño y me tiene esperando, lo que me permite ponerme al día en la crónica y otros asuntos.

Cuando acabo voy a ver al director del colegio universitario que han abierto y que está cerca de la parroquia. Me reciben con agrado y me desean la bienvenida después del viaje, pero quiero saber en concreto los planes y las propuestas para los futuros alumnos que voy a traer y me dan la información. Me sorprende que han subido las tarifas el doscientos cincuenta por ciento y cuando me ven la reacción me dicen que nos podremos entender al respecto. Veo lo que han hecho y creo que tendré que ceder para que les salgan las cuentas, si es que quiero que el colegio funcione y haga un servicio.

También ha venido el nuevo cocinero. Parece que tiene buena voluntad y le decimos que le podremos a prueba por unos meses y a ver lo que resulta. Pero la comida no está a su hora y como de bote, pues la tarde me espera larga.

Después de la siesta salgo para los pueblos, que hoy toca lejos. Voy a echar gasolina y tenemos bronca, pues intentan timarme, pero es sólo cuestión de un momento, pues la corrupción es algo ampliamente difundido en el país.

El camino es largo porque hay muchos baches a cuenta de la lluvia y el vehículo está lleno con los que me encuentro en el camino. Por el retrovisor veo la sonrisa de los que van a pie y montan cuando me paro y me quedo con la imagen de que hay alguien que se siente feliz y que tan sólo por eso merece la pena recorrer el camino.

He llegado a Casama, el pueblo más alejado y que está cerca del río. Me reciben con alegría. Voy a visitar a la jefa del pueblo, que ha estado enferma y ya está recuperada y también voy hasta el río, y me comentan que este año ha bajado de nivel muy pronto.

Las parejas muy reducidas en número. Ya sabía que podían ser pocos, pero les quería advertir para la próxima semana. Rezamos el rosario, que aquí no son capaces de rezar solos… Y después, camino de regreso me paro en Gbalehun donde están preparados y rezan el rosario cada día del mes llevando la estatua de la Virgen por las casas. Hablo un rato con el maestro de la escuela y percibo que algo está cambiando en el pueblo, pero que habrá que seguir esperando a que las cosas se consoliden.

De vuelta a casa vengo pensando en las ocupaciones para el fin de semana que se avecina y me paro en Tikonko en la casa del jefe para decirle los planes que tengo con los maestros sin título. Tanto él como su mujer, están muy contentos de saludarme y de las noticias que les doy.

La lluvia comienza de nuevo a la llegada a casa y el fresco de nuevo permite pensar en el sueño reparador, pues por el día ya he empapado media docena de camisetas. Y por suerte tenemos luz y me permite hacer la crónica… Y si antes lo digo, antes se va…

jueves, 20 de octubre de 2016

20 de Octubre de 2016

Jueves

Es jueves y hay exposición del Santísimo en la iglesia. Estoy en el inicio y hay poca gente. Después del desayuno tenemos un rato de encuentro los salesianos para ver de hacer programas y distribuir tareas, lo que no impide que el mecánico nos interrumpa, pues viene a buscar el coche para la revisión o el fontanero para arreglar algo del agua que no marcha en la habitación.

La primera reunión ha sido una toma de contacto y quedamos de vernos el lunes de nuevo para seguir con la tarea de distribuir incumbencias y fijar campos de acción, además de estudiar posibles proyectos que nos lleguen.

Voy a visitar al obispo. Hablamos durante media hora. Está muy contento de la presencia de los salesianos en la diócesis y le digo que intentaremos responder lo mejor que podamos a sus expectativas.

De nuevo el calor se hace notar y estoy sudando, pero hay una lavadora que Sergej ha instalado y en ella meto la ropa. Por lo menos tendré ropa limpia sin necesidad de lavar a mano y que va a secar más pronto.

La adoración acaba con el rosario y después la misa. Ni para lo uno ni para lo otro ha habido mucha gente. Esperemos que sea una simple coincidencia.

Aprovecho que me queda tiempo y el mecánico me ha traído el coche para ir a visitar un pueblo y rezar el rosario con ellos. Es noche cerrada y amenaza lluvia. Hay un grupo no muy numeroso. Me anuncian que un señor que era asiduo está enfermo y queremos ir a visitarle, pero la lluvia que ya cae abundante, nos lo impide. Me ha acompañado Christian el salesiano joven que está con nosotros y me cuenta muchas cosas del tiempo en el que he estado de vacaciones.

Después de cenar visitamos a un grupo de jóvenes líderes de la diócesis que están reunidos aquí durante varios días en el centro de pastoral y a muchos les conozco por haber trabajado ya con ellos. Me parece una cosa interesante lo que están haciendo y además me comentan que es la primera reunión que tienen desde hace mucho tiempo.

La luz viene y se va y hay una débil conexión, que por lo menos me permite enviar correos y leer noticias en el periódico. La lluvia nos acompaña de nuevo y refresca el ambiente lo que nos permitirá un buen sueño.

miércoles, 19 de octubre de 2016

19 de Octubre de 2016

Miércoles

Tenemos misa con los que están de la comunidad en Lungi y salimos hacia Bo. Joseph que ha venido a buscarme se despide en el camino de muchos conocidos. La ruta es larga y nos da tiempo a conversar, intercambiar opiniones y pensar en planes a realizar con el resto de los salesianos.

El vehículo que suelo usar está para ser visto por el mecánico y por eso me quedo en casa y hablo con los que vienen. Los salesianos están contentos de mi vuelta y juntos intercambiamos impresiones. Por la tarde rezamos le rosario en la iglesia con los poquitos que vienen. Veo que tenemos conexión y envío unos correos para decir que he llegado con bien.

Durante la noche nos visita la lluvia, que ya está de retroceso, pero que aún hace su labor de refrescar el ambiente y permitirnos dormir sin sudar.

La humedad es grande y todo en la habitación huele a húmedo. A pesar de ello no me impide dormir, pues estoy cansado.

martes, 18 de octubre de 2016

18 de Octubre de 2016

Martes

Vuelvo de mi viaje y me espera Andreas en el aeropuerto. Me lleva a la casa salesiana, dejo las maletas y salimos a cenar, pues tenemos cosas que intercambiar. Durante cuatro horas hablamos largo y tendido de los planes y proyectos, en particular propone uno sobre la plantación de moringa, algo que escucho, hago preguntas y quedamos en que nos envíen los datos concretos y los números del proyecto y los estudiaremos en comunidad. Me parece interesante y una cosa a exponer y ver si todos estamos de acuerdo y dispuestos a colaborar.

Se nota el calor y comienzo a sudar. El cambio de temperatura es importante, pero ya me tengo que aclimatar, y es que aún recuerde la primera impresión que recibí a mi llegada a África, aunque haga ya treinta años de esto.