Salimos
a la hora prevista. La lluvia nos acompaña, como lo ha hecho durante toda la
noche, pero pronto la dejamos atrás y tenemos un viaje agradable y ameno, pues
viniendo sin prisa, nos paramos en varios sitios para comprar fruta o lo que
nos ofrecen, que no es mucha la variedad en el momento de las lluvias, y nos
presentamos en casa a media mañana con
una lluvia ligera.
Después
de los saludos y la instalación en la única habitación que nos queda libre,
vamos a comprobar lo que tenemos de materiales para el trabajo y Carlos me hace
ver que faltan los convertidores que no sabemos donde están. Por suerte nos dan
una pista de que uno ha aparecido en Freetown y seguiremos la pista del otro.
Salimos
a ver los sitios en los que debemos trabajar y visitamos la finca y el pozo de
la cárcel, pero también intento preparar las puertas para la capilla de Towama,
lo que nos hace gastar un rato del tiempo con el que contaba.
En
la finca las cosas se ven claras, el sitio de la instalación de los paneles y
el andamio que necesitamos; en la cárcel hay algunas cosas que han cambiado,
pero lo que les vamos a ofrecer es lo que habíamos prometido, así que se rehará
el techo del sitio donde está el pozo y se vaciará el pozo para limpiarlo antes
de instalar los paneles y la bomba. Todo esto en el plan, veremos lo que nos
sale mañana.
Cena,
llamadas de teléfono para ver de tener las cosas a punto mañana y dejar
preparado lo que vamos a necesitar, nos
llenan el día en el que hemos pensado en Don Bosco y le hemos pedido su
protección.