Me he pasado estos días en el hospital de Mile 91, donde las monjas Clarisas. Me han tratado con suma delicadeza y me he sentido muy a gusto con ellas y con los voluntarios y a todos tengo que dar las gracias por todo lo que han hecho conmigo.
Esta mañana me fue a buscar Joseph y me di cuenta de que tenía el teléfono bloqueado. Después de varios intentos, Christopher ha logrado desbloquearlo y ahora puedo hablar con los que necesito.
Me paso el día en casa descansando y tranquilo. No tengo prisa en volver a empezar no sea que me vuelva el palu de nuevo.
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