Como ha llovido en la noche, por la mañana aún hace fresquito y es agradable la sensación, y seguimos sin luz. Voy a decir la misa a un pueblo y el camino está bien mojado, en especial donde las máquinas han estado removiendo tierra, pero puedo pasar.
La gente sigue estando presente y es asidua para la misa. Les hablo de manera especial del grupo que se prepara para el bautismo y de la necesidad de tener unos padrinos que sean conscientes de su tarea y me prometen hacerlo. Lo iremos preparando en sucesivos encuentros.
Después de la misa tengo reunión con los maestros y vemos los problemas que van surgiendo, pero también veo el efecto de la motivación que les estoy dando y sus ganas de trabajar e implicarse en la labor, aunque la colaboración de los padres de los alumnos no la ven clara, les hago ver que es fundamental y que juntos haremos el esfuerzo porque colaboren.
Cuando vuelvo a casa ya ha comenzado la misa funeral. La iglesia está bastante llena y hay muchos vehículos en el parking. Después de comer sigo leyendo y trabajando largo rato, pues no me encuentro muy en forma.
Hoy Sergej ha acabado de organizar su cuarto y estará entre nosotros. Nos alegramos de ello.
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