He dormido bastante poco, pero a pesar de ello me
parece estar en forma y que se me ha ido el catarro. La verdad es que me
encuentro débil y que después del desayuno duermo un rato, pudiendo así
afrontar la mañana de trabajo con una cierta dignidad.
Seguimos en la misma línea de comunicaciones y
comentarios, siempre buenos para quien los escucha. Por la tarde, después de la
siesta, está con nosotros el regional, Américo que nos habla del papel del
director en la comunidad. A las seis y media damos por concluidas las sesiones
y comienza la tanda de ejercicios espirituales para el grupo que se ha
apuntado.
Vísperas, rosario, cena y… A preparar las maletas que
mañana salimos de mañana.
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