Por
la noche ha llovido y hace fresco que es agradable por la mañana. La adoración
en la iglesia es lo primero que hago y después la misa y un rato de estar
saludando a los que han venido antes de desayunar y salir hacia la cárcel para
la oración.
En
el camino la poli que está a la caza me paran y el poli viejo envía al joven
conmigo en el coche al cuartel donde el jefe me conoce y les dice
que me dejen en paz.. El jovencito no se lo podía creer, pues además le había
invitado a ir a la cárcel conmigo… Ya me había pasado otra vez con una mujer,
pero las cosas se repiten y es que cada vez la poli busca cazar a alguno para
ponerle una multa y… por el momento me he salvado.
La
experiencia en la cárcel es muy agradable, excepto la entrada donde el poli
vigilante me pide de manera muy descarada que le dé dinero, cosa que no
consigue. Dentro hay gente que me conoce y los saludos son efusivos, seguidos
de un rato de canto y lectura del evangelio para llegar a los testimonios de lo
vivido y me llama la atención lo contentos y sonrientes que están a pesar de
las dificultades que tienen. La realidad es que se me pasa el tiempo
muy rápido y tengo que acabar porque debo asistir a una reunión del consejo de
la parroquia en Madonna, donde llego un poco tarde, cosa que también van
haciendo los participantes. La reunión es animada y hay muchos temas y al final
les pregunto por temas espirituales, que no he visto que traigan… Acabamos
pensando en tener un rato de retiro en la reunión siguiente.
La
lluvia nos acompaña y voy a dejar el vehículo donde le mecánico para que ajuste
alguna cosa. Siempre hay algo que arreglar y las piezas a cambiar son caras,
por lo que mantener un vehículo es muy caro, pero no tienes otra opción donde
no hay taxis o autobuses disponibles.
Vengo
a casa a la hora de comer y en la iglesia hay una boda, los que confesé ayer.
Está el obispo y algún otro cura, conocidos del novio. No hay mucha gente, pero
sí los coches que impiden el paso.
Mientras
como y echo la siesta han venido a limpiar la habitación y a lavar la ropa…
Todo en la habitación huele a humedad y una lavada cambiará el olor, pero como
sigue lloviendo no hay forma de que la colada seque.
Sigue
lloviendo y sigo esperando a que el vehículo venga del taller. No acaban a la hora,
pero también me doy cuenta de que si llueve la gente en los pueblos no estará
presente, por lo que si añadimos el estado del camino, creo que es más
razonable quedarse en casa y así veo lo que pasa en la parroquia los sábados
por la tarde, Visito varios grupos en particular el de los monaguillos a los
que hablo un ratito y les animo a que vengan con otros amigos.
Finalmente
aparece el mecánico con el vehículo y cuando le vuelo a su taller aprovecho
para echar carburante… El precio del gasoil ha subido de forma increíble, pues
de estar el año pasado a medio dólar, se ha puesto ahora a dólar el litro y a
este paso las bicis tomarán el espacio de las motos.
De
vuelta a casa me da tiempo de rezar un rato antes de la oración de la tarde y
el rosario. Luego la cena y la luz del generador esperando que nos llegue la de
la ciudad.
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