Queridos todos:
Este año he tenido oportunidad de vivir una experiencia muy especial y de forma repetida.
Todos sabemos la importancia de la familia y lo bueno de encontrarse de vez en cuando.
Este año me he podido encontrar dos veces de una manera muy especial con la familia, una en América cuando Manoli ha reunido a sus hijos y nietos en una casa en las montañas para pasar unos días de asueto y encuentro...
Ha sido la primera vez que he vivido esta experiencia de cerca. Ya sabía que existía y que era muy positiva, pero lo que he podido constatar este año es el ambiente de familia que se vive y cómo las relaciones entre unos y otros son extremadamente cordiales y cercanas. Por eso quiero decir una palabra de gracias a todos y cada uno de los que han hecho posible que estuviera presente y experimentara este ambiente de familia.
Me ha pasado lo mismo en Bárago, donde cada 15 de agosto nos encontramos en familia y este año de una manera especial recordando a quien fue el impulsor del encuentro y que ya no estaba físicamente entre nosotros.
Desde aquí, Bo, en Sierra Leona, quiero agradecer a todos y cada uno lo que año tras año se me está ofreciendo: cariño, cercanía, familiaridad, colaboración...
Me siento abrumado por las continuas muestras de afecto que veo en todos hacia mi persona y hacia el trabajo que estoy realizando en África...
Sé que para muchos de vosotros África tiene el rostro de Antonio. Sé lo cerca que me tenéis cada día y os lo quiero agradecer y deciros que lo noto y que yo también os tengo presentes cada día en mi oración ante el Señor.
Pido a Dios la bendición para todos y cada uno de nosotros y que nos permita encontrarnos en familia muchas veces aquí y un día también disfrutar con Él todos juntos en el cielo.
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