Es la fiesta de la cuasi parroquia y, como la iglesia
es grande, hemos programado una sola misa. Viene a presidir el vicario del
obispo. Hay cantidad de gente, pero muchos siguen llegando tarde. La misa
pasable, pero hay un intento de sacar dinero para las necesidades de la parroquia
que es largo, tedioso y acaba con la mitad de la gente que se ha ido de la
misa. Creo que es hora de intentar cambiar los métodos.
Estoy empapado de sudor y vengo a casa y me cambio la
ropa. Me da pereza volver otra vez a la otra parroquia y como algo de lo que
encuentro por el comedor. Pienso en echarme una buena siesta y descansar, pero
me llaman de un pueblo que ha muerto un bebé de cuatro meses y voy para el
entierro, que es muy simple, le tienen envuelto en un paño blanco y una señora,
después de rezar en casa donde están reunidas las mujeres sentadas en una
estera en el suelo, le lleva en brazos camino del cementerio. A un cierto
punto, la señora pasa el cadáver aun hombre, pues en general a la tumba las
mujeres no se acercan. Hago la cosa lo más sencilla posible, Yo también me
siento muy flojo y en cuanto puedo vuelvo para casa.
Me voy a descansar en cuanto puedo, pero veo que tengo
fiebre y empiezo a tomar medicamentos.
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