No he logrado dormir durante la noche. He pasado
muchas horas leyendo. Puede ser que ha comenzado a hacer calor o que vamos
hacia luna llena y se duerme peor. Por lo menos no me encuentro mal
y me levanto a la hora de siempre y voy a rezar a la iglesia ante el
Santísimo.
Tenemos la oración con las linternas y lo mismo nos
pasa en la misa. El generador no ha arrancado. Rezamos en particular por el
padre de un religioso que viene a misa donde nosotros y que ha fallecido,
además de rezar por la paz en las elecciones y su normal desarrollo sin
violencia.
Después de desayunar me echo un rato y luego me
encuentro mucho más en forma. Tenemos la reunión comunitaria de los lunes y
después me vienen a ver porque ha muerto alguien del barrio y no tienen
transporte para el cementerio. Nuestro vehículo está disponible para estos
casos.
He ido a ver al mecánico y sigo teniendo que tener
paciencia, pero espero que en la semana tengamos el camión en marcha.
Cuando me llaman para lo del transporte del cadáver,
son las tres y hace tanto calor que sudo lo que quiero y más. En el cementerio
entro hasta donde se puede en el vehículo y luego el resto lo hacen en unas
angarillas transportadas a mano.
Vamos a visitar al hermano que ha perdido a su padre y
rezamos un poco con él y después nos pilla de camino visitar a un enfermo que
le llevamos la comunión. Les llama la atención nuestra presencia, los tres,
pues lo normal es que haya uno solo. Explicamos que es especial porque hemos
ido a dar el pésame al hermano, pero están contentos de nuestra presencia con
ellos.
El calor ha venido y se suda abundantemente. Es el
momento y las cosas son así, y no me puedo quejar que en otros sitios el calor
era mucho más intenso que por aquí.
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