Voy a rezar a Mattru como cada jueves. Después de la
oración les hablo de los pasos dados con los libros de bautismo y luego sigo
con lo que empecé hace más de un mes, voy a visitar las parejas que se preparan
para el matrimonio. Rezamos en cada una de las casas y a continuación emprendo
el regreso a casa con gente en el vehículo.
Desayuno y me voy a la iglesia donde espero la llamada
del fontanero que vienen con retraso, pero que al final viene con dos ayudantes
y juntos vamos a la finca en donde comenzamos a plantar los mojones que nos han
señalado en el mapa y el terreno. El trabajo es entretenido y lento, pero por
lo menos logramos hacer dos mojones por la mañana y uno más por la tarde.
También llega para visitar y estudiar la calidad de la
tierra, Enrique, un agrónomo argentino que ha venido para ayudarnos a la hora
de la elección del terreno para los diferentes cultivos que pensamos poner.
Viene a la hora de comer y compartimos mesa y un rato de estudio de los documentos
que tiene entre manos sobre el proyecto. Con él me he dado un buen paseo por
los sitios que ya han sido abiertos entre la maleza y tratamos de ver las
curvas de nivel que nos han enviado por correo al teléfono.
Vengo a casa y sigo un rato de adoración y la misa
para después volver a la finca a ver el trabajo que el fontanero y los
ayudantes han realizado.
Por la tarde traigo a los que han trabajado a casa con
una carga de leña. Creo que hemos aprovechado el día todo lo posible y cuando
vuelvo a casa cansado y bastante satisfecho del trabajo, me animo para lo que
nos queda mañana y pasado.
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