Me levanto rápido y quiero llegar pronto a Nagoyon
donde voy a decir misa. Hace calor y se nota, incluso el agua de la ducha ya no
está fresca. El camino aceptable y polvoriento, la presencia de la gente hoy no
es numerosa.
A la vuelta buen número se apunta al viaje y después
del desayuno me voy a ver al fontanero que no ha venido y había prometido
venir… Se ha desanimado porque se le ha fastidiado el teléfono… Me promete
venir por la tarde.
Me siento cansado y me duele la cabeza. Me echo a
dormir un rato y cuando me despierto es casi la hora de comer. Por lo menos he
descansado y parece que el dolor se ha ido.
Espero a un español que vendrá a verme. Está por aquí
como observador para las elecciones y viene con retraso. Come las lentejas que
tenemos preparadas y hablamos un buen rato sobre muchos temas y sobre su
trabajo en particular. Veo que sabe de la política nacional más que yo, pues no
conozco ni siquiera los partidos, pero ve que conozco la situación en la que la
gente vive. Quedamos de encontrarnos alguna otra vez, pues van a estar por aquí
un par de meses.
Me paso de nuevo por el mecánico y por lo menos veo
que el camión está funcionando y parece que bastante bien, aunque me dicen que
le quedan algunas cosas antes de acabar y probarle en carretera.
Voy donde las monjas del Rosario que querían venir a
darme el pésame por lo de mi hermano y les he dicho que es más fácil que me
desplace yo que no ellas. Hemos estado un rato de agradable conversación y
vengo a casa para cenar donde me encuentro sin luz, pero el generador nos salva
la papeleta.
La conexión es un poco mejor hoy, pero sigo con
problemas en los correos a la hora de salir en especial.
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