Crónica de las experiencias vividas en Bo (Sierra Leona) por el misionero salesiano Antonio Gutiérrez
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lunes, 25 de abril de 2016
25 de Abril de 2016
Lunes
La mañana amanece tranquila y estamos sin luz. La gente que viene a la misa es la normal de los lunes y hoy el profe me ha sugerido que me puede dar clase porque el viernes no vino, lo que acepto rápidamente y aprovecho que viene unos minutos tarde para poder ver de antemano lo que vamos a trabajar juntos.
Me resulta muy interesante el profe, pues no sólo conoce y domina su idioma, sino que también lo sabe enseñar y, sobre todo, le da la entonación adecuada a la hora de leer, algo que me ayuda mucho para cuando tengo que leer y hacerme comprender por los otros.
Terminada la clase tenemos reunión de comunidad y los temas son largos y nos llevan tiempo. Seguimos con la buena voluntad de renovar las cosas de la casa, pero siempre hay que esperar a alguna cosa anterior. Y la paciencia es algo que tenemos que ejercitar. Esperemos que acabemos teniendo luz a todas las horas del día y agua corriente por lo menos para poder ducharnos como seres humanos normales, no con el cubo y la calabaza.
Después de comer me echo un rato la siesta. Luego preparo unos paquetes de comida que se van a dar a gente necesitada, leo a la sombra del ventilador, porque hace calor y se suda; luego me doy una vuelta por la calle para ver lo que pasa y un rato de oración y la oración de la tarde y la cena nos presentan ante la conclusión del día.
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