Crónica de las experiencias vividas en Bo (Sierra Leona) por el misionero salesiano Antonio Gutiérrez
Vistas de página en total
martes, 26 de abril de 2016
26 de Abril de 2016
Martes
Salgo pronto, pues voy a decir misa a Nagoyon y pienso hacerlo a las seis, hora en que ellos rezan. Nos hemos puesto de acuerdo en que una vez por semana iré a decir la misa a los pueblos que me lo pidan, en particular pensando en los que hay gente que comulga y estarán contentos de poder hacerlo no solo el domingo, sino también de vez en cuando entre semana.
Llego al sitio antes de tiempo y me voy a visitar Balei, donde ya hay un grupo que está en la escuela y cuando me ven, todos vienen, montan en el vehículo y nos encontramos en Nagoyon. Me llama la atención el ambiente que hay y el número, que pasan de treinta, que no pensaba que íbamos a estar tantos.
Como mañana es el día de la independencia, celebramos la fiesta de mañana, dedicada a la Virgen, reina de Sierra Leona, algo que aceptan encantados y en lo que todos intentamos sentirnos unidos bajo el manto de María.
A la vuelta hay un montón de gente que aprovecha el vehículo, en particular los estudiantes que van a la escuela a sitios distantes y que se les hace un gran servicio, pero también otros que aprovechan la ocasión para desplazarse de un sitio a otro.
En el desayuno comento lo vivido y la buena impresión recibida y todos nos alegramos de los progresos en las comunidades de los pueblos esperando que la cosa siga aumentando.
Me paso un rato haciendo cuentas y contando dinero preparando las necesidades que vamos a tener de forma inmediata, además de lavar ropa, pues se suda abundantemente; y con ello la hora de comer se echa encima.
Intento que me arreglen el ventilador de la habitación que no funciona y me dicen que no lleva arreglo. Espero encontrar una solución, pues aunque el ventilador no me gusta, no hay forma de estar sentado en casa sin empaparte en unos minutos y le ventilador lo retarda un poco.
Joseph y Edison tienen reunión con los monaguillos que dura un buen rato y Samuel y yo nos encontramos para la oración de la tarde.
He recibido un correo de Coco, Marcos, que me dice que va a venir a visitarnos, cosa que me alegra mucho, pues vendrá con su familia que está por aquí hace unos días.
Y si se trata de la luz, hay que decir lo de siempre, que no está presente.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario