Hoy tenemos luz al levantarnos y también en la
iglesia, cosa que hacía tiempo que no sucedía, así que toca disfrutarlo y aprovecharlo.
Voy a rezar a Mattru donde hay un grupito que es
regular y después de la oración me paso por varias casas a rezar y ya se van
acostumbrando a verme y se alegran de que venga. Varios me acompañan en el
viaje de vuelta.
En cuanto puedo me voy a rezar en la capilla ante el
Santísimo que está expuesto y al final de la mañana voy a emigración que me
tienen que arreglar una fecha que pusieron equivocada en el pasaporte y al
mismo tiempo visito a los poceros, que me dicen que han acabado el trabajo del
pozo en la guardería. Me alegra y me da trabajo, pues les debo llevar a otro
sitio, que es Lembema donde el año pasado intentaron y no pudieron.
Les llevo después de comer y nos pasamos un buen rato
intentando localizar un sitio donde las cosas sean menos difíciles y les marco
un sitio donde parece que hay menos espesor en la piedra dura que hay que
romper.
Me ducho y sigo con la adoración hasta que llega
Lorenzo, un español que anda por aquí en plan de ayudar a la gente con pequeños
proyectos y que ha venido en transporte público, cosa que suele ser lenta.
Se ducha, toma un poco de agua y cuando es hora nos
vamos a Madonna donde digo la misa y confieso durante la exposición y a la
salida veo que me han llamado en el teléfono y son los albañiles que vienen y a
quienes voy a llevar a destino, un pueblo en el que construimos una capilla.
Después de cenar me acompaña Lorenzo y así vamos compartiendo cosas en el
camino para cuestión de organizar proyectos.
Cuando vuelvo a casa son más de las diez y hay un
ratito de generador que me permite ver el correo y las noticias y luego la
emprendo con la crónica que no quiero que se me amontone que luego no me
acuerdo de lo hecho en el día.
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