Viernes
No he dormido mucho pero me levanto con ánimo. Hoy la
luz no nos acompaña. La oración con las linternas y luego el generador. Voy a
Madonna donde hay un buen grupo que reza el rosario antes de la hora de la
misa.
Tengo una buena sesión de masaje que veo que me va
bien y me deja en forma para el resto del día, aunque el masajista tiene las
manos de acero…
Después del desayuno salgo con Lorenzo y vamos a ver
el pozo que se ha concluido en la guardería de la catedral y preparo el
desplazamiento para otro sitio nuevo, en un pueblo donde el año pasado tuvimos
problemas con la piedra dura de romper.
Voy a llevar cemento a los albañiles que llegaron ayer
y me uno al camión de la arena para ver donde la llevamos, que han comenzado a
hacer un puente y la desviación es procelosa para el paso de los camiones.
Con todo ello se pasa la mañana y volvemos a casa más
de las tres y Lorenzo, después de haber disfrutado en los pueblos y los
caminos, emprende de nuevo el viaje de vuelta a Freetown como vino, en un
transporte público.
Me da tiempo de volver a la finca con plataneras, ver
al jefe para resolver el problema del paso difícil del puente y volver a casa
de noche y cenar con Christopher y comentar el día que han pasado en Kenema.
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