Es jueves y tengo un poco más de
tiempo pero lo dedico a rezar en la iglesia, pues es el día especial para ello.
Para la oración hay el grupito de todos los días y después se produce la
desbandada y me quedo solo. Tengo tiempo de leer, rezar, pensar, preparar la
homilía y hasta de reunirme un rato con Anthea y ver el programa a seguir con
los animadores de los pueblos.
Después de comer tengo también un
rato de encuentro con los directivos de la escuela de Balei que siguen con sus
papeleos, cosa más complicada de lo que en principio parecía y para el rosario
aparecen los de la novena de ayer y dan cuerpo a los pocos que había antes. Lo
mismo pasa con la misa, que los jueves suele ser seguida por un reducido número
y hoy eran numerosos.
Cena acompañada por un rato de lluvia
y luego me entretengo en contestar a correos y cartas de unos y de otros.
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