Por lo menos no me puedo quejar de la
noche, he logrado dormir bastante y me despierto en forma y sudando. No hay luz
y seguimos sin conexión. La oración como todos los días, unos pocos que después
a la hora de la misa van aumentando.
Después del desayuno me doy una
vuelta por el mercado donde compro unos lápices y tizas, que unidos a los
cuadernos que tengo, van para la cárcel para que el grupo de alfabetización
pueda seguir su empeño de aprender a leer y escribir.
Voy donde el mecánico… Conseguir que
me hagan una factura es algo que va más allá de sus posibilidades. Me hace
falta justificar algo y les tengo que hacer el modelo para que sean capaces de
hacerme algo parecido a lo que quiero.
Después de comer sigo sudando y
teniendo mal cuerpo y trato de despejarme saliendo a dar una vuelta o rezando
un rato en la iglesia. Me vienen a ver de la escuela de Balei y no hay forma de
poder presentar papeles por lo que les sugiero que vayan a pedirle ayuda al
obispo. Mañana nos encontraremos con él en su despacho.
Hay una reunión de un grupo de la
iglesia y estoy un rato con ellos hasta que es la hora del rosario que rezamos
en la iglesia. Mientras ha venido una
furgoneta a descargar materiales y se ha llevado por la fuerza una puerta, con
el ruido correspondiente y la atracción de todos los cercanos. Menos mal que no
ha sido gran destrozo.
Estoy sudando con ganas, por la tarde
he cambiado la camiseta media docena de veces y seguimos con la sudadera… Y
seguimos sin conexión, ya entramos en el tercer día y veremos hasta cuando.
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