Tenemos luz
y he dormido bien. Me levanto en forma y la oración en la iglesia es como los
demás días, algunos van viniendo y para la misa el número de siempre, una
cincuentena.
Desayuno y
voy a rezar a la cárcel Hoy me cuesta un rato encontrar al que me va a hacer el
papel para poder entrar, pero al final logro la entrada y me encuentro con un
grupito que poco a poco se va aumentando y que acaban siendo una cuarentena. Lo
que más me agrada es el buen ambiente que hay y el que son capaces de sonreír
sin mayor problema. Se sienten a gusto en la oración y yo con ellos y se lo
digo y hago ver repetidas veces, con lo que el ambiente es muy familiar.
Lo mismo que
intento crear un ambiente familiar en la oración, de la misma forma insisto en
la cuestión de alfabetización, algo que parece que renquea. Espero que la
semana que viene se encuentren integrados y activos. Me hablan del agua y les
prometo que el mes que viene tendremos la persona que nos va a instalar la
bomba solar para que podamos tener el servicio esperado.
De vuelta a
casa me paseo por el mercado y veo el ambiente. Después de echar un rato la
siesta, hoy no tenemos agua y me ducho a medias con la que tengo de reserva. He
llamado al fontanero pero no estaba disponible. Más tarde apareció.
En los
pueblos se ve que la estación seca viene, hay mucho polvo en el camino y se ven
las cosas secas, lo que no impide que a la vuelta se haya desatado una
respetable tormenta con mucha agua, pero
no mucho tiempo, con lo que mañana los caminos estarán de nuevo secos.
Las parejas
renqueando en Nagoyon y pidiendo que se tomen las cosas más en serio, En
Tikonko aparece una y veo que no vamos a ir más lejos, así que me vengo con un
grupo de mujeres que tienen aceite rojo para transportar y el camino uno de los
bidones se abrió… Ya tengo color rojo para varios días, aunque la lluvia haya
limpiado una parte.
Hay luz del
generador y la conexión es a ratos, pero puedo seguir las noticias y leer los
correos.
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