Me
levanto pronto y voy a decir la misa a Nagoyon. Ahora el camino está en mal
estado y casi te cuesta una hora recorrer diecisiete kilómetros, pero te anima
el ver que hay un buen número de gente que te esperan y han venido también de
otros pueblos.
Celebramos
la misa con calma, pues no tengo nada que me urja hacer después y tomamos el
tiempo para reunirnos los líderes de la comunidad y tener un encuentro
posterior con el que maneja la motosierra. Hay problemas de entendimiento y
como veo que no los vamos a solucionar en un momento, propongo una reunión
posterior, y es aceptado y dejamos la cosa para el sábado.
Sin
concluir la reunión, los maestros de la escuela me presentan el problema que
tienen con los pupitres y han empezado a hacer algo con madera de encofrar… Voy
a la escuela y también vamos a ver al carpintero que tiene buena voluntad y
habla muy poco inglés… Me dice que aprendió el oficio en Liberia. Vemos algunas
maderas y sugiero que se haga lo más sencillo que se pueda y me parece que es
una buena experiencia para luego con buena madera acometer el trabajo
definitivo.
Después
de las reuniones y con el tiempo que me lleva la vuelta a casa, se ha pasado la
hora, pero desayuno un poco y seguimos con nuestra reunión de comunidad. Hemos
hecho un buen rato y seguimos pensando que necesitamos más tiempo, que
trataremos de encontrar otro día.
Llevo
el vehículo al mecánico porque hay una puerta que no cierra bien, pero después
de un buen rato me lo vuelve a traer y me dice que no tienen solución por
ahora. Son los efectos de conducir por la pista que destrozan cualquier
vehículo por duro que sea.
De
vuelta del mecánico, se desata la lluvia y durante más de cuatro horas llueve
sin parar y a veces con suma intensidad. La estación de lluvias parece que está
finalizando, pero llevamos dos semanas que cada día llueve.
Visto
el panorama no se me ocurre ir a los pueblos a rezar porque estoy seguro que no
encontraré a la gente y además recorrer el camino mojado no es nada deseable si
no es sumamente necesario.
Rezo
el rosario con los que vienen a la parroquia, que hoy tampoco son numerosos,
pues la lluvia hace que la gente no salga de casa.
Cenamos
con luz y con lluvia abundante. Es bueno, pues refresca y se puede dormir mejor
durante la noche.
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