Como
voy a decir la misa en Madonna no tengo que madrugar. Leo antes de levantarme y
espero a que haya la luz del día para hacer el aseo. Después de desayunar bajo
a la iglesia y saludo a los que ya están por aquí rezando.
Me
voy a Madonna y allí también hay un grupo preparando la iglesia para la
celebración. Comenzamos a la hora y hay bastantes más que otras veces, pero aún
hay muchos que llegan tarde. Es el domingo de las misiones, pero les hablo de
la cuestión de la violencia, pues hay presentación de candidatos políticos y
las agresiones es algo que parece ser que es normal entre partidarios de uno u
otro candidato… Tengamos la fiesta en paz y pidámoselo a Dios.
Hace
calor, estoy empapado de sudor y me voy a Towama, donde la cosa sigue, pues
este calor es de que va a llover… La gente no es numerosísima, pero
sí hay buena entrada y la celebración es a buen ritmo. Aquí me llevo una grata
sorpresa al ver que el líder de la comunidad ha identificado a unas cuantas
parejas y nos reunimos después de la oración. Parece ser que hay algo que se
fragua para trabajar con los que aún no están casados por la iglesia.
Vengo
a casa con gente de Nagoyon que quieren enterarse de los precios de la madera y
volverán conmigo por la tarde. Les dejo en el mercado mientras vengo a casa, me
cambio la ropa, como el plato de arroz y echo la siesta para antes
de las tres estar en ruta con los que han venido a
consultar precios. También ha venido un catequista y le encamino a su sitio en
el centro de pastoral
Hoy
en Nagoyon hay mucha menos gente que el domingo anterior y es debido a que la
misa es por la tarde, pero es lo que puedo hacer, la mañana la tengo ocupada.
Si es posible intentaré que no se repita el cambio, pero no estoy seguro de
lograrlo.
Acabamos
la misa y tenemos reunión de concertación y de entendernos con el operador de
la máquina y los nuevos que han venido de otro pueblo. No tenemos las cosas
preparadas y es mejor tener paciencia y esperar un poco para poder se efectivos
en el trabajo de la madera.
Vengo
a Tikonko con la intención de asistir al rosario, pero por una parte parece que
no estaba prevista una casa y también ha comenzado a llover, por lo que me
vengo a casa antes de lo que esperaba. Ceno con Christopher y cambiamos
información e impresiones sobre el día. Nos damos cuenta de la necesidad de
catecismo que tienen muchos de los que nos vienen a misa y nos preguntamos cómo
abordar el problema con ellos y cómo hacer de catequistas.
Hay
luz y el correo funciona un poco. Me envían mensajes y respondo los que puedo.
Todavía no me manejo en el teléfono nuevo con soltura, pero con paciencia acabo
llegando a donde quiero.
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