Hoy
tenemos un acontecimiento en la parroquia. Hay un cura que va a ser ordenado y
lo hacemos en Madonna porque, aunque es calurosa, es mucho más grande el local
y hay cabida para los que vengan. Digo por la mañana la misa en casa para los
que no pueden ir a la ordenación porque es un día de labor y hay un buen
número. Todos damos gracias a Dios por el nuevo cura.
La
misa en Madonna comienza a las diez y cuando empezamos a sudar a cuenta del
calor, una agradable y placentera lluvia se hace oír en el tejado de chapa. No
nos deja oír mucho lo que se dice, pero refresca el ambiente y nos permite
seguir la ceremonia con cierta dignidad y sin sudar.
No
hemos tardado mucho, casi cuatro horas y luego nos hemos desplazado a comer en
el centro de pastoral donde he tenido ocasión de encontrar a amigos y conocidos
a los que aún no había saludado.
Por
la tarde he ido al mercado a comprar unas puntas para el carpintero que hará
los bancos donde se sienten los críos en la escuela y luego voy a rezar a los
pueblos, empezando por Towama, donde los asistentes van aumentando poco a poco
y luego con viajeros en vehículo, voy a Balei donde estaban a punto de comenzar.
Les he dado las puntas y hemos rezado el rosario. Si al comienzo no parecían
muchos, al final ya era otra cosa. Todo el rosario ha sido un rosario de llegar
gente.
Vuelta
a casa aprovechando para hablar con un maestro que tenía interés de encontrar y
también comentando la ordenación de hoy por la mañana.
El
generador nos da luz, pero Internet no está hoy presente.
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