Me
levanto temprano porque voy a ir a los pueblos a decir la misa. Me toca hacerlo
en la parroquia, pero he encontrado un cura que va a venir a concelebrar y le
propongo que presida y no sólo que presida, sino que diga las dos misas. Acepta
la propuesta y eso me permite estar en los pueblos, que de otra
forma no me sería posible y me da una solución a no tener que decir una misa
por la tarde, dándome tiempo para que la reunión con los líderes de los pueblos
sea sin prisas por ir a decir misa en otro sitio.
Salgo
con tiempo suficiente para recorrer el camino sin agobios y estar en destino
con antelación para preparar lo que se necesite con tiempo. Van llegando de los
diferentes pueblos y hoy no son tantos como otros días. Les gusta el
cuentecito que les cuento y veo que siguen con interés. Espero que les haya
calado la idea de ser honestos en nuestras relaciones con Dios. Me pasa lo
mismo en el pueblo siguiente, que reaccionan también con mucho interés y no
digamos en el siguiente donde al final del cuento muchos comentaban la
situación como si estuvieran dentro de ella… Veo que los cuentos es algo que
les encanta y se sienten identificados con ellos y recuerdan lo que les dices
de una forma muy nítida. Por eso los uso siempre que puedo y la cosa viene a
cuento.
Hay
varios que me siguen para asistir a la reunión de la tarde. Cuando llegamos a
casa me ayudan a subir las ofrendas que han preparado en un pueblo y les
ofrecemos un plato de arroz de lo que nos han traído los feligreses y después
de un rato de siesta, de nuevo en ruta para los pueblos, hoy es Mattru, donde
pasar el puente es una aventura porque está estrechísimo, pero no fallo en el
intento y llegamos a tiempo para saludar a los que ya están y recibir a los que
llegan posteriormente.
En
la iglesia hace calor que no hay quien pare, por lo que la reunión es al
exterior. Los temas son los de siempre, animación de las comunidades, dar
directivas y esta vez de una manera especial hacer ver a los que nos reciben
que tienen que estar mucho más atentos a las observaciones que se les hacen que
a decidir por su cuenta en asuntos que les conciernen. Parece que la reunión ha
sido positiva. El tiempo irá dando o quitando razones.
Después
de distribuir las diferentes obligaciones y de un plato de arroz con pescado
bastante picante por cierto, volvemos a destino por otro camino que creía que
estaba en mejor estado pero la realidad es que es largo y fatigoso como el
otro, pero por lo menos me abre posibilidades para el día en que vaya a decirles
la misa y esté en Towama y no tenga que rodear y atravesar Bo.
Intento
volver a sus pueblos a los que han venido de más lejos a la reunión y quiero
rezar el rosario con los de los pueblos, pero el estado del camino hace que
tardemos y rezamos el rosario en el vehículo.
Para
la vuelta a casa siempre hay voluntarios que se apuntan y son la compañía en la
noche cerrada. En casa tenemos luz del generador del centro durante un rato y
luego a oscuras trato de hacer la crónica. Por lo menos ha habido conexión un rato.
Los correos veré de contestarlos mañana.
El
día ha sido largo, pues salí por la mañana a las cinco y media y he vuelto casi
a las nueve de la noche, pero tengo la sensación de haber hecho algo bueno por
los demás y eso compensa cualquier fatiga. Y si algo tengo que agradecer a Dios
es la suerte de encontrarme con tanta gente buena y sana, la gente de los
pueblos.
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