Aquí no es fiesta, es un día ordinario y voy a rezar a
Mattru, donde el grupito de gente continúa viniendo regularmente. Lo he visto
en la lista de presencias que me han enseñado y les animo a que sigan viniendo
y animen a venir a otros. También me dicen que vienen a rezar el rosario por la
tarde durante este mes.
Vuelvo con gente en el vehículo y veo las procesiones de
siempre que vienen cargados con mercancías para Bo. En casa entro un momento en
la iglesia donde hay un grupito de gente rezando.
Voy a desayunar y me uno a
ellos en cuanto me es posible y paso la mañana en la adoración.
Cuando me iba a venir a comer aparecen los que querían verme
ayer, una delegación de “Iglesia necesitada” y hablamos durante un rato. Les
doy las gracias por el enorme trabajo que hacen en la editorial que tienen,
pues sus libros me han servido en muchos momentos en la catequesis y
evangelización y se lo hago saber. Se muestran complacidos y yo
también estoy contento de dar las gracias a instituciones que durante largo
tiempo han sido de una inestimable ayuda en la labor misional.
Después de comer y un rato de siesta y colada, vuelvo a la
iglesia donde más tarde aparece el grupo de santa Teresa que hacen su
devoción y luego rezan el rosario antes de la bendición y la misa,
para la que sigue habiendo poca gente, pero por lo menos más de los que había
al comienzo.
La cena es sin luz y voy luego a rezar de nuevo a Mattru
donde me encuentro con el grupo de la mañana un poco más reducido y mientras
espero y hablo con alguien que no es del pueblo también miro las estrellas,
pero por las muchas nubes me resulta difícil orientarme.
Internet
es muy débil y hoy ni siquiera los mensajes salen.
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