Por
la noche ha llovido, pero no se nota el fresco de otras veces, de forma
particular lo veo en el agua de la ducha que no está fresca como otras mañanas.
La oración es con la linterna y la misa con el generador. Hoy hay bastante
gente, pues se suman los catequistas que han venido a una sesión de formación.
Voy
pronto a la cárcel y me ponen cierto problema para la entrada, me paree que es
por decir algo porque acabo pasando y ni siquiera me registran. Dentro, la
sensación es agradable, se ve que hay un ambiente positivo y varios de ellos
hablan de la experiencia que han tenido durante la semana. Por destacar uno,
dice que era muy orgulloso y que se peleaba por cualquier cosa y que esta
semana ha tenido a alguien al lado que le ha ayudado a tener calma y que muchas
cosas han cambiado en su vida. Me llama la atención porque hablan en criollo
que pensaba que entendía más, pero veo que cuando me traducen la idea que había
entendido no es la verdadera.
Cuando
salgo uno de los guardianes me pide dinero y le doy los billetitos que tengo en
el bolsillo y que no me han revisado a la entrada. Está más que contento con la
nada de dinero que le he dado, simplemente porque me ponga buena cara…
En
casa hay reunión del comité parroquial. Nos lleva más de dos horas y cuando
salimos ya es la hora de comer, algo que hacemos rápido y yo me voy a dormir un
momento antes de salir para los pueblos donde me esperan reuniones.
El
camino sigue siendo largo y fatigoso. Acabo con la furgoneta llena hasta arriba
porque además de los que viajan, también me han metido una cama para la madre
de Daniel que ha vuelto de la capital.
Con
los maestros empezamos la reunión a la hora y hay varios que ya estaban
esperando y algunos más que llegan tarde. No están todos, pero el grupo es
importante. Hablamos de muchas cosas y los que estuvieron la semana pasada me
entregan la hoja con las sugerencias. Espero poderla leer y responder a lo que
me sugieren en cuanto pueda. La reunión se va alargando, hay temas para hablar
y luego damos la palabra a las parejas, que al principio son pocas, pero poco a
poco van llegando los rezagados y el ambiente que se forma es muy agradable.
Concluida
la reunión con las parejas añadimos otra con los líderes de la comunidad y me
presentan a dos nuevos trabajadores que están dispuestos a cortar madera con la
moto-sierra… Primero intento conocerles un poco, en particular a uno de los dos
que habla inglés y, después de escuchar sus propuestas, sugiero que lo que
debemos hacer es echar cuentas para saber si nos interesan los precios que nos
ofrecen. Esto nos lleva un buen rato y ya es de noche oscura cuando salimos hacia
Tikonko donde quiero ir a rezar el rosario a la casa de uno que tiene sus
problemas con la mujer. Allí estamos un buen rato rezando el rosario y hablando
un poco.
Volver
a casa es la feria de siempre, mucho bache y poco recorrido, pero
estoy en casa poco antes de las nueve. Por suerte tenemos luz del centro y no
dura mucho, pero por lo menos ver el correo y hacer la crónica ya me da tiempo.
Mientras
escribo se pone a llover y refresca el ambiente con lo que podremos dormir sin
sudar mucho.
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