Después
de una noche relativamente tranquila amanecemos sin luz, como de costumbre y
nos las apañamos como podemos. Después de la oración voy a decir
misa a Madonna. Me parece que hay un buen número, aunque son también muchos los
que llegan tarde. A la salida hablo con unos y con otros, intercambiamos impresiones
y vuelvo a casa donde me encuentro con el profe de legua local con quien
trabajamos un rato sobre el evangelio del domingo que viene. Así tengo toda la
semana para prepararme a conciencia y leer con soltura.
Después
del desayuno salimos a visitar una escuela que nos falta, Gbalehun y nos
acercamos hasta Cassama, el pueblo al lado del río Sewa al que solemos ir los
viernes. En la escuela hay un buen número de alumnos y los profes están en su
sitio. Les damos los caramelos y el balón y los reciben contentos.
Hoy
en Cassama todos están en el campo, pero por lo menos saben que he vuelto. Y es
que ahora visitar estos pueblos es complicado. Hay varios pasos en el camino
que son difíciles, tanto los puentes como las cuestas y la gente está en su
trabajo en las granjas.
A la
vuelta tenemos viajeros, unos que vienen a Bo y otros que nos encontramos por
el camino, hasta una serpiente escupidora hemos encontrado y un grupo de gente
persiguiéndola. Creo que logró escapar con vida.
Por
la tarde voy a la granja con el fontanero y participo en el rosario en Towama
donde un grupo de personas no muy numeroso toma parte en casa de uno de los que
no suelen venir a rezar a la iglesia.
Con
la noche ya encima, vengo con leña para que el fontanero tenga algo que vender
a la puerta de casa y en casa con luz y poca conexión, intento
enterarme de las noticias y responder a algunos correos. Hace calor y se suda
con facilidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario