Me
levanto temprano y voy a los pueblos. En casa hay la primera misa del cura que
se ordenó el viernes y fiesta para todos.
El
camino sigue en su estado, me lleva casi la hora completa el ir a Nagoyon donde
ya hay unos cuantos preparando la iglesia. Por primera vez podemos decir que
tenemos sitio para todos, sentados en los tablones que un día serán los bancos.
La entrada es muy buena, más de cien, y más de la mitad son críos. El evangelio
me hace pensar en los que no reciben la comunión, pues hay un grupo que están
esperando y creo que hay que organizar la ceremonia cuanto antes, aunque no
tengamos la iglesia acabada, pues la comunidad será diferente teniendo un buen
número que comulgan.
En
Tikonko también hay un grupo que están rezando el rosario y me uno a ellos.
Comenzamos un poco antes de tiempo y me tomo los minutos que quedan para
explicarles algo del evangelio mientras van llegando los
rezagados. Al final son casi setenta y se les ve con ganas de hacer
algo, pero no sé hasta donde pueden llegar, pues son inconstantes. Me hablan de
que ha comenzado un parvulario en la escuela que hay cerca y me alegro por la
iniciativa, pero habrá también que dar tiempo a ver lo que dan de sí las cosas.
Me sugieren cosas, pero les digo que lo hagan en le reunión que tenemos cada
fin de mes, pues allí podemos escuchar y discutir algo que en caliente nos
puede equivocar.
En
Towama hoy tenemos lleno y bastante puntuales. La homilía viene a insistir
sobre el mismo tema, pero aquí insisto mucho más en los que no comulgan. Creo
que es uno de los puntos frágiles de aquí y que pasa esto porque se ha
abandonado la catequesis, así que habrá que pensar en su recuperación.
Cuando
llego a casa ya ha acabado la misa y están en la comida. Los curas vienen a
comer a casa y los demás en el salón del centro de pastoral. Con los curas
viene el obispo con quienes tenemos un rato de animada conversación.
Cuando
se han ido, me echo un rato la siesta y estoy presente en la reunión que tienen
los animadores del oratorio con Christopher. Son más de una veintena y se les
ve interesados. Conozco a unos cuantos de entre ellos. A una cierta hora me voy
a Towama para el rosario, que no ha estado muy concurrido. Me paro donde una
señora que vive al lado del camino y que está enferma. Rezamos un momento y los
numerosos críos van viniendo a saludarme cada vez que paro por allí.
En
casa sin luz, alumbrándonos con el generador y sin conexión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario