Festejamos a san José. Estamos sin luz y los que han
ido de viaje se han llevado las llaves del despacho y como el catequista tarda
en venir, pues seguimos la adoración en vez de los laudes.
Destaco la figura de san José como el humilde
servidor, siempre disponible y llamo a que durante el día estemos disponibles
para los demás a su imitación. No hay muchos y un buen número llega tarde.
Alguien me pide un novenario de misas y le sugiero que
es mejor en pascua, que ahora hay muchos días especiales no sólo en la cuestión
de iglesia, sino también la segunda vuelta de las elecciones.
Contacto con unos y con otros para ver de preparar el
terreno en la finca y seguir rozando. De un pueblo han venido a limpiar. Me
paso por el mecánico y seguimos esperando. Me dice que ha tenido malaria.
Para comer, como estoy solo, le digo a la coci que me
ponga lentejas y me prepara una buena cantidad, así tengo para la noche
también. Son las de cuaresma, con pepino y cebolla y hoy también ha puesto
zanahorias. Le han salido aceptables .
Por la tarde voy a la finca a ver lo que están
haciendo y me encuentro al equipo cansado, pero que han hecho un buen trozo y
además han encontrado alguno de los antiguos mojones que no sabíamos su
ubicación.
Les llevo a su pueblo, después de haber negociado el
avance que me piden por el trabajo que han hecho. Creo que es la primera vez
que hacen un presupuesto, y así les va la cosa, no son capaces de ahorrar nada
porque todo lo que tienen lo gastan. La realidad es que no es fácil ahorrar en
un medio en el que lo que se produce se consume. Vuelvo a casa y unos minutos
después también los viajeros. Cenamos y cambiamos impresiones a la luz del
generador. La conexión tampoco hoy.
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