Amanecemos con luz y vamos a rezar a la capilla los
salesianos, estamos tres, pues el otro ha ido a decir la misa en la parroquia.
Después del desayuno tengo un rato para preparar aún la reunión con los
argentinos.
Fui a la embajada de Guinea a preparar un visado y me
pidieron que volviera más tarde. Fuimos a la reunión con los argentinos, un
grupo que hace años que trabajan aquí en Sierra Leona en cuestión de
agricultura y que nos van a ayudar con el proyecto moringa.
Están es un lugar encantador, a la orilla del mar, con
enormes árboles y una brisa que es una bendición. Nos recibió Emiliano con
quien nos reunimos. Estuvimos presentes tres salesianos, además de Andreas y
Emiliano, el responsable del grupo de los argentinos.
Las cosas se van clarificando con respecto al terreno
que tenemos y vamos dando los pasos para comenzar con la limpieza de una parte
de la finca, algo que se hará a mano y con un equipo que irá trabajando desde
la semana que viene, después de las elecciones.
Vuelta a la embajada, relleno el formulario, dejo el
pasaporte y las fotos y falta ir a pagar al banco, cosa que haremos otro día,
dejo encargado a alguien en la capital que me lo haga y ya me hará llegar el
pasaporte con el visado. Pensamos visitar a los salesianos en Guinea en pascua.
Cargo las cosas que han llegado en el contenedor,
ruedas para los vehículos, biblias en inglés y alguna cosuca más y emprendo
viaje de vuelta que es largo por el tráfico intenso en la capital y porque
están reparando la carretera en mucho trozo y la circulación es lenta; pero
llego a casa sin mayor problema al oscurecer.
Me ha llamado la atención que en la capital hacía un
día esplendoroso de sol. Por el camino en un buen tramo tuvimos una buena
tormenta de agua y cuando llegué a casa todo estaba seco, pero luego por la
noche también llovió un poquito en Bo.
Cansado del viaje, pero bastante satisfecho de ver que
lo que se va perfilando es importante para la presencia de Bo y para los que
están con nosotros.
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