No he dormido muy bien, pero me levanto con ánimo. Voy
a preparar el Santísimo para la exposición y hoy parece que a la gente le
cuesta llegar, pero al final estamos el grupito que rezamos los laudes juntos.
Tenemos luz para la misa y no mucha presencia, quizás
porque hay misa en la catedral por la tarde y estamos invitados. Al salir de
misa el profe de lengua, que hace tiempo que no viene, me pide que qua le
enseñe español. Lo haré a cambio de que me enseñe lengua local.
Preparo cuerdas para medir el terreno de la finca y me
voy pensando en lo que puedo hacer. Me encuentro a dos equipos diferentes que
trabajan desbrozando, unos los que tengo regularmente y otro que ha venido con
el señor Saidu que ha trabajado en la finca desde el año pasado y que me había dicho
que iban a venir hace una semana y han parecido hoy. Unos y otros van podando y
cortando y el terreno se va preparando para lo que queremos hacer, sembrar en
le época de lluvias.
Estoy un buen rato con los que trabajan cada día y les
oriento hacia los mojones que tienen que seguir para trabajar en nuestro
terreno. Hace mucho calor y se suda lo que quieres y más. Para la hora de comer
vuelvo a casa y trato de dormir un rato, pero me llaman que ha venido alguien
que ha salido de la cárcel. Bajo y le saludo y me pide ayuda. Le doy algo de la
comida que queda del contenedor y voy hasta su casa para ver su situación y
ayudarle en lo que le haga falta y después me voy a ver al mecánico que me dice
que probamos le camión el viernes.
El cielo se ha encapotado y amenaza lluvia que acaba
cayendo abundante y voy a buscar a los que están en la finca y no tienen
cobijo. Les traigo a casa porque a las cinco tenemos la misa de acción de
gracias en la catedral con las ofrendas que se presentan al obispo. Algunos
vienen a la misa y otros que no tienen ropa apropiada esperan a que acabemos.
La misa es una forma de colaborar con el obispo en las
necesidades que tiene y se hace con regalos, no dinero. Después de la comunión
cada parroquia presenta en procesión desde arroz en sacos de
cincuenta kilos a carbón para hacer fuego, pasando por todo lo que nos podamos
imaginar: aceite, vajilla, papel de imprenta, tomate en lata, papel higiénico,
botellas de agua, escobas, cepillos, ñames, mandioca… Todo ello dura dos horas
y media.
Cuando acaba es de noche y me llevo a los que han
trabajado a su pueblo y les doy ropa que ha llegado en el contenedor para que
organicen una venta para sacar dinero para pagar la arena que necesitan en la
finalización de la iglesia.
La lluvia torrencial que ha caído durante bastante
tiempo, para estas horas ya se ha secado y los caminos tienen algunos charcos,
pero la mayoría ha sido absorbida por una tierra reseca que se traba lo que le
eches.
Seguimos con problemas de conexión, algunos correos de
ayer salen, los que entran no los logro abrir. Leo algunas noticias en
periódicos a medias a cuenta de la mala conexión y cuando se acaba
el carburante del generador, me pongo a escribir la crónica que no quiero que
se atrase, no sea que me olvide de lo que pasó.
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