Cuando suena el despertador hoy estoy bien dormido,
quizás el frescor hace que se duerma mejor y agrada estar en la cama. Hoy hace
más fresco que ayer y el polvo sigue presente en el ambiente.
Voy a rezar a Mattru y les llevo unos rosarios y
noticias del bautismo de una señora que había perdido su carta de bautismo,
además de que trato de contactar con el catequista y por ahora no hay forma.
Vuelvo con unos cuantos que aprovechan el viaje y en
casa después de desayunar, voy a la iglesia y me paso la mañana rezando ante el
Santísimo. Los que han venido a vernos también pasan sus ratos de oración en la
iglesia y el comentario es que les ha sido muy positivo.
Después de la comida y la siesta vuelvo de nuevo a la
iglesia, después de hablar con el fontanero y quedar en que trabajaremos en la
granja el sábado. Han venido unos pocos más que otras veces y el ambiente es
agradable.
Cenamos y tratamos de conectarnos pero la conexión
deja mucho que desear. Hay algunos periódicos que se pueden leer, pero los
correos no entran.
La luz viene más tarde y nos acompaña un rato para
luego volver a irse y dejarnos el resto de la noche a oscuras.
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