Después de participar en la oración y desayunar con
los salesianos en Lungi, emprendemos viaje hacia Bo. El camino es
suficientemente largo y nos lleva la mañana para llegar a la hora de comer
donde ya nos esperan. Me doy cuenta de que los que han venido conocen muy poco
o nada de inglés… Ya les he dicho, que pueden llegar hasta la presidencia del
gobierno… Y n os hemos reído un poco.
Después de comer y echar un rato la siesta, me
presento en la iglesia donde está expuesto el Santísimo, como cada jueves y
trato de estar en la adoración. Los recién llegados salen a dar una vuelta para
conocer el entorno en el que estamos y luego vienen para la misa, que los
jueves la tenemos por la tarde.
Veo que están animados y la experiencia les está
resultando positiva. Por la noche, después de la cena, nos peleamos con la
técnica para ver de comunicarnos con la familia y al final es posible enviar
mensajes e incluso hablar con algunos.
Funciona el generador que nos permite tener luz y
cuando se acaba el carburante nos vamos a dormir.
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