Voy a decir la misa a Nagoyon. Hay alguien que dice la
misa por mí en casa y en el pueblo hay un buen grupo de gente que está a la
hora. Me llama la atención porque incluso al acabar la misa todavía no ha
amanecido y muchos han venido de otros pueblos y hay varios que no tienen más
que un sendero...
Terminada la misa espero un rato y voy a Balei para
estar un poco con los maestros, que no está la cosa muy brillante. Han operado
al jubilado que hace de director y alguno de los otros tiene problemas y la
presencia de maestros en la escuela no responde a lo que se
desearía. También me doy cuenta de lo tarde que llegan los críos a la escuela.
A la hora había unos cuarenta y cuando me fui rondaban los cien.
En el camino de vuelta me paro a saludar al maestro
operado, que se recupera en otro pueblo. Acordamos que mañana le llevo en el
vehículo a su pueblo, pues en una moto alguien recién operado puede ser poco
seguro.
Voy al mercado a por el cargador para el
ordenador y, bueno, haciendo apaños logro obtener algo que funcione, aunque
sigamos sin conexión.
Por fin, viene el mecánico con un presupuesto para el
camión… Esperemos que al final funcione y podamos empezar a traer arena para la
construcción.
Estoy en la reunión del grupo de liturgia y veo la
gran necesidad de catequesis que todos los grupos tienen y el poco empeño en
ello, así que la paciencia será uno de los objetivos a la hora de tratar con
estos grupos.
Seguimos sin luz y sin conexión y los correos no hay
forma de bajarlos.
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