He dormido bien, aunque me he despertado por la noche.
Sigue haciendo fresco y el agua de la ducha está más fresca que de costumbre,
pero siempre aguantable. Voy a la iglesia y expongo el Santísimo. Los fieles
van llegando y a su hora rezamos juntos laudes. Acabamos de comenzar esta
oración con los feligreses y les cuesta leer y encontrar las páginas, pero en
el empeño estamos. Hay bastante gente en la iglesia para la misa y buen número
llega con retraso.
Desayuno a la carrera y me voy a ver lo que han
preparado para la sesión del compost y desde allí a la cárcel donde rezo con
los que vienen. Sigo viviendo una experiencia en una nube, la gente es capaz de
sonreír y todos tienen alguien como amigo, por lo que les felicito y les animo
a que sigan en la tarea en especial con los que llegan nuevos. El reverendo que
me acompaña está contento con el trabajo y me habla de alfabetización, algo
para lo que intentaremos aportar los materiales necesarios.
En casa hay reunión del consejo de la parroquia. Nunca
había sido tan largo, más de tres horas, pero positivo y esperanzador, en
especial analizando la fiesta de la familia vivida en la parroquia y
programando la cuaresma, el próximo tiempo litúrgico, además de otras muchas
actividades
Comida corriendo, siesta de menos de cinco minutos,
ducha y a los pueblos. Los del compost han acabado y se han ido antes. El
maestro que me había hablado para que le llevara también se ha ido antes y me
llevo a la gente que encuentro en el camino… Hoy una anécdota… Una señora de
tamaño extra… Me llama la atención verla caminando y me paro, se sube al
vehículo en la parte trasera y pone a todos los otros a su alrededor. Luce una
amplia sonrisa y está más que satisfecha. Nunca había llevado a una pasajera de
tanto volumen. A pesar de su situación, está muy ágil y se mueve con cierta
facilidad.
En Nagoyon hay algunos maestros que no han ido a la
sesión del compost y dos parejas que al final no hacemos más que rezar. Me paso
un buen rato hablando con el líder de la comunidad. Están desilusionados porque
les he ofrecido venir a una sesión y no les he pagado el transporte ni la
comida, cosa que las ongs hacen y yo aprovecho para hacerles ver y saber que yo
no soy ong y que ya va bien de depender de mí, que los adultos tienen que saber
organizarse y en especial los que vienen conmigo para las reuniones de parejas.
Todo esto en un ambiente calmo en el que las cosas se pueden decir y tomarlas
en el aspecto positivo.
Uno de los comentarios que regularmente escucho es que
las ongs han maleducado a la gente y lo compruebo, pero les hago ver bien claro
que yo no quiero gente dependiente de mí y sí los que se valen por ellos
mismos. Fácil de decir, no tan sencillo de aplicar a la realidad de cada
momento.
En Tikonko están las parejas y tenemos la reunión. Hay
tres y media y hoy no vamos a casa de nadie. Una vez leído el
evangelio, hacemos comentarios a una y otra cosa, les animo a tirar para
adelante y a ser fuertes, pues veo que esta es la forma de fundar una comunidad
con buenos cimientos.
La vuelta es de noche y no hay mucho tráfico, pero sí
viajeros que acaban llenando el vehículo y estoy contento de poderles ofrecer
un viaje que les ahorra un largo paseo.
En casa sin luz, que se soluciona con el generador y
la conexión sigue renqueante y sin entrar los correos.
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