Voy a rezar a Marru donde seguimos con la misma tónica
y al finalizar voy a rezar a casa de varias personas intentando a ver si las
parejas acaban rezando juntos. La mañana es fresca y hay estrellas visibles,
aunque más tarde se pone la niebla.
Cuando llego a casa pocos quedan en la adoración y
después de desayunar me pongo en plan de pasarme la mañana ante el Santísimo,
cosa que consigo a medias, pues un buen rato lo he dedicado a responder en el
whatsapp preparando la posible ayuda para la construcción de una
escuela en un pueblo.
Después de la comida y la siesta volvemos al mismo
destino. Hoy hay muy poca gente para la adoración si no es a las cinco que
aparecen los de la novena a D Bosco. Yo me voy a Madonna donde la situación no
es muy diferente, pocos y tarde, pero por lo menos los que están tratamos de
recibirlos con delicadeza.
Para la cena hay tortilla, bastante buena y muy
diferente de lo que hacía antes la cocinera, que algo ha aprendido con la
visita de Ana, que vino de España.
Con la conexión seguimos el mismo problema.
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