Volvemos a las andadas y a
las linternas, pues no hay luz, pero sí llueve. A pesar de ello hay un buen
número de gente que viene a rezar y les animo, o nos animamos todos a cumplir las bienaventuranzas que hemos escuchado en el evangelio.
Tenemos reunión de comunidad
a las ocho y encuentro con el obispo en su oficina a las diez. En una y otro
intentamos tener las cosas claras para todos y cada uno. No hay mayor problema
en las decisiones tomadas y tratamos de seguir las directrices que nos dan.
Sigo hablando un buen rato
con Anthea, lo mismo que hice ayer, para intentar comprender mejor el sentido
del proyecto moringa y las concreciones de cada uno de los diferentes aspectos
a la hora de las realizaciones. Veo que tenemos que seguir pensando a la hora
de utilizar medios y personas para el bien de todos.
Después de comer y un rato
de siesta sigo leyendo, pues pensaba ir a la finca, pero ha comenzado a llover
con intensidad y me dedico, además de a leer, a responder correos y a poner al
día lo que se va quedando atrasado.
Me da la hora de la oración
en el ordenador, pero creo que he logrado ponerme a tono en lo que tenía
pendiente.
Después del rosario venimos
a cenar y otra vez se ha puesto a llover y lo hace con intensidad durante largo
rato. Por lo menos se podrá dormir sin sudar,
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