He dormido bien mecido por
el ruido de la lluvia cayendo y estamos sin luz, algo a lo que ya nos estamos acostumbrando.
Voy a rezar a Towama y
estamos bastante en familia. Por lo menos he podido ver un poco las estrellas
en una noche clara de luna. Vuelvo a Bo con tiempo justo para participar en la misa de la parroquia
presidida por D Américo que habla de la espiritualidad de la persona partiendo
de la primera lectura y saluda al final de la misa e invita a encontrarse con
él a la gente joven y a los del consejo por la tarde.
Después del desayuno el
regional sigue hablando con los hermanos y a las diez vamos a saludar al obispo
quien nos recibe con amabilidad y vueltos a casa es el momento de seguir
hablando con otro salesiano antes de que vengamos a comer.
Nos acompaña a la mesa Andreas con quien iremos por la tarde a
visitar la finca en Towama y ver cómo andan las construcciones y las moringas
plantadas. Se pone a llover y volvemos al vehículo donde Américo presenta unas
cuantas reflexiones con respecto al proyecto mientras volvemos a casa donde
descansamos un momento antes de comenzar el encuentro con los jóvenes que está
muy animado por la fanfarria que van dominando cada ver mejor y el ruido crea
mucho ambiente.
Bailando diversos ritmos,
los jóvenes nos entretienen un buen rato antes de que vayamos a saludar a la
gente del consejo de la parroquia a quienes Américo invita a rezar y a
permanecer con Jesús. La reunión del consejo va por cauces de tranquilidad y
hay tiempo para pensar y ver de dar las sugerencias antes de que las quieran
imponer.
En la cena tenemos
conversaciones sobre temas salesianos y, como la cosa se alarga, decidimos continuar
al día siguiente.
Un rato en el ordenador y
las noticias ponen fin al día.
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