Me ha costado dormir por la
noche. He leído, he estado rezando y pensando y a la hora de levantarse cuesta
cuando no has dormido, pero el esfuerzo se hace y ya está. Ha llovido durante
la noche y la mañana es húmeda y la temperatura agradable. El agua de la ducha
no está fría.
Tenemos la adoración del
santísimo y los laudes y después en la misa nos acompaña un grupo de los catequistas
que están en sesión, con lo que somos numerosos. Confieso a algunos y después
desayunamos y voy a ver a los catequistas a ver si están y para animarles un
poco, además de saludar a los conocidos de otras parroquias.
Tenemos la reunión de los lunes
y es larga y tendida, pues hay cosas que preparar para la visita del regional y
todo se va pasando, también el tiempo. Vuelvo a visitar a los catequistas y
hablo con la monja que está un poco preocupada y les animo en el reto que
tienen por delante.
Hay reunión de los
religiosos en casa, pues el sábado habrá profesiones de monjas y se quiere
hacer algo en conjunto. Vienen a comer con nosotros y tenemos un momento de
convivencia agradable.
Después de la siesta voy a
la finca con plataneras y un grupito de gente para limpiar las moringas. He
estado un buen rato podando y limpiando y de vez en cuando unas cuantas gotas
de lluvia me hacían volver a resguardarme en la furgoneta y aprovechaba para
leer. Hoy también he encontrado a los que trabajan en la cerca y en el centro
de procesado. Me han dado buena impresión y creo que quieren hacer el trabajo
en serio. De la cerca ya tienen hechos cincuenta postes y en el centro están en
los cimientos.
Vuelvo a casa con el
fontanero y le traigo un viaje de leña. En lugar de darle dinero, le ofrezco
algo para que se saque un dinero su esposa vendiendo la leña.
Cuando llegué los otros ya
estaban cenando y nos acompañaba Paul el salesiano que está en Lungi y que ha
venido a visitar a su madre.
Estoy cansado y se me cierran
los párpados, espero que esta noche duerma bien.
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