En la conmemoración de María
Auxiliadora y la Virgen de la Merced, me
levanto con ánimo, aunque la espalda siento que flojea, lo que no me impide un
buen rato de oración por la mañana y después de la misa y desayuno, organizar
las cosas para que el mecánico se lleve el vehículo y tengamos la reunión
comunitaria de cada lunes. Hoy siendo dos, las cosan han ido más rápidas, pero
hemos tratado un buen número de temas, en particular sobre las moringas y como
mañana vendrán de Freetown, tendremos tiempo de aclarar cosas.
Escribo varios correos, en
particular a los que van a venir en navidades y por suerte al final del día
acabamos hablando en el whatsapp, lo que me da una gran alegría saber que están
animados a venir y que ya lo preparan.
El mecánico me viene con el
vehículo y con la factura de las piezas y además me huelo que se pasará el día
en el taller, por lo que me lo tomo con paciencia sabiendo que hoy no toca
salir.
A la hora de la comida me
viene el masajista y en cuanto acabo de comer tengo una buena sesión que me
pone la espalda a tono. Me llama la atención cómo suda por el esfuerzo que
hace. Le agradezco el trabajo y quedamos de vernos otra vez, ya decidiremos
cuando.
Ha estado lloviendo un buen
rato, es algo que se repite cada día.
Leo un rato en la iglesia, respondo a correos para lo que vamos a hacer
mañana y como es 24 y estamos en la novena a la patrona de la parroquia, voy al
rosario y a la novena, también pasados por agua y después tenemos la misa a
última hora donde hay un buen número.
La cena, la luz del
generador y la conexión que hoy funciona, y me permite hablar con los que van a
venir a visitarnos en diciembre. A todos nos ha hecho ilusión el poder
hablarnos y hacer planes.
Como es 24 de una forma
especial quiero agradecer a María Auxiliadora el haber disfrutado de un hermoso
día y de unas experiencias agradables.
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