Voy temprano hacia los
pueblos. La lluvia ha caído por la noche y ahora sigue, aunque no es fuerte, lo
que hace que la gente se retrase, pero cuando pienso que vienen a pie desde
distancias que también he hecho a pie porque no hay carretera, por lo menos
intento comprender, lo mismo que Jesús en el evangelio pedía comprensión para
sus discípulos.
En el segundo pueblo hay un
grupito de gente cuando llego, el camino está muy malo y me ha costado llegar.
Algunos más vienen tarde, pero la realidad es que son muy pocos los presentes y
además tienen poco limpio el recinto… Por lo menos veo un poco de buena
voluntad en que quieren participar en la formación de catequistas.
La pista sigue igual de mala
y recorrerla lleva su tiempo. Llego con antelación al tercer pueblo y también
las cosas se repiten, gente que llega tarde y otros que no están y lo mismo que
en los otros sitios, con paciencia saldrán las cosas. Por lo menos la colecta
ha sido bastante buena.
Un plato de arroz con unas
verduras que no estaban picantes, ha sido la comida antes de echarme un rato la
siesta mientras el agua sigue cayendo.
Cuando me levanto tenemos un
rato de reunión para preparar la venida de nuestro superior regional que estará
con nosotros un par de días y luego visito a los catequistas que he traído esta
mañana y tienen problemas a la hora de inscribirse, pues parece que son demasiados, pero creo que al final la
cosa podrá pasar y que acepten a los que he traído. Por lo menos son jóvenes y
tienen ilusión.
Hay un grupo de gente que
tiene oración en la iglesia, de tipo carismático, con adoración del santísimo,
y me invitan a decirles unas palabras, cosa que acepto con gusto y así también
tenemos la oración de la tarde con la gente de la parroquia.
La cena, la luz del
generador y leer las noticias y los correos, es lo siguiente y prepararse para
mañana que será un día intenso.
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