En la misa hoy hay dos bautizos de bebés, lo que hace que
sea un poco más larga, pero por lo menos hay ambiente y participación y un poco
más de gente que los otros días.
Después del desayuno voy a la habitación de las visitas, pues
espero que venga Marta, la cooperante que trabaja en la capital y que se ha
unido a un grupo que vienen para un funeral en un pueblo. Como vienen en el
camión, es lento y además tienen problemas, pues un bache les hizo perder bastante tiempo, pero finalmente
llegaron y Marta comió con nosotros y después de un momento de reposo salimos
hacia los pueblos.
Hoy el personal está retrasado y en Tikonko no encuentro a
nadie disponible para la reunión de las parejas. En Nagoyon hay un grupo
aceptable y una lluvia molesta que martillea en las chapas del tejado y que no
permite que nos entendamos al hablar, pero acaba pasando y los comentarios que
comparten son interesantes. Marta, la cooperante me dice que le ha gustado lo
de las parejas, en particular la idea de rezar juntos y que se propone hacerlo
con su novio.
La lluvia ha aminado un poco, pero luego se reaviva y
cuando llego a Tikonko para el catecismo no hay nadie. Espero pacientemente un
rato y aparece una persona, pero viendo que los otros no van a venir opto por
una retirada a tiempo, antes de que anochezca y pueda tener problemas en camino
con la lluvia.
En casa hablo un buen rato con Marta para que vea los
proyectos que tenemos y se pueda hacer una idea de lo que debe hacer a la hora
de formular peticiones. Ella me cuenta muchas de sus experiencias en la capital
y los proyectos que tienen entre manos. Luego nos vamos a dormir, pues mañana
nos espera día largo y además me siento que el paludismo se acerca, por lo que
he comprado las medicinas en la farmacia y las empiezo a tomar.
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