Voy a rezar a Towama, el pueblo que visito
los miércoles. Aquí la gente va viniendo, pero no en gran número. Habrá que
tener paciencia. He pensado en invitar a los universitarios también a venir a
esta misa, pues cuando la decía para ellos por la tarde, no venía aquí por la mañana. Veremos con el
tiempo lo que va saliendo.
En casa las cosas siguen su curso. Los que
vienen a misa son los de siempre y nos saludamos cuando salen. Después del
desayuno estudio un rato y practico la lectura en lengua y más tarde salgo a
hacer fotocopias y a pagar el internet de ayer… Y, para mi sorpresa, me piden
que vuelva mañana, que siguen sin conexión…
Como me queda un poco de tiempo, me doy
una vuelta por el ministerio de agricultura, los de los árboles y ya voy
haciendo amigos, pues me reciben con agrado, en especial un musulmán que me
dice que está de ayuno, pero que las galletas que le di el otro día, que son
muy buenas. Me alegro de saberlo y también por donde puedo entrar con él. Los
demás, seguimos a la espera, pues tampoco hoy están.
Después de comer tengo un rato de
conversación con Joseph. Hablamos de muchas cosas y en particular sobre la
marcha de la casa y lo que pensamos de los proyectos y lo que planificamos para
el año que viene. Juntos vamos a ver el terreno de Tikonko. Están poniendo los
bornes de cemento y limpiando, pero lo segundo se hace muy lentamente. Espero
motivarles el domingo.
Más tarde voy a Towama, donde encuentro a
unos cuantos haciendo lotes del terreno que piensan pedir que la gente limpie,
pues con las lluvias crecen las hierbas y la maleza por todos los sitios y pide
mantener el entorno de la iglesia limpio.
Después de rezar y cenar me conecto a
internet. Hoy la conexión es muy débil, pero logro hablar un rato en skype con
la hermana en América y con la otra en España a la que ella ha llamado por
teléfono. Ha sido un momento muy agradable escuchar a las hermanas.
Ya hace tiempo que no hablo de insectos,
compañeros de viaje que siempre están presentes. Hoy les toca a unos que no
había visto antes. Son como los escarabajos peloteros, con alas, y llegan en
gran número a la ventana. La tengo bien cerrada, y espero que la malla de los
mosquitos de la ventana resista, pues no sé qué haría si entraran.
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