Voy a rezar a Towama. Hay la docena de otras veces, monja
incluida, con la que estoy tratando de arreglar lo de la máquina para dar a la
señora que tiene el hijo sin extremidades, pero sigo esperando, pues están
acabando los exámenes en la universidad.
Me reúno un momento con Joseph que tiene un programa
apretado y hablamos de varias cosas concernientes a la marcha de la casa.
Estamos sin cocinera y nos las apañamos a la hora de la comida.
Por la tarde voy a Towama, pues en la uni todavía sigue la
cuestión de los exámenes y luego habrá vacaciones, así que tardaremos un poco
en volver a encontrarnos para rezar. En el pueblo me doy un paseo saludando a
unos y otros. En los mismos lugares, las mismas cosas, en particular los
estudiantes fumando y bebiendo… No sé cómo les podremos ofrecer algo mejor para
hacer.
Como ayer seguimos sin luz y cuando a altas horas viene,
leo las noticias y hago la crónica.
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