Amanecemos con luz, lo que me permite
hacer la limpieza viendo lo que hago y organizarme con las dos manos, no con la
linterna siempre colgada.
En la misa ha habido bastante gente, si
bien buen número llega con retraso. El que haya llovido y refrescado un poco,
además de que esté nublado, hace perder la orientación sobre la hora a muchos
que no tienen reloj.
Joseph se va a llevar al diácono que ha
estado de vacaciones a Lungi para coger el avión y visitar algunos amigos al
mismo tiempo, lo que hace que tenga la mañana para organizarme y preparar lo
primero la clase con el profe que hoy es más larga que otros días. No sé si es
que la lectura es fácil o es que avanzo en ella o las dos cosas, pero por lo
menos en lo que he leído el profe me ha felicitado y yo mismo me doy cuenta que
voy comprendiendo algo más que antes.
También he estudiado largo rato y he hecho
planes, en particular para mañana, que tendré día bastante ocupado y, si no se
programa con cuidado, tienes el riesgo de olvidar algo importante.
Por la tarde tengo una reunión y trato de
organizar los libros de la iglesia, reparando algunos que se van deteriorando.
El clima que pasa de seco a muy húmedo, hace que los libros duren poco, pues
cualquier cambio les afecta mucho.
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