Como cada domingo repetimos la rutina de
la salida pronto hacia los pueblos y hoy sin dificultad especial me presento en
Nagoyon con bastante antelación y hablo un rato con Daniel, pues me ha pedido
instrucciones a la hora de plantar árboles. Intento que algunos más estén
presentes en la reunión de forma que todos puedan escuchar lo importante que es
plantar los árboles de forma adecuada que nos permita luego cualquier labor
entre ellos.
La misa da comienzo unos cuantos minutos
antes de la hora, pues los que están presentes son los que suelen venir. El
tema del domingo nos da para animarnos a rezar y a seguir los consejos de Jesús
y lo vemos en lo que las parejas hacen en particular.
En Tikonko las cosas siguen su ritmo, la gente
sigue llegando con retraso y hoy no son tan numerosos como otras veces, pero
por lo menos algunos están presentes y son constantes. La limpieza de la tierra
está empezada, pero aún queda mucho trabajo por hacer que prometen acabar esta
semana, cosa que dudo, pero por lo menos el interés está en algunos.
Ha venido alguien nuevo que resulta ser
uno de los jefes de la poli que controlan a la entrada del pueblo que los
acaban de cambiar. Le damos la bienvenida y le seseamos buena estancia.
En el pueblo siguiente seguimos con la
misma tónica, llegando tarde y sin mucha preparación, pero por lo menos la
peregrinación que un buen grupo hicieron ayer, anima un poco a los demás,
esperando que podamos hacer las cosas mejor.
En casa ha habido una celebración especial
en la segunda misa y todavía quedan algunos de los últimos que me saludan a la
llegada y me ayudan a bajar los trastos del vehículo.
Después de la comida una buena siesta
ayuda a reponer fuerzas y dedico un rato a la colada, pues el alba entre otras
cosas está bastante sucia y quiero tenerla a punto para mañana.
Hemos tenido la luz durante la tarde, pero
luego se nos ha ido y estamos en tinieblas.
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